“Todos dependemos de esta tenue piel de la tierra que se llama suelo”

“No se equivoca la persona que por llegar a un objetivo determinado, se toma el tiempo necesario y explora diversos caminos; se equivoca el que obra precipitadamente o el que por miedo a equivocarse nunca hace nada”, parafrasea Edgar Mondino, productor agropecuario de la zona de Achiras que exploró diversos caminos para sacar adelante un campo totalmente improductivo, y ser hoy un ejemplo en materia de sistematización predial y conservación de suelos.

Cuando llegó a la zona, allá por el año ‘76, se encontró con “un páramo”, un campo con barrancas, cuesta abajo, cárcavas y correntadas de agua que impedían cualquier tipo de actividad.
Edgar Mondino, productor de Achiras, exploró diversos caminos para sacar adelante un campo totalmente improductivo, y ser hoy un ejemplo en materia de sistematización predial y conservación de suelos.

Con ayuda de profesionales de la universidad local, del INTA y luego, a través de ellos, con el Ministerio de Agricultura de la provincia, de a poco fue logrando transformar el paisaje y sistematizar al 100% la superficie de su establecimiento, para evitar la erosión hídrica y el control de cárcavas. “Hoy se le da utilidad. Las curvas de nivel, los canales interceptores, las terrazas, con eso fuimos buscando niveles como primitivamente hacían los nativos Incas.

Aunque sí hay desniveles importantes y algunos declives. Tuvimos que pelear bastante para poder canalizar el agua, disminuirle la velocidad erosiva y aumentarle la capacidad de infiltración en el suelo. Ese fue el trabajo”, cuenta Edgar quien, además de productor agropecuario, es Médico Veterinario.

Con ayuda de profesionales de la universidad local, del INTA y luego, a través de ellos, con el Ministerio de Agricultura de la provincia, de a poco Edgar fue transformando el paisaje y logró sistematizar al 100% la superficie de su establecimiento, para evitar la erosión hídrica y el control de cárcavas.

Cómo se logró…
Darle vida y productividad al campo fue posible por la forestación de diversas especies que hoy utiliza con la ganadería en un manejo silvopastoril. Además, realiza rotaciones estratégicas de los cultivos con muy bajo uso de agroquímicos. “No hacemos siembra directa porque acá pasamos con los animales por todos lados. Para nosotros no hay compactación, no hay problema, es decir, hay muy buena absorción de agua. Hay muy buena respuesta después de 42 años de hacer lo mismo”, asegura. Así, los suelos de su campo han mejorado notablemente su estructura a través de los años.

“No hacemos siembra directa porque acá pasamos con los animales por todos lados. Para nosotros no hay compactación, no hay problema, es decir, hay muy buena absorción de agua. Hay muy buena respuesta después de 42 años de hacer lo mismo”

Las producciones en el establecimiento rural
Edgar Mondino desarrolla un sistema de producción mixta muy diversificado: producción porcina, agrícola y bovina de cría, por lo que se siente beneficiado. “La producción por hectárea es importante, aunque las condiciones del país no son favorables. Somos pequeños productores. La diferenciación está en que hacemos genética porcina”, reconoce.

En este sentido, vale destacar que Mondino fue creador de la raza porcina Che Tapuy, caracterizada por muy poca presencia de grasa intramuscular y mayoritariamente carne.
Los efluentes producidos por la producción porcina son tratados en cuatro lagunas de decantación ubicadas de manera tal que se aprovecha la pendiente del terreno. Mediante una estercolera se esparcen los efluentes a los lotes y se utilizan como fertilizante.
Edgar Mondino desarrolla un sistema de producción mixta muy diversificado: producción porcina, agrícola y bovina de cría.

Los efluentes producidos por la producción porcina son tratados en cuatro lagunas de decantación, que luego, mediante una estercolera, se esparcen a los lotes y se los utiliza como fertilizante.

La pasión de conservar el suelo
Para Mondino la conservación de suelos “es una necesidad. El suelo es un bien de la humanidad. Los tenedores de suelos somos circunstanciales, los tenemos por compra o herencia y los cederemos también por venta o herencia. No hay más suelo que este. Las generaciones pasadas, presentes y las que van a venir vamos a depender todos de esta tenue piel de la tierra que se llama suelo.

Y si no comprendemos esto no tenemos otro lugar a donde ir. Somos infinitamente pequeños en el universo y todavía no hemos podido encontrar otra casa como la tierra”.
Después de muchos años de trabajo este productor agropecuario asegura que “la mejor inversión que se puede hacer es en conservación de suelos. Esa ha sido mi pasión. Fui el vehículo de un montón de ideas de gente que colaboró para que esto fuera posible. Pero tiene que multiplicarse, sino no se ven los resultados”.

En este sentido, puede considerarse a Edgar Mondino pionero en la conservación de suelos, ya que en el año 1985 creó, junto a otros productores, un Consorcio de Conservación de Suelos llamado La Barranquita y logró generar un plan predial.
“La mejor inversión que se puede hacer es en conservación de suelos. Esa ha sido mi pasión. Fui el vehículo de un montón de ideas de gente que colaboró para que esto fuera posible. Pero tiene que multiplicarse, sino no se ven los resultados”.

Mirar de lejos y con convicción
Para este productor rural, cuanto más grande es el problema más hay que tomarse tiempo y distancia para encontrar la mejor solución. Hacer una mirada “cosmogónica de la situación”, evaluar distintas opciones y tomar una decisión. “Luego eso hacerlo un programa, abarcativo, productivo”, dice Mondino. “La producción agropecuaria en todos sus niveles es algo muy delicado, de mucho esfuerzo y generacional.

Si nosotros no aprovechamos la situación para que los jóvenes comprendan esto, van a emigrar a la ciudad. Y allí podremos vivir sin calefacción, sin electricidad, sin auto, pero no podremos vivir sin comer. Necesitamos de las labores del hombre de campo en nuestra mesa. Esto es lo que se debe comprender. Entonces cuando uno tiene un programa de producción hay que acostarse por la noche con la firme convicción de que ésta es la salida posible, y luego levantarse con la decisión de llevarlo a cabo”.