Daniel Babot es Profesor Catedrático de Escuela Universitaria. Universidad de Lleida. Grupo-Gestión-Porcina (GGP-UdL-CEP), Departament Ciència animal de la Universitat de Lleida i Centre Estudis Porcins. En su exposición referencia al sector porcino español pero esto es extensible a nuestro país.
• El sector porcino español ha experimentado una profunda transformación durante las últimas décadas. Su futuro depende de la capacidad de producir carne de calidad, segura y trazable, de forma eficiente (en términos técnicos y económicos) y sostenible (en términos medio ambientales).
• El presente documento tiene como objetivo identificar algunas de las técnicas y tecnologías existentes, y presentar algunas posibilidades de utilización en las granjas porcinas en un futuro inmediato.
• A medida que la ciencia y la investigación avanzan, van apareciendo nuevas técnicas y tecnologías que debidamente implementadas deben ser una oportunidad para afrontar los retos actuales del sector porcino.
• Focalizaremos la búsqueda en cuatro áreas que entendemos como prioritarias para el sector porcino en la actualidad: bioseguridad, bienestar animal, medio ambiente y eficiencia.
El sector porcino aporta el 35,8% de la producción de carne mundial de carne (FAOSTAT, 2016). Europa, con el 19% del censo, aporta en torno al 24% de la carne de porcino producida en el mundo. España, con el 3% del censo mundial (19% del censo de la UE-27), supone el 3,5% de la carne de porcino (18% de la producción de carne de la UE-27). Estas cifras han situado a España como 4º país en importancia, tanto en censo como en producción de carne de porcino en el mundo.
El sector porcino español ha experimentado una profunda transformación durante las últimas décadas. En los años cincuenta, la práctica totalidad de la producción se realizaba en el marco de la ganadería tradicional (Paz, 1984), caracterizada por explotaciones familiares con bajo nivel de desarrollo tecnológico.
Durante la década de los 70, 80 y 90 se consolidó un modelo de producción porcina con una mayor especialización de los diferentes agentes implicados y con la generalización de las fórmulas de integración como mecanismo fundamental de relación entre ellos (Langreo y Rodríguez-Zuñiga, 1992).
Iniciado el siglo XXI, la producción porcina española se enfrenta a la necesidad de exportar carne de porcino y de competir en el mercado internacional y, por tanto, tiene la necesidad de abrir y consolidar nuevos mercados.
De forma paralela al crecimiento de la producción porcina, también se ha incrementado la atención de la sociedad y de los grupos sociales sobre la producción y la carne de porcino, tanto a nivel mundial, como europeo y español.
El futuro del sector porcino español depende de la capacidad de producir carne de calidad, segura y trazable, de forma eficiente (en términos técnicos y económicos) y sostenible (en términos medio ambientales).
Además, es necesario que la sociedad revalorice la carne de porcino y conozca el potencial de la misma en la dieta. Desde la Unión Europea se ha legislado en los ámbitos de bienestar animal, seguridad alimentaria y reducción del impacto ambiental con normas que son vinculantes y que cada estado miembro debe implementar.
La presión social, la presión legal y la situación de competitividad que se genera en el mercado internacional, junto con la disminución del margen económico asociado al incremento de costes (en especial el de las materias primas), requiere una modernización continua de las explotaciones.
A medida que la ciencia y la investigación avanzan, van apareciendo nuevas técnicas y tecnologías que, debidamente implementadas, deben ser una oportunidad para afrontar los retos actuales del sector porcino, puestos de manifiesto con anterioridad.
Por ello, el presente documento, tiene como objetivo identificar algunas de las técnicas y tecnologías existentes, y presentar algunas posibilidades de utilización en las granjas porcinas en un futuro inmediato. Focalizaremos la búsqueda en cuatro áreas que entendemos como prioritarias para el sector porcino en la actualidad:
• Bioseguridad
• Bienestar animal
• Medio ambiente
• Eficiencia
Bioseguridad
La bioseguridad de la granja debe afrontarse como un proceso complejo en el que pretendemos asegurar la sanidad de los animales en el entorno de la granja. La granja del futuro inmediato debe diseñar un programa de bioseguridad integral y todo ello debe realizarse en el marco de un sistema de control y seguimiento dinámico y continuo.
En términos generales, habrá que analizar los agentes patógenos (bacterias, virus, otros agentes desconocidos,…), los vectores de transmisión (vehículos, personas, animales,…..), las rutas (“tierra, mar y aire”) y finalmente será necesario diseñar estrategias para cada agente, vector y ruta para optimizar la bioseguridad.
En la actualidad, las granjas ya aplican muchas de las estrategias existentes. Por ello, en este punto nos parece relevante resaltar dos aspectos en los que las nuevas tecnologías pueden ser de gran ayuda.
• En primer lugar, el uso de sistemas de identificación electrónica en algunos de los vectores de transmisión (vehículos,equipos, personas,…..) y la posibilidad del rastreo a tiempo real de los itinerarios realizados en el entorno de la granja.
• En segundo lugar, parece interesante valorar la posibilidad de utilizar tecnologías para filtrar el aire que entra en la granja y así poder aumentar el nivel de protección por la vía aérea.
Bienestar animal
El bienestar animal, en la práctica, empezó a despertar especial atención al sector porcino con la publicación de las normas mínimas de protección de los cerdos.
Entre los aspectos regulados por estas directivas, cabe destacar la obligatoriedad de manejar en grupos a las cerdas gestantes, después de la cuarta semana de gestación.
Esto supuso un cambio fundamental en el manejo, pasando del sistema clásico con alojamiento individual de las cerdas en jaulas a la necesidad de adaptar el manejo y la tecnología a la nueva situación de cerdas alojadas en grupos.
Todo parece indicar que en el futuro próximo los sistemas de alojamiento y manejo de cerdas en fase de parto y lactación deberán ser revisados y adaptados para evitar las jaulas de partos y así dar más libertad a la cerda, manteniendo el nivel de protección del lechón.
En este contexto, parece razonable presentar un avance de los nuevos modelos de instalaciones y de manejo que ayuden a sustituir las jaulas individuales para cerdas.
En las fases de cubrición-control y gestación se impone la necesidad de valorar e implementar la reducción de los días que la cerda está en la jaula después de la cubrición.
Para ello, es necesario ir pensando en la posibilidad de pasar a las cerdas a los parques en grupo de forma inmediata después de la cubrición. Un paso más puede darse si se eliminan las jaulas de cubrición y se procede a realizar la cubrición directamente en parques (con los animales en completa libertad o enjaulados solo durante el tiempo que puede durar la cubrición)
En la fase de partos-lactación también es previsible que la normativa tienda a reducir el uso de jaulas.
En base a ello, partiendo del modelo clásico actual de partos y lactación individual con cerdas en jaula, se están desarrollando nuevos modelos de manejo para las cerdas con parto individual o colectivo (con o sin jaula) y lactación individual o colectiva (con o sin jaula).
De forma paralela, también se plantea la posibilidad de manejar a los lechones en sistemas de lactación individual (cada cerda con su grupo de lechones) o en lactaciones colectivas (un grupo de lechones tiene acceso simultáneo a un grupo de cerdas).
Medioambiente
Las implicaciones medioambientales son otro de los retos que el sector porcino español ha tenido que afrontar en los últimos años.
Se ha estado trabajando de forma continuada en la gestión de purines y todo parece indicar que ahora será necesario añadir el reto de las emisiones de gases, para cumplir con los compromisos internacionales y ayudar a la sostenibilidad global del planeta tierra. La Directiva 2016/2284/EU, relativa a la reducción de las emisiones nacionales de determinados contaminantes atmosféricos, fija límites máximos para las emisiones anuales totales de los Estados miembros a partir de 2010.
Las Mejores Técnicas Disponibles (MTD) deben ser implementadas para reducir las emisiones en forma de deyecciones y de gases (BREF, 2015; Decisión 2017/302/UE) con un compromiso para 2021. Para contribuir a este reto, ante todo, es necesario disponer de información realista referente al grado de emisiones actuales, adaptada a las condiciones de nuestro sistema de producción.
Habrá que mejorar los inventarios de emisiones para que reflejen la realidad de las granjas y habrá que utilizar las técnicas y tecnologias existentes para la cuantificación de las emisiones de gases (NH3, CO2, CH4, NOx, …….) en granja. En base a ello hay que diseñar estrategias de minimización en granja (manejo de los purines, manejo ventilación,…….) que nos permitan reducir emisiones y, en última instancia, pensar en la posibilidad de filtrar el aire.
Eficiencia
La eficiencia en el uso de recursos es otro de los aspectos a tener en cuenta para justificar la sostenibilidad del sector porcino. Es por todos conocida la mejora continuada de la productividad de las explotaciones porcinas (BDPorc, 2018) y su contribución al balance económico positivo del sector en los últimos años (Observatorio Porcino, 2018).
Esta mejora de la eficiencia debe ser continua a lo largo del tiempo y aprovechar las nuevas tecnologías para aumentar la intensidad de la misma.
El incremento en la eficiencia del uso del alimento sólido (pienso compuesto o similar) puede abordarse con la utilización de los nuevos conocimientos en nutrición porcina y con la utilización de nuevos equipos para el suministro de alimento a cada animal (cerda reproductora, lechón, cerdo crecimiento-engorde) de forma individualizada. Es lo que en la actualidad se conoce como “Alimentación Porcina de Precisión”.
De forma paralela, también es necesario abordar la eficiencia en el uso del agua en la explotación, tanto la requerida por los animales como la utilizada en otras funciones (limpieza, refrigeración,….). Ello solo será posible con el control sistemático del uso de agua que permita mantener el rendimiento de los animales y la funcionalidad de las instalaciones con el mínimo uso de agua.
En la actualidad existen equipos para el control del uso de agua que permiten la lectura digital y la transferencia de datos e información (alarmas, fugas,…..) a tiempo real por medio de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Esto puede situarnos en la “Utilización Precisa del Agua en Granja”.
Por último, nos parece necesario comentar que nadie duda de que estamos en una Nueva Era de la Información (Big Data + Conectividad + Comunicación). Se dispone de equipos y técnicas que han de permitir un avance y desarrollo del sector imprevisibles, y así poder afrontar con más garantías los retos actuales y futuros.
La aparición de nuevos sensores (biosensores), las nuevas técnicas de muestreo, el uso de equipos para el registro de imagen y sonido, así como el rastreo de los animales ha de permitir avances insospechados.
El reto actual parece ser la necesidad de configurar Sistemas de Información que puedan integrar todos los datos obtenidos en la granja (Big Data: almacén, animal, alimentación, climatización, tratamientos sanitarios, sensores,……..) y así generar nuevos conocimientos que nos permitan un mayor acierto en la toma de decisiones a corto, medio y largo plazo.
Contribuir, en la medida de lo posible, a esta nueva era de la información y a su aplicación en el Sector Porcino es uno de los objetivos del proyecto PECT “Porcí de Lleida, la producció sostenible intel•ligent”, que se está desarrollando gracias a la co-financión con fondos FEDER y en el que participan la Diputació de Lleida, la Universitat de Lleida, el Grup de Sanejament Porcí de Lleida, l’Ajuntament d’Alcarrás, el Centre d’Estudis Porcins y ANPROGAPOR en representación del sector ganadero.