“El proyecto de las inversiones chinas en el sector porcino tiene características federales y puede tener impacto en muchas provincias”, dijo Esteban Turic, CEO de Biogénesis Bagó, en diálogo con El Economista y que adelantó que el proyecto comenzará este año “sin dudas”.
Tras el anuncio de que China estudia realizar megainversiones en el sector porcino por US$ 27.000 millones en los próximos cuatro a ocho años, el ejecutivo explicó que cualquier provincia que tenga aptitudes para producir maíz y soja, y a la vez tenga recursos de agua y de tierra, es candidata para desarrollar el proyecto. El objetivo es impulsar en el país la producción y exportación de carne de cerdo a China y otros destinos del sudeste asiático.
La iniciativa cobró fuerza meses atrás, luego de la firma de un memorando de entendimiento entre la Asociación Argentina de Productores de Porcinos (Aapp) y la Asociación China para la Promoción y el Desarrollo Industrial de China (Capid).
Turic contó que a partir de este año se comenzarán a armar proyectos particulares, y que estiman que en cuatro años de intenso desarrollo de la actividad se podrá transformar la producción de cerdos anual de 6 millones a 100 millones. La inversión significa la construcción de 200 granjas tecnificadas de 15.000 madres cada una.
“Esto no está abocado a una provincia solamente. Se trata de megaobras diseminadas por todo el país que generarán un gran desarrollo”, aclaró Turic.
Así como Córdoba ya manifestó su interés al proyecto de forma pública, hay otras provincias también interesadas, como La Rioja, Santa Fe y Buenos Aires.
Turic resaltó que Biogénesis Bagó, por conocer al empresariado chino y al argentino, puso en contacto a los productores de ambos países. Sin embargo, la empresa no ejecuta el proyecto. “Nosotros sí acompañamos. Además, si el mercado de cerdos crece, también nos genera oportunidades a nosotros”, clarificó.
Además, el ejecutivo contó que el Gobierno Nacional “se está moviendo para coordinar reuniones y avanzar en un proyecto de cooperación gobierno- gobierno para darle un soporte político a los acuerdos entre los privados”. Turic afirmó que desde el sector ya mantuvieron encuentros con Cancillería, el Ministerio de Agricultura, el de Desarrollo Productivo y con varias administraciones provinciales.
“Son proyectos de mucha envergadura que llevan diferentes etapas de encuentro entre las partes. El Gobierno actual está empezando a realizar las gestiones, y es bueno que se involucre para darle un correcto seguimiento”, aseguró.
Debido al año nuevo chino, en el Gigante Asiático no hay actividad hasta fines de enero. “A partir de febrero tendremos más novedades y avances”, completó Turic.
China representa una gran oportunidad para desarrollar el comercio. Además de ser en la actualidad el mayor destino de carne vacuna del país, se trata de la economía con mayor potencial de crecimiento.
El Gigante Asiático representa 20% de la población mundial, tiene un mercado de 1.400 millones de consumidores y su clase media está en ascenso. Además, es el tercer inversor mundial detrás de Estados Unidos y Japón, y durante 2017 aportó alrededor de US$130.000 millones en flujos de comercio e inversiones, según datos del último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BC), en el cual se detalla la relación Argentina- China.
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“El contexto actual parece favorable para una profundización del vínculo bilateral, tanto por la voluntad expresada por China -de avanzar en su relacionamiento con América Latina- como por la oportunidad de la coyuntura, dadas las consecuencias de la guerra comercial y la peste porcina”, indican en el estudio.
Agustín Tejeda, economista jefe de la BC, explicó que, al dejar afuera del intercambio a uno de los principales proveedores, “China tiene que salir al mercado internacional de manera más fuerte, buscando proveedores alternativos”.
El especialista sostuvo que si bien el país asiático tiene un interés particular en la región latinoamericana desde hace más de 10 años, “hoy hay una oportunidad coyuntural para la Argentina, que tiene que plantear opciones de negociación”.
Según explicó Tejeda, la estrategia china para América latina se da por la búsqueda de la seguridad alimentaria que mantiene el país asiático: “China abrió tres vías para lograr su objetivo: subsidiar su producción, abrirse al comercio comercial y vincularse a través de inversiones que le den más gobernanza en la generación de exportaciones”.
Esto quiere decir que China invierte en la comercialización en diferentes puntos para estar más cerca de la originación de la producción y de esta manera tener gobernanza en el intercambio.
Por Catalina Bontempo/ El Economista