Fue en ese breve paso por la gestión estatal en la provincia de Buenos Aires que generó su amistad con Fernando Vilella, flamante secretario de Bioeconomía de la Nación, y con quien ahora vuelve a sumarse, pero esta vez como director nacional de Producción Porcina.
El sector creció a pesar del estado…
“La producción porcina estuvo abandonada por parte de un Estado que lo único que hizo fue ser una máquina de impedir, sin políticas claras, solo dando subsidios y fomentando el negocio en negro”, disparó Terrado en dialogo exclusivo con Motivar.
Hay maíz para crecer
Al mismo tiempo, adelantó que, solo con el saldo exportable de maíz, en Argentina se podrían alimentar las producciones de 3,8 millones de madres, 11 veces más que en el presente, por lo cual el techo para esta industria está muy lejos de alcanzarse.
-¿Qué quieren transmitir con el concepto de bioeconomía?
Ya en nuestro paso por la provincia de Buenos Aires, con Fernando Vilella, siempre supimos que la bioeconomía y los agronegocios son el foco para evitar el desarraigo y agregar valor en los campos de forma eficiente, transformando granos en carne, sumado a que eso trae muchísima inversión.
En su momento, nos encontramos con que no había una legislación adecuada y eso atenta contra la previsibilidad de los inversores y del sector en general. Es un país que tenemos todo, agua, granos, sanidad, espacio y recursos humanos, hasta hace solo unos años no había prácticamente cerdos.
Bienestar animal con mirada local
¿Cuáles son los cambios que tienen en mente?
El 1 de marzo presentaremos los primeros bosquejos de una ley para el sector con el firme objetivo de lograr unidad y previsibilidad. La misma incluirá referencias mínimas, como distancias entre granjas, protección a patentes y uso de genética, un capítulo especial para el bienestar animal, pero no con la visión de la Unión Europa, porque nuestra realidad es totalmente diferente, entre otras cosas.
Es el sector privado, bajo normas del Senasa, el que debe invertir para sostener el estatus sanitario
En materia de bienestar animal, ¿Cuál sería la postura local?
Nuestra propuesta consiste en tener una visión local y la adaptación tiene que enfocarse en el ser vivo, el cual tendrá bienestar cuando tenga una conducta propia de la especie. En los hechos, si una cerda ovula cada 21 días y gesta una determinada cantidad de lechones está en bienestar, de lo contrario, si estuviese estresada directamente no se reproduce porque le da prioridad a su propia subsistencia. Del mismo modo, es verdad que hay que trabajar para que el animal no se coma su cola, dotándolos de más espacio, más comederos, será trabajo de todo el sector para encontrar una solución.
Cuidar el estatus sanitario
Terrado dijo que “Argentina tiene un estatus sanitario de excelencia. Uno de los puntos cruciales para sostenerlo serán las cuarentenas en la frontera. Sin embargo, será el sector privado, bajo normas del Senasa, el que deberán hacer frente a las inversiones en infraestructura para sostener el estatus sanitario, sobre todo en el corto plazo esa es la política, debido a que es el recurso más económico en este contexto”.
¿Qué puede decirnos con respecto a la postura ambientalista?
Soy ambientalista, pero, aunque le pintemos las uñas a los chanchos seguirá habiendo gente en contra de la producción. Ante la necesidad de consumir más proteína animal en el mundo, no se puede dejar de producir porque solo el 3% de la población está en contra. A su vez, hay cuestiones que deben plantearse desde la lógica, tenemos las cerdas encerradas para inseminar y 30 días más para que se implante el embrión, por qué a alguien se le ocurre que las vamos a sacar después, si ese es el momento de mayor estrés.
Que quede claro que no somos un gobierno proteccionista sino proactivo con la producción. Hay que cambiar la cabeza, no habrá más subsidios de ningún tipo, ni en maíz, ni energía; lo que genera un desafío cultural para todos los productores.
El paradigma de exportar, e importar también
¿En qué consiste el cambio de paradigma para el productor?
Es su momento, con un dólar de $365 la competitividad era nula, pero ante la normalización del tipo de cambio y si vamos a una apertura de mercados, no es disparatado que los productores empiecen a exportar cerdos a China y quizás tengamos que importar carne porcina desde Bolivia u otro país porque nos resulta más competitivo. Sin dudas que la carne será más cara, pero en el mundo es aún más costosa solo que acá estamos mal acostumbrados. No habrá subsidios de ningún tipo, ni en maíz, ni en energía. Esto representa un desafío cultural
Miles de diversos productores en realidades muy diferentes
Terrado cree que la solución vendrá por el lado de la regionalización del sector, las necesidades del Norte no son las mismas que en la provincia de Córdoba o Buenos Aires por la oferta de plantas de faena, maíz y manos de obra. “El asociativismo que por ejemplo existe en Brasil, en la Argentina, es viable, pero no puede darse de la mano del Estado. Hoy, está repleto de regulaciones y trabas y lo que buscaremos es aceitar y agilizar todas las operatorias, con la clara idea que cada trámite o acción sea más simple”, trazó, y aclaró: “Nuestro objetivo es ese, escuchar a los productores para encontrar soluciones».
Las figuras asociativas son múltiples, pero será decisión de cada productor qué camino tomar y habrá que ver cómo se compartan las individualidades en este nuevo escenario”.
Por Facundo Sonatti / Motivar