El veterinario Fernando Garófalo, es el coordinador de la Diplomatura de Cadena de Valor Porcino dictada en la Universidad Nacional de Villa María, entre cuyos cursantes surgió la idea de asociarse con el fin de torcer algunas variables del mercado en favor de los pequeños y medianos.
La iniciativa además cuenta con el apoyo de la Universidad y de Conicet. Como explica Garófalo a TodoCerdos: “Es una idea que se viene pensando desde el año pasado en función de generar una escala. La mayoría de los integrantes de ese primer núcleo son cursantes de la Diplomatura de Cadena de Valor Porcina de la UNVM. En el funcionamiento de esta diplomatura, estando día a día en contacto, fue surgiendo esta idea que gracias a todo el trabajo de Extensión de la Universidad y de gente del Conicet, se está llevando a cabo”.
Las características de los productores que han decidido asociarse con una conformación cooperativa son de las más diversas: “Inicialmente son entre 20-25 personas, de tamaño mediano-chico, hay de 30 madres, de 80, y lo máximo que tenemos son productores de 300 madres. En un arco que va desde la zona de San Francisco, Laspiur, Villa María, Pozo del Molle, Laborde y Colonia Tirolesa. Todo este grupo tiene algunas cuestiones comunes y han decidido armar el emprendimiento”
Juntos por una mejor genética
El grupo está en este momento transitando por el proceso hacia la conformación definitiva. En primer lugar, dice Garófalo “el grupo está madurando la idea y todo lo que tiene que ver con estatutos y toda la parte legal para poder llevar adelante la actividad y poder generar el volumen de compra, de venta y/o de productos”.
Una segunda línea de trabajo, está relacionada con un proyecto presentado tiempo atrás en el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y el Ministerio de Economía de la Nación para financiar un centro de extracción de semen para inseminación artificial porcina. “Buscamos tener en la zona un abastecimiento de semen de primera calidad y al alcance de los productores –explica el profesional- es en esa parte en la que están trabajando conjuntamente productores, docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Villa María”.
La clave está en la unión
“Invitamos a otros porcicultores, otros grupos asociativos a que se sumen a su iniciativa para aumentar la escala” dice Francisco Colombano, uno de los miembros del grupo, y agrega: “Buscamos que todos los que se dedican a esta actividad puedan aprovechar también lo que vamos a hacer dentro de la cooperativa, y que se asocien, tanto sean particulares o pequeños grupos o cooperativas, que puedan sumarse a este proyecto para tener entre todos los beneficios que otorga la escala y el volumen del negocio”.
Porcicultores "nuevos"
Francisco Colombano es uno de los tantos miembros embarcados en el proyecto que proviene de un sector completamente ajeno a la producción agropecuaria. Junto a sus hermanos comenzaron con la actividad porcina y apenas llevan un año: “Somos cuatro hermanos. Teníamos un campo que estaba ocioso que era de una tía, y decidimos sobre un galpón preexistente, hacer algunas reformas y hacer una granja a medida de lo que necesitábamos, y del capital que podíamos destinar a la actividad. Los cuatro estamos estudiando, y necesitábamos constantemente formarnos. Por eso hemos participado de la diplomatura que dictaron en la UNVM”, y agrega: “Hemos decidido iniciarnos en la actividad porcina, por el potencial que vemos en la producción. Hemos decidido empezar con 25 madres en ciclo completo y todo confinado”.
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