El evento, organizado por el Grupo Todo Agro y con el apoyo del Instituto AP de Ciencias Básicas Aplicadas de la Universidad Nacional de Villa María y del Inta local, se realizó en el salón auditorio del Hotel Amerian. La apertura estuvo a cargo del panel conformado por el Director Periodístico de Todo Agro, José Iachetta; el Decano del Instituto AP de Ciencias Básicas Aplicadas de la UNVM, Germán Cassetta; el Secretario de Ganadería del Ministerio de la Producción de la provincia de Córdoba, Daniel Carignano; y la responsable del área Porcinos del Ministerio de Agricultura de la Nación, médica veterinaria Patricia Millares.
Las reglas de la jornada habían sido reveladas de antemano. Así, todos sabían que concurrir era poder acceder a una visión integral del devenir del sector porcino, los desafíos de corto, mediano y largo plazo. Tratando de anticipar como impactará una posible baja de las retenciones en los granos, las oportunidades y amenazas. Además de ricas disertaciones y mesas de opinión sobre ajustes de la nutrición, la necesidad de una gestión integral en la granja porcina; y como ganar eficiencia en la reproducción.
La cadena de producción porcina y sus desafíos
La primera de las exposiciones estuvo a cargo del jerarquizado consultor, doctor Horacio Gabosi, presidente de Netpork S.A., quien asumió “Los desafíos de la cadena porcina en el corto, mediano y largo plazo. Fortalezas y Debilidades para el próximo lustro”.
Apoyándose con datos certeros mostrados en cuadros enumeró los ítems para llevar adelante por parte de los productores, aunque aclaró que “cinco años en la producción porcina es muy corto plazo”.
“Argentina viene mostrando un gran crecimiento cualitativo en la producción porcina, se ha incorporado genética de muy buen nivel, semejante a otras partes del mundo, con alimentos (maíz y soja) mejor que en cualquier otra parte del mundo. Tenemos suelo, agua, mano de obra, creo que es cuestión de saber juntar todas esas cosas para hacer una producción de excelencia”, enfatizó.
Gabosi aclaró que “la escala no es excusa para hacer las cosas bien o mal. Se debe tener una buena gestión”, concluyó.
Historias familiares de producción porcina
En una interesante mesa convergieron “Las visiones de porcicultores integrados y asociados”, en la que el médico veterinario Fernando Garófalo, coordinador de la Diplomatura de la Cadena de Valor Porcino de la UNVM, mantuvo una animada y fructífera charla con Larry Bartoloni y Juan Carlos Pininger, quienes compartieron sendas historias familiares y algunas experiencias del proceso evolutivo de sus empresas familiares, completando con los planes que ambos tienen para responder a las demandas.
Bartoloni, de Establecimiento Don Ramón, de Oncativo, empresa socia del consorcio Pormag, se posicionó en los años ’90 “cuando luchábamos en el mercado para poder vender y también teníamos que luchar para poder cobrar”, añadiendo que llegar a los años 2000 y 2001 “fue una aventura”, por lo matizado del camino recorrido.
Coincidiendo con sus antecesores en exponer, Bartoloni señaló que “hoy el cerdo es vox populi” y haciendo pié en las experiencias de sus antepasados no dudo en remarcar: “Se ha recorrido un camino muy duro, pero muy feliz”, que se corona con estos tiempos de crecimiento integral.
“Hoy tenemos tecnología, granos y profesionales de primer nivel, Hemos cambiado la matriz del consumo de carne porcina. Que siga bien o mal, es algo que depende de nosotros”, desafío el productor contagiando sus ganas de seguir evolucionando.
Con el mismo ánimo se escuchó a Juan Carlos Pininger, titular de Trocecor, reconocida granja de producción porcina que también tiene su propio frigorífico en Laspiur con una cadena de bocas de venta al público. En la ronda de consultas con los presentes, revalorizó el sistema cooperativo para acompañar la evolución del negocio.
Garófalo compartió también su visión y no dudó en señalar que “la porcicultura es una producción que vino para quedarse, pero enseguida detalló que los valores actuales no son reales y deben ser un poco menores. Eso sucede porque nos quedamos con parte de la renta del ciclo del maíz, pero no es grave, solo se irá acomodando”, tranquilizó.
“Es preferible que todos ganen lo que tienen que ganar y entre todos lograr que la cadena de valor se valorice justamente”, dijo el coordinador de la Diplomatura de Cadena de Valor Porcino de la UNVM, quien fue contundente al citar “la clave” que es “agruparse y ser eficientes”.
La inseminación artificial tiene mucho para dar
La inseminación artificial no es algo nuevo, pero tiene todavía mucho campo de acción en la producción de cerdos. Así se desprende de lo expuesto por la doctora en Ciencias Veterinarias Sara Williams, quien desde el título definió “Inseminación Artificial, una técnica de bajo costo y alto impacto”. Lo primero que diferenció con aplicaciones de la técnica en otras especies fue la temperatura de conservación del semen porcino (15°C) definiéndolo como “una limitante”. También por eso, dijo, ha sido lenta su aplicación y su difusión.
Abundando en datos técnicos y científicos, Williams trazó algunos parámetros para dar a conocer en qué tipo de producción puede ser más aconsejable y sustentable, siempre señalando que “para la mayoría es una cuestión de costos”.
“Actualmente, además del punto de vista que nos da el bajo costo y descontando que hay eficiencia reproductiva, se da un mayor valor genético y más productividad, lo que devienen en una producción de animales que son genéticamente superiores. O sea que tenemos ventajas directas e indirectas que se ven en la producción que va al mercado”, dijo Williams.
En un tramo de su alocución se refirió a los centros de inseminación que están usando la técnica, de los que dijo que “tiene medidas de bioseguridad de eficiencia máxima” y siempre usan animales con alto valor genético.
DDGS una novedad para alimentar a los cerdos
El ingeniero agrónomo Sergio Dimeglio, técnico de Nutrifarma, consultor y asesor de nuevos proyectos de criaderos de cerdos en Argentina, presentó el “DDGS: una alternativa en dietas para cerdos”.
Explicó que se trata de un subproducto de la destilación del bioetanol, son granos secos de destilería con solubles y se conocen popularmente como burlanda seca.
Dimeglio repasó los pasos de la producción y su incidencia por la composición del maíz, con sus nutrientes, después del bioetanol surge el WDGS y de ahí el DDGS con un nivel de proteína, energía y fibra muy importante, con resto disponible de fósforo.
La burlanda seca tiene entre 12% y 18% de humedad y por la ubicación geográfica de las plantas productoras de bioetanol están muy cerca de las producciones de cerdos, enumeró el disertante como factores positivos.
Uno de los datos que citó es que por ahora se comercializa en vacas para tambos, en feet-lot, y está creciendo la demanda para cerdos. “Hay mucho por delante todavía”.
El destino de exportación más importante para Argentina es China, aunque también compran de Chile y Uruguay. El futuro de la burlanda seca (comoditie) es interesante y por ahora el mayor productor es EE.UU.
“La inclusión del DDGS en la ganadería es tenida en cuenta, pero para la porcicultura es ideal por sus componentes nutricionales”, dijo.
Beneficios: materia prima que aporta energía, proteína, fibras de buena calidad, fósforo y micro-nutrientes y, estratégicamente, la disponibilidad (infinita, dijo) “Puede ser un reemplazo económico del maíz y lo negativo del uso es mínimo, dependiendo la calidad del producto”. Es un producto de alta variabilidad entre fábricas pues depende de los procesos de elaboración y eso impacta en el contenido de nutrientes y energía.
Entre las recomendaciones puso en primer término “usarlo en dietas de desarrollo, terminación y lactancia” y alertó “tener mucho cuidado con las micotoxinas”.
También indicó que si se incorpora bruscamente en la dieta puede provocar rechazo y otro dato es un primer control mirando el color, que debe ser dorado no oscuro.
La importancia de saber qué y cuánto come un cerdo
También concitando gran atención, el doctor Juan Sosa, técnico de Provimi, abordó el tema “Manejo de alimentación para la etapa de terminación”.
Los costos de alimentación representan el 63 % del costo del cerdo, mostró en una de sus proyecciones.
Sosa destacó la alimentación, la sanidad, las instalaciones, el manejo y la genética, como los cinco pilares de la producción porcina, cuyo respeto es la base del resultado de la explotación. “Así tendremos mejor peso y mayor retorno económico”, sintetizó.
Argentina avanzó mucho en materia de vacunación y eso nos ayudó mucho para disminuir el número de mortandades, dijo Sosa, pero recomendó cuidar mucho el tema de las micotoxinas.
“Cuando los cerdos no crecen le echamos la culpa a los alimentos y a veces son problemas sanitarios que deben atenderse con un profesional”, señaló Sosa, uniendo ese detalle con la medición de consumo de alimentos para saber qué come y cómo come, y para ajustar las formulaciones.
La evolución del potencial genético es notable, pero hay un largo camino por recorrer, según el disertante. Sumando así al panorama alentador que se presenta para la producción de cerdos en nuestra Argentina.
Uno de los datos que compartió sobre la crianza es que muchos están apostando por el encierre y así logran eficiencia y mejor resultado económico. Citando la importancia de observar siempre las buenas condiciones sanitarias para evitar el ingreso de enfermedades digestivas “porque es muy complicado poder sacarlas”, dijo.
La genética nueva exige mirar bien la densidad de crecimiento para no errarle en el número de animales en destete, fue otra de las recomendaciones de Sosa, instando también a ajustar los comederos para que estén siempre bien regulados y evitar desperdicios. Para cimentar sus dichos mostró diseños de comederos y sus respectivos defectos.
En un comedero para 50 animales el promedio de costo por animal es de más de $360.- sólo en alimento, a lo que debe agregarse otros gastos como transporte. “Hay que invertir en el mejor comedero para tratar de que el desperdicio sea el menor posible y debemos darle importancia a la calidad del agua que toman los cerdos”, completó Sosa.
Cambiar con convicción empresaria
“Lo primero que debe saber un productor de cerdos es que es un empresario”, dijo el ingeniero agrónomo Daniel Campagna, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, a quien le tocó justamente hablar de “Gestión integral de la empresa porcina. Condición esencial para permanecer en sector”.
Campagna separó paja de trigo y expresó que para ser empresarios no hay que tener en cuenta la magnitud de la explotación. “Si ustedes están acá es porque quieren ganar plata, o por lo menos no quieren perder”, dijo al auditorio.
Simplemente se trata de una cuestión de “prolijidad”, como definió el disertante, explicando que hay que llevar registros, hay que manejar información, manejar esa información, “y lo que no se conoce no se puede cambiar”, apuntó.
El productor sabe de todo, de sanidad, de alimentación, de reproducción, “pero si no lleva información será muy difícil que pueda avanzar. A esto lo tomamos como referencia porque vemos que es una de las grandes debilidades: Esto es válido para los que ya están en actividad y para los que se van a iniciar, porque deben saber que se meten en una actividad que mueve mucho dinero”, advirtió.
Antes de dejar el estrado Campagna reforzó una sugerencia: “es vital contar con un asesor técnico, para tomar decisiones con menor margen de error”.
El mundo exige un productor porcino más eficiente
El Licenciado en Economía Carlos Seggiaro, consultor privado y docente de la UNVM, fue taxativo al diferenciar foto de película en la producción porcina de Argentina. Sucedió en su charla titulada: “La economía que viene. El impacto en el sector porcino. ¿Qué puede pasar con el cambio de gobierno, o de modelo económico?. Oportunidades y desafíos”.
“El ciclo ‘K’ coincide con el de mayor expansión de la producción de cerdos en Argentina”, describió Seggiaro, detallando que “hubo políticas de gobierno a favor del sector, pero también hubo políticas hostiles para otros sectores que terminaron beneficiando a los productores porcinos”.
Cuando el precio de la carne vacuna comenzó a subir significó una buena posibilidad para las carnes alternativas, y entre ellas la de cerdo fue una privilegiada, sumándose a esto las retenciones a las exportaciones de maíz que hicieron que se quedara en el mercado interno.
Pero la mirada al futuro inmediato (diciembre en adelante) por parte del productor está centrada en tipo de cambio, retenciones a las exportaciones y los ROE. El potencial escenario que describió Seggiaro contempla “un proceso de mejora del tipo de cambio, algún nivel de respuesta para las retenciones a las exportaciones -no eliminación-, y la eliminación (quizás rápida) de los ROE”. En este contexto mostró cuadros con “las propuestas o ideas” de grandes empresas y/o grupos empresarios acerca de lo que puede llegar a suceder en materia de medidas económicas y cambios.
Como sucede habitualmente, no todo va a parar para un mismo lado de la balanza, porque si cambian las condiciones en la comercialización del maíz se puede afectar al sector porcino. Pero si se recompone el negocio de exportación de carne vacuna es una buena noticia para el productor porcino para continuar con el proceso de sustitución.
Uno de los temas que surgió de las consultas del público en una de las charlas fue “Qué hacer con las orejas, patitas, colas y otras partes del cerdo que, generalmente, se tiran”, que tuvo respuesta en uno de los tramos de la charla de Seggiaro: “Necesariamente hay que ir hacia un proceso de mayor eficiencia”, dijo. Enseguida remarcó que “lo que acá tiramos, en el sudeste de Asia se paga más de siete mil dólares la tonelada. Entonces cómo puede ser que acá tiremos lo que en otros lados del mundo vale miles de dólares la tonelada: eso es parte de la ineficiencia de la cadena. La foto de la producción nos muestra una cosa, pero ahora la película nos va a conducir a la necesidad de ser racionales y es racionalidad se logra sólo con eficiencia. Ahí está el desafío y es probable que no todos los productores puedan jugar igual”, completó.
También incluyó en sus recomendaciones que el sector tenga una representación gremial sólida, unificada, para lograr avances en su beneficio.