En el oeste de la ciudad, detrás de cigüeñas que bombean petróleo y kilómetros de caminos de tierra, un grupo de jóvenes con pocos recursos está a la espera de formar parte de una iniciativa tecnológica de vanguardia en el país: mejorar genéticamente la población porcina de la Patagonia.
“A mí este proyecto me está salvando”, manifestó Solange Peña, de 22 años. Criada en Toma Norte, desde hace 6 años forma parte de los emprendimientos en el complejo que tiene la Fundación Familia en Valentina Norte Rural. En una pausa de trabajar con unos cerdos gigantes y chillones, comentó que poder colaborar con la mejora genética “será una oportunidad, y no hay muchas oportunidades de este tipo por acá”.
El proyecto, encarado por la Fundación y el Centro Pyme-Adeneu, en colaboración con Pluspetrol y financiado por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (Cofecyt), pretende concretar una idea completamente nueva en todo el país: implantar embriones de otras latitudes a chanchas locales, en lo que se denomina “transferencia embrionaria”, para generar mejores condiciones genéticas y productivas para una industria regional en necesidad. Incluirá como ayudantes en las tareas a jóvenes en situación de vulnerabilidad social del oeste neuquino, alumnos y graduados de la Escuela Nuestra Señora de la Guardia.
En una primera instancia se proyecta incorporar al laboratorio a tres chicos de la fundación para tareas de asistencia, mientras se forman en los procedimientos.
“Ahora ya les damos de comer a los chanchos, los agarramos cuando se escapan, ayudamos a limpiarlos. Pero me gustaría mucho empezar a ayudar en el laboratorio. Va a estar bueno”, confesó Jonatan Courreges, de 16 años.
Con mejores genes, la expectativa está puesta en elevar los niveles de producción y calidad de los porcinos locales. Con mejores hembras, se pretende aumentar la cantidad de crías, y con mejores machos, la calidad de la carne.
Ahora, los chicos involucrados reciben una beca por sus labores que los ayuda económicamente y que se mantendría con las nuevas labores apuntadas a la mejora genética. Con el tiempo, ellos mismos indicaron que esperan obtener mejores oportunidades laborales con la capacitación, e incluso poder dedicarse a una carrera en eso.
“Cuando ayudemos en el laboratorio nos va a dar mucho conocimiento y un mejor futuro”, precisó Solange, que empezó a estudiar Agronomía tras años en diferentes proyectos en el predio.
“La transferencia de embriones en cerdos es una práctica que se haría por primera vez en el país”, explicó Ariel Garralda, orgulloso director del proyecto de transferencia embrionaria y coordinador del Programa Porcino del Centro Pyme-Adeneu.
Fuerte apuesta a la producción porcina
La región patagónica es un área libre de fiebre aftosa sin vacunación, por lo que está establecida una barrera zoosanitaria que prohíbe ingresar cualquier tipo de animal a la Patagonia que permitiría la mejora genética de la fauna local.
Melisa Tumini, doctora en veterinaria y futura encargada del laboratorio, aseguró que el proyecto espera dar acceso a los productores locales a nuevas crías con mejor genética al mismo precio que se venden en el norte, a la vez de capacitarlos para realizar por sí mismos la técnica de transferencia embrionaria.
En la actualidad, el método de mejora genética porcina utilizado en la región es la inseminación artificial, que no es la más efectiva.
Pero el ingreso de embriones a esta región está permitido y la experiencia apunta a apostar fuerte por los cerdos en la región.
Por Natali Ruiz de Galarreta / regionales@lmneuquen.com.ar