En el trabajo se determinaron los niveles antes e inmediatamente después del transporte de hematocrito, recuento de glóbulos rojos (RBC), recuento de glóbulos blancos (WBC), diferencial del recuento WBC, Pig-MAP, haptoglobina, cortisol, glucosa, creatina fosfoquinasa (CPK), lactato deshidrogenasa (LDH), proteína total y albúmina.
En el transporte de corta duración se observó un marcado aumento de los leucocitos y una tendencia a una menor concentración de los eosinófilos mientras que en el transporte de larga duración se detectó una marcada disminución de los linfocitos y aumento de la Pig-MAP.
Según los resultados de la CPK y LDH, se detectó cierta fatiga física al final del transporte, particularmente en los transportes cortos. No se observó aumento de la Hp ni cambios significativos en la concentración de cortisol tras los transportes. La disminución del hematocrito en los trayectos cortos y la ausencia de variaciones en las concentraciones de RBC, albúmina y proteína total podrían indicar que la pérdida de agua corporal durante ambos tipos de transporte fue reducida. El sexo de los animales no afectó sobre el estrés, debido seguramente a la corta edad de los animales.
Por otro lado, respecto al gen halotano, los cambios en las concentraciones de albúmina junto con la tendencia a mayores recuentos de WBC y neutrófilos sugieren una respuesta ante el transporte más marcada en los lechones heterocigotos (Nn) en comparación con los homocigotos negativos (NN). Los resultados globales indican que si bien el transporte es en general un factor estresante, queda poco claro cuál de los dos transportes (corta o larga duración) es peor para los lechones. El estudio sugiere además una respuesta diferente frente al transporte en los lechones respecto a los cerdos de mayor edad.
Fuente: www.3tres3.com