El crecimiento de la demanda de cerdo es continuo, no sólo por la calidad de productos elaborados en la provincia, sino por la diferencia de precio con la carne vacuna. Daniel Parún, propietario de Granja Porcina, dio detalles de su emprendimiento y adelantó la intención de crecer, si bien no se hace sencillo en el contexto actual. También destacó la genética porcina que se ha logrado con la mezcla de distintas razas mediante inseminación artificial y la buena recepción de los productos en Ushuaia, donde hay platos especiales que preparan chefs de renombre internacional para el turismo y generan valor agregado. Actualmente esta produciendo unas 120 toneladas de cerdos anuales.
El propietario de Granja Porcina, Daniel Parún, expuso por Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 la intención de aumentar el volumen de producción, para hacer más rentable el emprendimiento y a la vez para responder a la demanda creciente de carne de cerdo, por la diferencia que tiene con la carne vacuna.
Actualmente es el productor de cerdos más importante en la zona norte, con unas 120 toneladas anuales. “La situación está complicada para todos y uno hace lo posible para no bajar los brazos y seguir con el emprendimiento. Desde hace tiempo estamos tratando de aumentar volumen para tener mayor rentabilidad en la granja y que el precio siga siendo accesible al público”, dijo.
“Los alimentos balanceados subieron con la corrida del dólar pero ahora se estabilizaron un poco. El combustible subió, pero no tanto, comparado con unos meses atrás cuando hubo varios aumentos en poco tiempo. Estamos trabajando con el proveedor de alimentos balanceados, que es uno de los mejores del país, y con este molino hemos logrado que los animales no tengan problemas gástricos, porque el cerdo tiene muchas dificultades gástricas. La diarrea es casi mortal y es una emergencia en la granja. Puede aparecer si el maíz viene en mal estado, o la soja no está en condiciones. Esto hace perder rendimiento a la granja, genera más gasto, porque el animal está cinco o seis meses y con una diarrea pierde un mes más. En todas las etapas de crecimiento tenemos que cuidar mucho el balanceado, no se puede cambiar drásticamente la dieta ni mezclar porque genera inconvenientes. No es fácil criar animales bajo techo con tanto frío”, planteó.
“Hacemos lo posible para crecer y estamos tratando de ampliar la sala de partos, para que sea un poco más grande, para poner 10 o 12 jaulas más y que podamos manejar más volumen. Hoy tenemos un plantel de casi 80 madres y tenemos más de 700 animales bajo techo, que estamos criando en distintas etapas. Entre el mes pasado y este, hemos tenido 40 chanchas en sala de parto, es decir 20 chanchas por mes, y eso significa 200 lechones por mes, que en seis meses tendrían que ser 200 capones en sala de venta. Están en un promedio de 80 kilos en esta época y en los meses de verano, aunque comen la misma cantidad de alimento, los animales van a estar entre 95 y 100 kilos, porque en invierno el alimento no lo transforman en masa muscular sino en energía calórica”, explicó.
“Hoy estamos gastando por día unos 1.200 kilos de alimento balanceado como mínimo. Un viaje de alimento balanceado, que trae 31 mil kilos, está costando entre 400 pesos por kilo en la primera etapa porque es calidad premium y 70 pesos el kilo en el último tramo que es un terminado más económico. Son más o menos 2.800.000 pesos mensuales por cada viaje y estamos ingresando cada 20 o 25 días un camión con 31 mil kilos. Eso es solamente el alimento y aparte está el costo del flete, que no está a menos de 25 pesos el kilo. Para llegar de Río Gallegos a Río Grande solamente tiene que pagar 40 mil pesos de balsa, otros 24 mil pesos entre despachante y depósito fiscal y desprecintado son 14 mil pesos, más el despachante y ahí nomás se hacen 100 mil pesos para hacer 350 kilómetros, más el combustible. Si calculamos 40 litros cada 100 kilómetros, son 160 litros de combustible, más las esperas, porque a veces están cinco horas esperando en la balsa con motor prendido por el frío”, dijo.
Consumo actual
Consultado sobre los niveles de consumo, informó que “este fin de semana hicimos 15 capones porque había un día feriado y baja un poco el consumo, pero estamos entre 18 y 20 animales por semana. Si son 80 kilos por cada animal, son 1.700/1.800 kilos por semana porque siempre hay algún lechón, o vísceras. La semana pasada enviamos lechones a Ushuaia y se superaron los 2.000 kilos. Debemos estar en un promedio de 7.500 u 8.000 kilos de cerdo por mes. Hay semanas en que hay cuatro días de faena y otras en que se faena los cinco días y llegamos a los 10.000 kilos. Al año son unas 120 toneladas, pero es poco y hay que hacer más. Estamos pensando en no menos de 150 capones mensuales, para que podamos lograr una cadena productiva que sea sustentable y rentable”, señaló.
Gastronomía porcina
Además agradeció la buena recepción en Ushuaia y el valor agregado que han logrado los chefs al desarrollar platos especiales con carne de cerdo. “En Ushuaia hicimos un trabajo muy especial porque fuimos a los hoteles que tienen restaurantes o restaurantes que tienen turistas en temporada de invierno y manejan entre 150 y 160 cubiertos por comida. Les presentamos nuestro producto y hoy en el Hotel Las Hayas se consumen más de 100 kilos de asado cada diez o doce días, más las pancetas, los salamines. Hay otro que consume mucha bondiola y matambre. Chez Manu hace un codillo que tiene una preparación de casi 72 horas y hemos logrado que ellos compararan el producto fresco con el congelado y ya ninguno consume congelados. Eso nos obliga a aumentar nuestra producción, pero significa un costo muy alto por lo que cuesta cada jaula, el piso plástico y toda la estructura”, advirtió.
“Los hoteles tienen unos chefs que siempre me piden cosas nuevas y es muy bueno porque le dan un valor agregado importantísimo al producto. El plato principal de Chez Manu es el codillo de cerdo fueguino, de producción local ciento por ciento”, remarcó.
También es un emprendimiento familiar que genera empleo. “Nosotros tenemos siete empleados registrados, hay cuatro en el campo y el resto en la carnicería”, indicó.
En cuanto al apoyo del Estado, dijo que “hace varios meses no tengo contacto con las áreas de Producción de la provincia, desde que se resolvió el problema del matadero. Se logró que la faena funcionara un poco mejor, que entregaran mejor y más rápido los animales”.
Planteó que las áreas de gobierno en sus distintos niveles no tienen la misma agilidad que el privado para resolver los problemas. “A mí me hacía falta una rampa para los animales y la hicimos nosotros, así que ya está resuelto y funcionando, porque tampoco tenían muy claro cómo hacerla”, aseguró.
Chacinados
En materia de producción de chacinados, dijo que hace tiempo adquirieron una secadora y “a partir de los 15 días están para consumo. Tenemos una producción de 60 kilos cada 10 ó 12 días. Hay gente que los consume y otra que los revende, y hemos logrado darle valor agregado a los cortes más económicos. Todos los que han probado los salamines, vuelven a buscarlos. También hay chefs que hacen platos especiales con hígado de cerdo, como una especie de paté, y el kilo está a 100 pesos”.
Genética porcina
Otro punto a destacar es la genética porcina: “Estamos a la altura de cualquier establecimiento nacional. Se logró con mucha inseminación artificial con especialistas en genética de hace muchos años. Es una cuota increíble para la provincia porque podríamos exportar genética en un futuro no tan lejano. No tenemos una raza definida porque se han usado distintas razas para hacer un mejoramiento. Los animales nacidos acá están aclimatados a la zona y esto facilita el trabajo a cualquier pequeño productor que se lleva una hembra”, afirmó.
“Los grandes productores de cerdo están en Brasil y Estados Unidos y acá tenemos bondiola congelada, pero está más cara que la fresca. Además hay mucha diferencia de precio con la carne de vaca. Hoy una nalga cuesta 2000 pesos y la de cerdo está en 1.200 pesos. Ya estamos más afianzados como comercio y es más fácil para nosotros aumentar la producción”, concluyó.