Por eso las empresas de genética incluyen rasgos indicadores de robustez como la conformación y la longevidad en sus objetivos de selección.
Longevidad es un indicador de robustez
La longevidad de la cerda (en lo sucesivo denominada longevidad) es un rasgo indicador de robustez. En términos generales la longevidad se define como la duración de la vida productiva de una cerda. En el ámbito de la producción porcina, esto refleja mayormente la capacidad que tiene la cerda de seguir siendo productiva criando lechones y así evitar sea desviejada.
El medio ambiente influye en la longevidad
El ambiente en el que vive la cerda afecta su longevidad. Un factor vital es la estrategia utilizada por el ganadero para desviejar las cerdas. La estrategia de desvieje está influenciada por los procedimientos específicos de cada granja, excepto en los casos en los que las directrices de bienestar o bioseguridad requieren un desvieje involuntario. Estas directrices describen cuándo se debe desviejar a las cerdas. No obstante, la opinión del ganadero sobre lo que constituye una buena cerda de producción también influirá en la decisión de desvieje. Las diferencias que existen en las estrategias de desvieje entre granjas hacen difícil identificar lo que se requiere para que una cerda llegue a ser muy longeva. Generalmente la capacidad de reproducción de una cerda se ve influida por diferentes factores relacionados con tanto un desvieje voluntario como involuntario.
La longevidad es, sin embargo, un aspecto importante a la hora de tener cerdas sanas y altamente eficientes en la industria de producción porcina. Además, a una cerda robusta con una vida reproductiva larga se la debe considerar como una cerda más sostenible que una cerda con una vida reproductiva más corta. Por la sencilla razón de que esta cerda criará muchos más lechones en toda su vida y el granjero a su vez podrá producir la misma cantidad de lechones con menos cerdas.
El progreso genético es posible
Como la longevidad es un rasgo que en parte está determinado genéticamente, es posible lograr un progreso genético. Sin embargo, para lograr un avance genético potencial en lo referente a la longevidad es importante considerar las correlaciones genéticas con otros rasgos o características antes de incluir esta característica en un índice reproductivo. Estudios realizados desde 2007 a 2014 han demostrado que las características relacionadas con la longevidad tenían una correlación genética con las puntuaciones de conformación en cerdas jóvenes. Esto significa que una cerda fuerte y sana probablemente se pondrá en celo de nuevo después de destetar su primera camada.
La característica de conformación sola no cubre toda la información sobre un animal robusto, mientras que el rasgo de longevidad incluye información sobre la vida reproductiva de la cerda. Por eso, la selección de longevidad y conformación aumentará el nivel de robustez de las cerdas de producción.
Al igual que la conformación, la longevidad tiene una correlación genética desfavorable con las características de producción comunes (la ganancia de peso diaria, el porcentaje de carne magra y el espesor de grasa dorsal). Este hecho subraya la importancia de incluir características de robustez, como la longevidad y la conformación, en los objetivos de selección porcinos – teniendo en cuenta el aumento de la demanda de alta productividad – para garantizar un objetivo de selección sostenible y equilibrado.
Selección de la longevidad
No es fácil seleccionar la longevidad: Los fenotipos se registran con el desvieje y una cerda de desvieje ya no se usa para la cría. Por eso la recopilación de datos de longevidad suficientes puede llevar varias generaciones. En reproducción porcina seleccionamos los mejores machos y las cerditas jóvenes. Por lo tanto es necesario reunir información sobre la longevidad de las madres, abuelas y tías de los animales jóvenes. La información sobre la longevidad tiene una relación lejana entre las cerditas y machos jóvenes seleccionados para la longevidad y la correspondiente a la descendencia de la próxima generación, cuyos valores reproductivos deseamos saber. Esto hace muy difícil calcular valores reproductivos relacionados con la longevidad. También conlleva a una reducción en el avance genético ya que la precisión de la estimación del valor reproductivo de animales emparentados es proporcional al grado de parentesco.
Otro reto es la interacción entre el ambiente de producción y la longevidad, lo cual hace más difícil hacer una selección por longevidad. La estrategia de desvieje en los multiplicadores se basan a menudo en índices genéticos ya que intentan proporcionar a los clientes las mejores cerdas posibles. Esto se refleja en el número de camadas por cerda en los dos tipos de población. Las cerdas en multiplicación tienen de media 2,2 camadas, lo cual está por debajo del número promedio de camadas que tiene una cerda de producción. Esto se traduce en una discrepancia entre la longevidad de las cerdas de producción, en las que la característica tiene que funcionar (o ser expresada) y las cerdas de las poblaciones multiplicadoras de las que se recopila la información.
Nuevos métodos de cría para la longevidad
A partir de un proyecto de Doctorado en el Centro de Investigación Porcina Danés se está intentando mejorar los métodos empleados para seleccionar la longevidad en el programa de selección de DanBred y así aumentar el progreso genético relativo a la longevidad.
El objetivo principal del proyecto es investigar los retos en torno a las discrepancias existentes entre los datos sobre la longevidad de las poblaciones en multiplicación y la longevidad de las cerdas de producción. Estas discrepancias se pueden atribuir a las diferentes estrategias de desvieje en las poblaciones en multiplicación y en producción. El proyecto utilizará datos de longevidad procedentes de las poblaciones en producción para desarrollar modelos matemáticos que mejoren todavía más la selección de la longevidad en el programa de selección y aumenten el avance genético en la selección futura.
“Usar datos de las poblaciones en producción, en vez de datos de las poblaciones en multiplicación solucionará el primer reto en relación con la reproducción para la longevidad, pero también creará nuevos desafíos. A las cerdas en producción se les aplica el método de cruce rotacional. Esto es un reto en sí ya que la mayoría de los métodos para la estimación del valor genético están basados en animales de pura raza y estos métodos se han extendido principalmente para cubrir la estimación del valor genético de la descendencia F1. Sin embargo, encontraremos la solución a este desafío, utilizando métodos relativamente no usados para el análisis genético de animales cruzados independientemente de la composición de su raza” señala el estudiante del Doctorado Bjarke Grove Poulsen, que acaba de empezar el proyecto.
Medición de la longevidad
La longevidad se puede medir, o bien como el número de días desde el nacimiento hasta el desvieje, o el número de días desde el primer parto al desvieje. Pero también se puede medir como el número de camadas o la producción total de lechones.
La genética de la longevidad
La longevidad es una característica con heredabilidad baja a moderada. La heredabilidad estimada en estudios de los reproductores Landrace y Yorkshire suele variar entre 0,08 a 0,17. La variación de la heredabilidad no solo se debe a las diferencias entre razas, sino también a la calidad de los datos y las diferencias ambientales donde se ha registrado esta característica.
La longevidad ha formado parte de los objetivos de selección de las razas Landrace y Yorkshire de DanBred desde 2006. Se define como la probabilidad de que una cerda sea apareada después de su primera camada, lo cual sirve como indicador de la vida reproductiva de la cerda.
El fenotipo de la longevidad está disponible en cerdas específicas al mismo tiempo que se registra el tamaño de camada del primer parto. Así se evita un desfase de tiempo, que a menudo sería problemático si se hubiera registrado la longevidad durante toda la vida de la cerda.
Por Lizette Vestergaard Pedersen, Asesora y Bjarne Nielsen, Asesor Científico Principal, Centro de Investigación Porcina Danés.