La nutrición representa casi el 70% del precio final que tiene un cerdo y por lo tanto es un aspecto para poner bajo la lupa, y particularmente el engorde pues dos tercios de la alimentación de un porcino ocurren en los sitios 2 y 3.
En el sitio 1 se gasta poco alimento y en el 2 un poco más y hay que incluir una parte de alimentación especial para este tramo de la cría y en el sitio 3 está la mayor parte de los egresos por alimentación de la granja. Ahí hay que poner el acento, siendo el maíz y la soja los de mayor participación en la estructura de costos.
La rentabilidad es el máximo retorno en función de la inversión y en ello los costos de producción y el precio del capón (costo marginal).
Dentro de los costos fijos debemos incluir el costo del lechón y el costo de la estadía, mientras que la alimentación ingresa entre los costos variables. Recordemos que la mayoría de las granjas venden a tiempo fijo por lo tanto hay que trabajar mucho en la ganancia de peso y la eficiencia en la conversión. Recordemos que la ganancia de peso diluye una buena parte de los costos fijos (lechón y estadía).
El real costo de las materias primas
Se debe tener en cuenta algunos aspectos: la calidad es determinante en el costo y tiene que ver con las fibras y la digestibilidad que tenga el alimento pues de esto dependerá el aporte de nutrientes.
Un elemento determinante es la humedad, y si compramos un poroto de soja con más de 12% de humedad nos va a disminuir la proteína que tiene el grano y ya no será del 32%. Y si en otro ejemplo compramos un poroto de soja desactivado con baja humedad (Ej: 6%) la proteína bruta se concentra y crece.
Labala tira a modo de ejemplo que si compramos una tonelada de soja a U$S300, con una humedad de 34% nos costará U$S 0,95 mientras que si tiene 6% el costo será de U$S 0,88. Con mayor humedad se debe pagar menos por la oleaginosa, y si tiene baja humedad se puede pagar un poco más.
Lo mismo ocurre con el nivel de proteína que tenga ese grano: con 44% de proteína nos costará 68 ctvs y si tiene más nos costará menos el alimento.
Lo mismo ocurre con la digestibilidad. Si mantenemos estable la misma cantidad de proteínas si la digestibilidad es del 75% tendrá un precio pero si tiene registros por encima o por debajo de ese porcentaje deberá expresarse en el precio de los granos.
Dentro de la calidad de los granos debemos incluir el porcentaje de granos quebrados, la presencia de impurezas o de hongos, si han sido atacados por insectos u otros deterioros.
El verdadero costo de las materias primas está definidos por los nutrientes y la digestibilidad que tenga ese alimento, y las condiciones en que se encuentre el grano. Por ello hay que crear relaciones de confianza y seguridad de lo que compramos para alimentar nuestros cerdos.
La salud de la panza influye en los costos
En resumen, la salud intestinal es necesaria para bajar los costos de producción, reduciendo enfermedades y vendiendo lechones sanos.
Como vemos, la salud intestinal influye mucho en la nutrición y por ende en el logro de una mayor competitividad y rentabilidad de nuestros cerdos.
– Debemos trabajar en dietas con mayor digestibilidad posible y con buenos niveles de proteína.
– La utilización de enzimas (fitasas, proteasas, xilanasas, galactosidasas y otras) mejoran la digestibilidad
– Siempre tener en cuenta factores que mantienen en equilibrio la microbiota (fibra insoluble, probióticos, pared de levaduras y otros)
– Dentro de los aditivos que podemos utilizar están los que bajan el pH, aquellos con efectos bactericidas, levaduras, acidificantes y aceites esenciales, entre otros.
Otros nutrientes clave
-La energía es un costo clave y debemos determinar el nivel más rentable. La fuente más común son aceites y las grasas. Cuando aumentamos energía debemos reducir aminoácidos. El maíz y la soja son los elementos metabolizables más comunes.
-Otro nutriente importante es la lisina digestible. Debemos relacionarlas con la energía y el consumo, datos que se deben medir y conocer.
-La proteína ideal: el resto de los aminoácidos en relación a la lisina. Esta se debe crear con el resto de los aminoácidos, siempre recordando que la proteína ideal va variando en cada etapa.
Osvaldo iachetta / Redacción Todocerdos