Es un plan que contempla la participación de socios argentinos, 25 unidades integradas de 12.000 madres cada una, producir 822.000 toneladas y generar más de 9000 empleos. Se apunta al desarrollo en provincias del norte del país, ya que hoy la región central del país, Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, concentran más del 70% del stock bovino. El 90% del cerdo, en tanto, se industrializa en la región central. En cuanto a La Rioja, según trascendió está el interés por un desarrollo porcino para llegar a las 20.000 cerdas.
En esta provincia funciona la empresa estatal Cerdo de los Llanos, un emprendimiento que cuenta con capitales del estado provincial. Se encuentra en la zona de Chepes, donde se hace reproducción, cría, engorde y comercialización. El modelo SAPEM se constituyó con un plan económico provincial que impulsó Luis Beder Herrera, exgobernador.
Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, y el subsecretario de Ganadería del Ministerio de Agricultura, José María Romero, mantuvo en agosto pasado un encuentro virtual con los ministros de Agricultura y Producción de Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero.
La Argentina produce unas 700.000 toneladas de carne de cerdo, tiene 350.000 madres comerciales y otras 600.000 en producciones de traspatio o no comerciales. China es el primer productor del mundo. Antes de la peste porcina africana producía unas 54 millones de toneladas y perdió 20 millones de toneladas a causa de la enfermedad. China está buscando cómo comprar esa carne que le falta y de ahí el foco en la Argentina
Ese encuentro se hizo para explicar a las provincias “como viene la negociación” con China, país con el cual se espera firmar un acuerdo de entendimiento.
Los funcionarios encontraron en las provincias consenso para avanzar con esto. “Todos quieren ser parte, aunque algunas provincias tienen más infraestructura que otras”, dijo la fuente consultada.
En el encuentro se destacó que el acuerdo con China, más allá de que esa producción adicional se exportará, no significará descuidar el mercado interno. También se habló de que la parte ambiental estará cuidada en los diferentes proyectos y se instalarán biodigestores.
Algunas provincias hicieron un relevamiento de lo que ya tienen en materia productiva.
China es el primer productor del mundo. Antes de la peste porcina africana producía unas 54 millones de toneladas y perdió 20 millones de toneladas a causa de la enfermedad. China está buscando cómo comprar esa carne que le falta y de ahí el foco en la Argentina.
Según el documento, el acuerdo con China comprende el “intercambio de investigaciones científicas y tecnología agropecuaria en el sector porcícola”, “sanidad animal en el sector porcícola” e “inversión y comercio en el sector porcícola”.
Se prevé la mayor parte de las inversiones con capitales chinos, pero con la inclusión de socios argentinos. Se espera que se realicen en provincias como Chaco, Santiago del Estero, Catamarca, es decir, más allá de la región central. También pretende se respeten los estudios de impacto ambiental. La región central de la Argentina, sobre todo en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, tiene el 70% del stock porcino. El 90% de la industrialización también se realiza en la zona central del país.
De acuerdo al documento, se estima una suba en el stock de madres de 300.000 cabezas en un plazo de 4 años, con 60.000 el primer año y 80.000 los siguientes.
El plan para una mayor producción está armado para 25 unidades integradas de 12.000 madres cada una. “Se trata de unidades cerradas que comprenden plantas de elaboración de alimento balanceado, biodigestores (generación de energía y bio fertilizantes), criadero ciclo completo, frigorífico exportador, proceso sin laguna de efluentes, oficina de Senasa y Aduana”, señala el escrito.
Según el plan para las inversiones, se debería saltar a una producción esperada de 822.000 toneladas. Como el foco estará puesto en la exportación, se esperan ventas anuales por US$2500 millones. Las inversiones generarían 9500 puestos de trabajo y demandarían el procesamiento de 3,6 millones de toneladas de maíz. Trascendió que el repago de la inversión sería en 7 años y la tasa de retorno se prevé en el 21,3%.
Autor: Eduardo Nelson German
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