Entre las varias razones por las que nuestras granjas no son competitivas está la escala de la granja y la eficiencia en el manejo de la producción. Una cerda consume unos 1200 kilos de alimentos por año, y este volumen es independiente de la cantidad de lechones que tenga por año. Entonces, es allí donde debemos ajustar el manejo pues de esa ecuación dependerá en buena parte la suerte de nuestro establecimiento.
Al abordar este problema nos detendremos en dos causas centrales:
-El bajo nivel de preñez
-El número de cachorros nacidos vivos
“Y es por eso que queremos poner la atención en la gestación, como uno de los momentos claves en el resultado final de nuestra granja”, subraya el especialista.
A continuación, Cogo comparte un gráfico que da cuenta de la radiación solar media en Argentina, sea cual fuere el clima que hubiere:
A partir de cada agosto alcanza una radiación de 3000 y allí comienzan a cambiar las condiciones de producción y se va intensificando hasta el mes de abril del año siguiente, y es el escenario que da lugar a la afección de este síndrome. El 21 de diciembre es el día más largo del año y esto tiene su influencia pues la cerda, a pesar de los procesos de mejoramiento genético, tiene un comportamiento estacional, y en ello la radiación es muy importante. “Recordemos que en el ADN de la cerda está presente su estrategia reproductiva de preñarse en invierno para parir en primavera, acorde al mejor escenario de expectativa de sobrevivencia”, recuerda el especialista.
Es por ello que el fotoperíodo es un comportamiento atávico, traído desde hace miles de años, y es por ello que aquí reside la primera apreciación: en las épocas de menor infertilidad hay que poner énfasis en la eficiencia para preñar.
“Pensemos que en animales claros, de poco pelo, con el aumento de la radiación y el calor, lo primero que observamos son las orejas quemadas y una línea que se extiende sobre el lomo del animal producto de las intensas temperaturas”
En su exposición, Cogo señaló que cada vez hay menos variedad genética para cría de cerdos al aire libre o espacios abiertos pues la empresas hay centrado sus desarrollos en la cría intensiva en confinamiento.
“A partir de una alta radiación, la cerda recibe una señal detectada en una glándula de su cabeza que le avisa sobre el peligro del excesivo calor, y como cualquier ser vivo, desarrolla una pulsión que le lleva a defender su vida ante todo. En el caso de tratarse de una cerda preñada, es posible que interrumpa su proceso de gestación y aborte. Si la cerda no está preñada, esta alarma le hará postergar la gestación pues antes que garantizar descendencia lo que está en juego es la vida misma”, describe el extensionista. Y profundiza sobre algo importante: si esta alarma de radiación se da entre celos y la cerda no se preña, es posible que se envíe a consumo un animal que no sigue el ciclo reproductivo normal e inclusive es posible que lleve a analizar causas que hacen perder tiempo, y en muchos casos desechar semen o personal en esta tarea. Cogo comparte el dato que solo el 30% de las gestaciones se pierde por causa biológica, el resto obedece al impacto de infertilidad por excesiva radiación.
Sombra y agua, nada más
Entonces, ¿cómo enfrentar este problema?
“Hay que obligar a las cerdas a estar en la sombra o cubiertas en los momentos más extremos de radiación solar. Hay que protegerlas del sol intenso entre las 8 y las 19hs, con unos 5m2 para cada animal, para que en cualquier situación que se encuentre esté cómoda”, aconseja el especialista.
Recuerda Cogo que el cerdo de granja es una especie intervenida, que transpira poco y eso le hace más desafiante intercambiar calor con el medioambiente. “Lo hace a través del jadeo y del contacto de sus pezuñas con una superficie más fría, y eso es una superficie ínfima de control de temperatura”, apuntó, y aconsejó alimentar los animales cuando cae el sol, a una hora donde la ingesta le pone en marcha el metabolismo de su cuerpo y le ayuda a equilibrar la temperatura.
Y ahí nomás, para estimular al auditorio, el especialista del Inta inquiere:
-Si a algunos de mis cerdos les doy un balde de maíz molido y a otros les doy afrechillo, ¿cuál de ellos incrementará más la temperatura?
Incrementa más la temperatura el consumo de fibra pues reclama más trabajo metabólico de procesamiento, se responde. Y es por ello que en verano las dietas reduce la presencia de fibra en su composición.
-Otro de los elementos a tener en cuenta es la precocidad con la que se preña una cerda, pues mientras antes entra al celo mejor perfil reproductivo tendrá en su vida. “Si una cachorra nace en otoño, su primer celo aparecerá más o menos a los 6 meses, en un período crítico por radiaciones altas, fotoperíodo y radiaciones, y es por ello que esa madre pueda perder precocidad por el ambiente en que debiera desarrollar su primer celo”, razona Cogo. Por ello si incorporamos cerdas a nuestro rodeo para reproducción es mejor hacerlo con cerdas nacidas en primavera-verano
-También hay que observar alargamiento del IDC, que lleva a una menor ovulación y por ende un menor tamaño de camada
Los manuales señalan que una cerda tiene 2,2 partos promedio/año, y una ventana de fertilidad entre partos de unos 5 días pero cuando este período debe estirarse por alguna causa, el porcentaje de predisposición a la fertilidad se reduce un 10% cada día por pérdida de ovocitos. Por supuesto, esta puede ser una causa del nacimiento de una camada más pequeña, y es por ello que es menester llevar registro de tiempos y procesos de cada madre de tal modo que una fertilidad reducida pueda buscarse en los registros de tiempos y allí encontrar una razón, y corregirla en el próximo ciclo.
Una vez más, las estrategias de producción en cama profunda son un buen sendero para atenuar las agresiones que imponen los meses de altas temperaturas.
Por Osvaldo iachetta / Redacción Todocerdos