Asia se enfrenta a una epidemia de peste porcina africana que está obligando a sacrificar millones de cerdos y hará aumentar los precios de esta carne en todo el mundo. Originada en agosto en China, donde oficialmente se han matado ya un millón de cerdos pero podrían ser muchísimos más, esta enfermedad se ha extendido a otros países como Vietnam, Camboya, Mongolia y Corea del Norte. Además, ha saltado a Rusia y, desde ahí, se ha propagado a Ucrania, Rumania y Moldavia, donde se han detectado casos este año.
El país más afectado es China, que produce la mitad de carne de cerdo que se consume en todo el mundo. Aunque el régimen de Pekín solo reconoce un millón de animales sacrificados hasta ahora, la epidemia se ha extendido por todas las provincias y los expertos calculan que este año podrían morir hasta 200 millones, más de la mitad de su cabaña. Con la producción reducida en un tercio y los precios elevados hasta un 40 por ciento, la situación podría empeorar todavía más para los consumidores en los próximos meses.
La cara de la moneda será para los ganaderos de todo el planeta, que verán aumentadas sus exportaciones a China no solo de porcino, sino de otras carnes sustitutas como pollo y ternera. «China va tener que tratar con esta fiebre porcina africana durante muchos años», aventuró hace unos días a Reuters el subdirector de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), Matthew Stone.
Desde China, la epidemia se ha propagado al vecino Vietnam, que registró su primer caso en febrero. Desde entonces, se ha extendido por 48 de sus 63 provincias y han sido sacrificados dos de sus 30 millones de cerdos. «El mundo y Vietnam nunca se han enfrentado a una epidemia tan extremadamente peligrosa, complicada y cara como esta», advirtió el mes pasado el ministro de Agricultura, Nguyen Xuan Cuong, según informa Reuters. Para Vietnam, el impacto económico y social es enorme porque el cerdo supone el 75 por ciento de la carne que se consume en el país y su industria mueve 94 billones de dong (3.500 millones de euros).
Debido a la falta de controles sanitarios, la enfermedad también ha aparecido en Camboya, donde han sido sacrificados unos 2.400 cerdos a tenor del periódico británico «The Guardian». Para los expertos, es solo cuestión de tiempo que llegue a otros países del Sudeste Asiático como Tailandia y Myanmar (nombre oficial de la antigua Birmania).
Con el fin de impedir su propagación, naciones más desarrolladas, como Japón, Corea del Sur y Taiwán, han intensificado sus controles, pero el virus puede transmitirse con facilidad porque vive durante semanas en la ropa y en los vehículos. Aunque la fiebre porcina africana no afecta al ser humano, es letal para los cerdos y se teme que provoque una mutación del virus por su contacto con otros animales.
En Asia, donde en las granjas conviven cerdos, vacas, gallinas y patos con las personas, han aparecido en el pasado otros virus, como el SARS, la gripe aviar (H5N1) o la gripe A (H1N1), que se han cobrado vidas humanas. Para evitar la próxima pandemia, que todos los expertos creen que surgirá en Asia, en China ya están buscando vacunas contra la peste porcina africana, que de momento solo puede ser combatida sacrificando a los animales y estableciendo férreos controles sanitarios.
Pablo M. Díez / ABC