También consignó que hay “grandes criadores que tienen solo declarado el 20% de sus animales” y expresó que esto es “esconder la piedra atrás de la planta”.
Horacio Campana, es de Bouquet, Santa Fe, productor de genética porcina, con 21 años de asistencia perfecta en las exposiciones de La Rural, este año por la crisis y la falta de inversión sectorial dijo “no voy Palermo 2018”.
A continuación el diálogo completo que mantuvo con la agencia ANP:
-¿Qué pasó este año que no vino a Palermo?
Por los altos costos de inscripción y el gasto que generaría los ocho días de la muestra decidimos no ir. Fundamentalmente porque el precio del cerdo no mejora, tampoco la producción, y los clientes no van a ir a comprar el día del remate. Era habitual ir cada año con mis padres e hijos el día de la jura, un momento emocionante al momento de obtener un gran campeón en Palermo. Por eso con tristeza decimos este año no vamos.
-¿Está en crisis la actividad porcina?
Sí, como todo el país. El gobierno liberó retenciones del maíz, y subieron los precios. También fue un año complicado con el clima. Así el grano no alcanza para el consumo interno. Para que sea negocio, el precio del kilo de capón debería valer diez kilos de maíz en grano, y hoy solo se paga $30, con IVA. Y hace un mes se pagaba $25. Así los productores cierran por falta de perspectiva.
-¿No alcanza con haber mejorado el consumo interno de 8 a 15 kilos por habitante/año?
El consumo va a seguir creciendo pero el consumidor hoy no encuentra diferencia a favor de la carne de cerdo en las góndolas. En muchos casos, cuesta más que la carne de pollo o vaca, y la culpa la tienen los intermediarios. No puede ser que en la góndola o carnicería se pague $230 el kilo de matambre, cuando en la tranquera nos pagan $27 por el kilo vivo de capón. Así el productor porcino se funde y el consumidor no compra.
-¿Cuánto afecta la importación al sector?
Está bien que se importe carne de cerdo. Aunque hay que tomar más recaudos en materia sanitaria. Hay que ser estrictos. Seguro hay acuerdos comerciales que Argentina tiene con los países importadores, necesarios para vender otras exportaciones. Pero ojo con los controles sanitarios porque la importación siempre vino para la industria, para fiambres, y no para las góndolas. Cuidado la carne importada viene congelada y puede venir con enfermedades, y si se consume sin un proceso industrial puede hacerle mal al consumidor. La carne de cerdo importada, que quede claro, no es para la góndola.
-¿Qué otras medidas hay que pedirle al gobierno de Mauricio Macri?
Que controle mucho en el campo. Hay mucha gente que cría cerdos y no los tiene declarados. Conozco grandes criadores que tienen solo declarado el 20% de sus animales. La estadística oficial del SENASA puede decir que hay 500 mil hembras porcinas, cuando en realidad hay 1 millón. Hay que ser sinceros, decir ‘yo tengo esto y voy a pagar lo que corresponda, y así vamos a avanzar, sino es como esconder la piedra atrás de la planta’.
Por Javier Vence (ANP)