Postales de la producción porcina en el fin del mundo

La producción porcina es una actividad que se desarrolla en casi todo el planeta, aun sorteando las diversidades más desafiantes. El med. vet. Fernando Garófalo fue a un encuentro de capacitación y cuenta sobre esta labor en un escenario fascinante y difícil.

Producir en Tierra del Fuego se da de dos modos diferentes: uno de modo tradicional con unas cuatro granjas de unas 50 madres; y por otro lado producción de 8 y 10 animales. En el sur no se puede criar animales en el frío inverna pero el agua se congela y no funcionan correctamente los bebederos.

La alimentación es el gran problema puesto que el alimento debe pasar a Chile, no se puede traer a granel y por lo tanto no se pueden preparar las formulaciones como se realiza en cualquier otro lugar del país. “Esto impacta muy fuerte en los costos. El cereal va en bolsas de 40 kgs. Se está pensando en bosas big pack para atenuar los costos. Llevar el alimento a Tierra del Fuego se asienta en las columnas de costos como si fuese una importación”, apunta Garófalo.

“Las razas que se han adaptado son las blancas y tenemos el gran problema que es la cosanguineidad, porque es difícil llevar animales nuevos pues hay que pasar por Chile. Éste es un tema a resolver por la poca disponibilidad de vientres. Los pequeños productores realizan la absorción y da un animal por cruza”, cuenta el especialista.

La sanidad, lo costos y consumo en el fin del mundo
El principal problema sanitario de la isla es la triquinosis y no hay otro gran desafío sanitario puesto que el frío inhibe la replicación bacteriana o de parásitos. De todos modos no hay un rodeo tan importante como para promover riesgos sanitarios de magnitud.

La producción se dirige toda al mercado local, con consumidores con mejores ingresos que en el resto del país. Los costos son más altos que en el resto del país y eso se refleja en los precios al mostrador, que llega en algunos casos a 3 ó 4 veces los registros en el resto del país.

“Los costos son otros desde el principio. Para un productor, una cerda madre puede tener una rentabilidad de casi medio millón de pesos, así como un lechón puede llegar a los 50 mil pesos”, precisa, y cuenta que los productores que tienen pocas madres produzcan lechones y aquellos que tienen más cerdas madres los lleven unos kilos más arriba y produzcan capones.

“Toda esa producción es para abastecer a la isla, y por mis cálculos para satisfacer la demanda de toda la provincia se puede hacer con 1200 madres. Hoy, la producción cuenta con unas 400 madres y el resto de la carne para consumo se importa desde Chile”, señala Garófalo.

El consumidor fueguino integra un mercado cautivo que es muy difícil de abastecer con otra estrategia comercial, y se trata de una población de unas 200 mil personas. A esa demanda hay que sumarle la asistencia alimentaria de turistas de unos 500 cruceros que anualmente visitan “el fin del mundo”. Por todo ello, producir cerdos en Tierra del Fuego es una ecuación que cierra por todos lados.

En Río Grande hay unas 56 carnicerías  y una población potencial de unas 100 mil personas, con un consumo promedio interesante tanto en carne fresca como en chacinados. Esta ciudad está en la estepa y allí la ganadería se comparte con ovinos y bovinos, y también explotación petrolera.
Si bien el clima ayuda no hay una cultura de salazón en Tierra del Fuego y por lo tanto no se producen bondiolas o panceta.  

Por Osvaldo iachetta / Redacción Todocerdos