San Luis tiene mucho para crecer y está en eso

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Leandro Degan, productor porcino mercedino desde hace 31 años, dedicó toda su vida a esta actividad. Actualmente maneja una carnicería especializada en cortes porcinos y fiambres de elaboración propia, y es gerente comercial de una corporación dedicada a la genética de cerdos.


Entrevistado por Todo Un País, el especialista señaló que San Luis no ha desarrollado una industria porcina significativa, a pesar de contar con condiciones favorables como infraestructura, clima, agua y electricidad. «La provincia no tiene actividad porcina ni una orientación clara hacia su desarrollo, a pesar de su gran potencial», afirmó.

Según Degan, el consumo de carne de cerdo en Argentina creció de 14 a 17,2 kilos per cápita entre 2020 y 2024. En San Luis, con aproximadamente 540 mil habitantes, hay un consumo anual de 9 millones de kilos de carne de cerdo. Sin embargo, la producción local no es suficiente para abastecer la demanda, por lo que la provincia importa alrededor de 8 millones de kilos desde otras regiones, principalmente Santa Fe.

Uno de los principales obstáculos para la expansión del sector es la falta de frigoríficos habilitados. «San Luis cuenta solo con tres plantas, una municipal y dos con habilitación para porcinos, lo que obliga a comprar cerdo faenado a otras provincias», explicó. Esta situación encarece los costos para los consumidores locales.

Degan sostiene que la falta de información y apoyo gubernamental ha sido un factor clave en la escasa producción porcina local. «El 90% del cerdo que consumimos proviene de otras provincias porque no hay incentivos ni apoyo para los productores locales», comentó. Además, mencionó que San Luis no cuenta con empresas que suministren insumos para la alimentación porcina, lo que obliga a los productores a adquirirlos en otras provincias.

«Mendoza y San Juan son grandes consumidores de carne de cerdo, pero no pueden producirlo en gran escala por sus condiciones climáticas y geográficas. Sin embargo, utilizan las rutas de San Luis para abastecerse, lo que demuestra que la provincia tiene un gran potencial para convertirse en un proveedor clave», agregó Degan.

Para el especialista, una solución viable sería la promoción de cooperativas de productores: «El gobierno no puede dar dinero directamente a los productores, pero sí puede fomentar la creación de cooperativas, brindar capacitación y facilitar el acceso a infraestructura y equipamiento».

En este sentido, mencionó que San Luis cuenta con instalaciones subutilizadas, como el puerto seco y un matadero semi-municipal en Villa Mercedes, que podrían servir para fortalecer la cadena productiva: «En una ciudad con 150 mil habitantes, solo hay una persona que realiza faena de cerdos a nivel municipal. Esto limita el desarrollo del sector y encarece el producto».

Mencionó la necesidad de reactivar centros de inseminación en diferentes puntos del país, como el que existe en la escuela agraria de Villa Mercedes y que permanece inactivo desde hace más de 15 años. “Estos espacios podrían ser clave para mejorar la producción y capacitación de nuevos productores”, agregó.

Además, criticó las estadísticas oficiales que ubican a San Luis entre los principales productores de cerdo del país. «Es un dato ficticio. Empresas como Paladini y Yanquetruz tienen criaderos en la provincia, pero no faenan aquí, sino en Córdoba o Rosario. No vemos ningún beneficio de esa producción, más allá de algunos empleos directos», explicó.

Degan también resaltó la importancia de la capacitación en la industria porcina: «Muchos productores sienten que no pueden avanzar porque no tienen formación académica. Sin embargo, yo mismo aprendí a través de cursos privados, contacto con expertos y experiencia en el terreno».

A pesar de los desafíos, el productor cree firmemente en el potencial de la producción porcina en San Luis. «Tenemos todo para desarrollar una industria fuerte y competitiva, pero necesitamos planificación, apoyo y una estrategia clara. Si logramos organizarnos, podemos transformar la provincia en un referente de la producción porcina», concluyó.

«Muchos pequeños productores creen que es más barato criar lechones, cuando en realidad la producción de capones bien manejados optimiza costos y rendimiento», afirmó y explicó que un lechón requiere 7 kilos de maíz por kilo de carne, mientras que, con buena genética y manejo, un capón solo necesita 2,5 kilos de alimento por cada kilo producido.

Durante la pandemia, su conocimiento y experiencia fueron clave para diversos estudios sobre calidad de carne, marmoleo, tipos de cortes y características nutricionales de la carne porcina. «Buscamos una carne armoniosa, con buen color y sabor. Analizamos la composición grasa, los minerales y hasta el tornasolado bajo diferentes luces», explicó.

Su compromiso con la educación lo llevó a colaborar con escuelas rurales de San Luis, como la de La Ribera, donde los estudiantes no contaban con acceso a producción porcina. «Me contactaron alumnos y profesores interesados en aprender sobre cerdos. Reorganicé mi agenda, viajé varias veces y les llevé material audiovisual. Hoy, algunos de esos chicos sueñan con ser veterinarios», relató con orgullo.

Degan subraya que la producción porcina se sostiene en cuatro pilares: genética, infraestructura, sanidad y manejo. «El manejo representa el 70% del éxito y se aprende con capacitación. Es fundamental que el gobierno escuche a los productores y fomente la formación de cooperativas», destacó.

El productor también ha llevado su conocimiento más allá de las fronteras argentinas, asesorando a comunidades en Bolivia, Colombia y Ecuador sobre la elaboración de fiambres y conservación de carne. «La producción porcina no solo es una fuente de proteínas de alta calidad, sino una oportunidad de crecimiento económico. Es momento de que San Luis apueste por su potencial y deje de depender de otras provincias», concluyó.

Durante la pandemia, cuando las restricciones impedían el contacto presencial, Degan colaboró con instituciones académicas en la elaboración de tesis sobre calidad de carne, marmoleo y características de los cortes porcinos. Además, brindó apoyo a escuelas rurales de San Luis, como La Rifraga, donde los estudiantes carecían de acceso directo a la producción porcina. Con materiales audiovisuales y visitas personales, logró despertar vocaciones en jóvenes que hoy aspiran a convertirse en veterinarios y especialistas en el sector.

Sin embargo, Degan también se muestra crítico sobre la situación del sector en San Luis. A pesar de que la provincia es reconocida como una de las principales productoras de cerdos en Argentina, denuncia la falta de valor agregado a la producción local. «Las grandes empresas nos eligen porque somos baratos, pero el beneficio es solo para ellas. Criamos el cerdo aquí, pero la faena se realiza en otras provincias, y terminamos comprando el producto procesado a un precio mucho mayor», explicó.

Según el productor, la clave está en mejorar la eficiencia en la conversión alimenticia y apostar por la genética porcina de calidad. «Criar un cerdo sin genética adecuada es un desperdicio de recursos. Con la información correcta, podríamos producir carne de mayor calidad y a menor costo», explica.

Degan destaca la importancia de la mejora genética en la producción porcina y su impacto en la rentabilidad del sector. “La introducción de genética en un criadero no es un gasto, es una inversión”, enfatiza. Sin embargo, advierte que en la provincia aún falta información sobre el tema y que se deben fortalecer los programas de difusión y capacitación.

Un ejemplo exitoso de innovación en la producción es el caso de La Cocha, en Tucumán, donde el municipio ha implementado un centro de inseminación artificial que abastece a pequeños productores. Degan ha colaborado con este proyecto proporcionando muestras y realizando ensayos para mejorar la eficiencia reproductiva de los planteles.

Desafíos y oportunidades en la industria porcina

Según Degan, la producción de cerdo en Argentina enfrenta grandes desafíos pero también oportunidades significativas. “Somos un país con enormes recursos y capacidad para abastecer tanto el mercado interno como el externo. Sin embargo, la falta de planificación y políticas adecuadas frena el desarrollo del sector”, sostiene.

El productor señala que el país tiene todo lo necesario para potenciar su producción: tierra, cereales y una gran capacidad técnica. Aun así, menciona la paradoja de que Argentina exporta granos en lugar de agregar valor localmente, lo que permitiría incrementar la producción de carne de cerdo y fortalecer la industria nacional.

La importancia de la sanidad y el manejo eficiente

En su experiencia, la clave para una producción porcina eficiente no solo radica en la genética, sino también en la sanidad y el manejo adecuado de los animales. “Hay aspectos fundamentales como el control del agua, la ventilación en los criaderos y la nutrición balanceada. Son detalles que marcan la diferencia en la rentabilidad del negocio”, explica.

Uno de los temas que más preocupa a Degan es la falta de conciencia sobre la triquinosis, una enfermedad prevenible que sigue afectando a muchas familias. Relata el caso reciente de una persona que contrajo la enfermedad estando a escasos metros de una escuela agraria que ofrece análisis gratuitos. “Con solo llevar una muestra, se podría evitar una intoxicación masiva. Es increíble que sigan ocurriendo estos casos por desconocimiento o descuido”, lamenta.

Perspectivas para el futuro

Pese a los desafíos, Degan se muestra optimista respecto al futuro del sector porcino en Argentina. Considera que con el acompañamiento adecuado y políticas que fomenten la inversión, el país podría posicionarse como un referente en la producción porcina a nivel internacional. “Si logramos optimizar costos, mejorar genética y aprovechar nuestros recursos, podemos ser grandes exportadores de carne de cerdo y abastecer mercados como Chile y China, que demandan grandes volúmenes”, concluye.

Durante la entrevista, Degan analiza la situación de la producción porcina en el país y destaca algunos desafíos estructurales.

Degan enfatiza la importancia de la genética en la producción porcina y su estrecha relación con la sanidad. «No solo se trata de comprar un animal, sino de garantizar su calidad genética, porque eso repercute directamente en la sanidad y la eficiencia productiva. Un productor necesita respaldo y asesoramiento, no solo venderle un animal y dejarlo solo», afirma.

Asimismo, plantea que San Luis podría convertirse en un referente en genética porcina si se promoviera una estrategia provincial: «Si San Luis se posicionara como proveedor de genética, podríamos mejorar la producción y reducir costos».

La necesidad de un enfoque cooperativo

Para Degan, una solución clave para los pequeños productores es la asociatividad. «Si en lugar de comprar una bolsa de alimento cada uno, nos organizamos para adquirirlas en conjunto, podríamos obtener mejores precios. Lo mismo con las vacunas y otros insumos», sostiene.

También menciona la importancia de capacitar a los productores y brindarles herramientas para crecer. «No se trata de regalar animales o insumos, sino de ofrecer capacitaciones, visitas técnicas y seguimiento para garantizar la calidad de la producción».

Degan destaca que la producción porcina mueve una gran cantidad de empleos, tanto directos como indirectos. «En frigoríficos hay más de 20.000 empleados directos y unos 45.000 indirectos. Esto impacta en transportistas, carniceros y toda la cadena de valor», explica.

Por otro lado, plantea que Argentina tiene el potencial para exportar más carne porcina y abastecer mercados como China. «China consume el 45% del cerdo del mundo. Es un mercado inmenso y no estamos aprovechando la oportunidad como deberíamos», argumenta.

Un llamado a la acción

Finalmente, Degan hace un llamado a las autoridades y productores para fomentar el crecimiento del sector. «Necesitamos una ley porcina que regule y promueva la producción. Sería un hito para Argentina y un reconocimiento al potencial de San Luis como polo productivo», afirma.

Además, resalta la satisfacción personal que implica dedicarse a esta actividad. «No hay mayor recompensa que producir con calidad y que la gente valore tu trabajo. Es una satisfacción que va más allá del dinero», concluye.

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Actualizado a: 27/03/2025

Precios capones y chanchas
Cantidad total: 73.906 cab.
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Chanchas
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Precio promedio ponderado ($/Kg) $ 1590,43 $ 1762,64 $ 1164,45
Plazo de pago promedio 13 19 16
Peso promedio ponderado 112 116 207
Porcentaje de Magro 56% 56% 56%
Cantidad 55.492 18.414 1626
Índice PorMag: $1800,00 Alza
Precio del Maíz $209.000
Fuente: Federación de Productores Porcinos | Los precios no incluyen IVA
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