La Peste Porcina Africana (PPA) ya provocó el sacrificio de millones de cerdos en China, mientras especialistas y agricultores temen por el impacto en las economías asiáticas. No existe una vacuna para esta peste, que no afecta a las personas, por lo que la única opción para contenerla es matar a los animales contaminados. En los países libres de la PPA, como la Argentina, se encendieron las alarmas y se busca evitar su ingreso.
La PPA es una enfermedad exótica que no afecta a las personas ni altera la inocuidad de la carne. Se caracteriza por provocar en los porcinos fiebre alta, hemorragias en piel y órganos internos, diarreas y mortandad. Nunca fue detectada en nuestro país y se la suele confundir con la peste porcina clásica, que está ausente en la Argentina desde 1999.
Fue descubierta en China, donde habitan casi la mitad de los cerdos del mundo, con una producción de hasta ahora 55 millones de toneladas al año, un 45% del total mundial. Allí, la enfermedad causó estragos con el sacrificio de más de 1,2 millones de porcinos, una suba del precio global de la carne de este animal hasta en un 40% y una caída de la producción de un 30%.
Las autoridades aduaneras del país asiático aumentaron las inspecciones de las importaciones de carne de diferentes partes del mundo, como por ejemplo Canadá, país con el que se encuentra en medio de una crisis diplomática. La medida de Pekín, que utilizó como argumento el miedo a los patógenos, se produjo después de bloquear los envíos de la cosecha más valiosa de Canadá, la canola, a principios de este año.
El ministro de agricultura de Vietnam, Nguyen Xuan Cuong, afirmó que el virus ya se extendió a 48 de las 63 provincias de ese país. Allí, el sector agrícola y la crianza de cerdos emplea a casi el 50% de la fuerza laboral, y esta carne representa el 75% de la que se consume.
"Nuestra familia está destrozada. Contábamos con los ingresos de los cerdos para pagar la escuela de nuestros hijos", explicó a la agencia AFP el ganadero vietnamita Nguyen Van Duoc, obligado a sacrificar a los 36 animales de su granja, cerca de Hanói. Ya se registraron casos también en Europa del Este, la frontera de Bélgica con Francia y otros países vecinos de China como Mongolia y Corea de Sur.
Según consignó The Guardian, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (UNFAO) y los expertos regionales temen que Myanmar, Filipinas y Laos sean los próximos por el gran el movimiento de cerdos y productos porcinos a través de fronteras porosas.
"Este es el mayor brote de enfermedad animal que hemos tenido en el planeta", dijo Dirk Pfeiffer, un epidemiólogo veterinario de la City University de Hong Kong y especializado en la peste porcina africana. "Y no tenemos forma de evitar que se extienda", agregó el especialista en diálogo con el medio británico. Los expertos creen que se necesitarán entre dos y 10 años para controlar el virus en Asia porque las normas sanitarias y de bioseguridad no están bien implementadas.
AB/FF