Este, claro está, es un parámetro importante que entra dentro de la estructura de costes de una explotación porcina, pero no cabe duda de que no se trata del único y ni tampoco del más importante.
Quizá por ello deberíamos revisar algunas consideraciones, en función de las distintas fases de producción en la explotación porcina actual, que podrían catalogar a la cerda como ideal.
La primera fase de las cerdas en la granja
Es decir, el tiempo que necesitan para adaptarse y poder ser cubiertas desde su entrada (entendiendo que el proceso de adaptación para todos los animales y para todas las genéticas fuera el mismo, con un nivel de sanidad SPF tanto en origen como en destino, para que no haya otras interferencias en los costes). No es lo mismo que hablemos de cerdas que deben cubrirse con una edad superior a los 8 meses (más cerca de los 9) que hablemos de cerdas que su madurez sexual permite que sean cubiertos a los 7 meses de edad.
En la gestación
La docilidad de la cerda, la facilidad de salida en celo y fácil manejo que facilita el trabajo a los operarios.
En la paridera
La capacidad de la cerda nulípara/multípara para tener partos sin necesidad de ser atendidos, con gran capacidad maternal, cantidad de animales nacidos vivos por parto y la capacidad de la cerda para sacarlos adelante sin necesidad de ayuda externa (léase nodrizas, manejo extra y alimentación especia). Para ello se requieren reproductoras que salen perfectamente de su primer parto y llegan al segundo, tercero, incluso hasta el sexto o séptimo sin necesidad de ser repuestas debido a bajas por muerte, más allá del rango normal de 5%, o por necesidad de ser enviadas a matadero por motivos diversos en la producción.
En la maternidad
Los lechones han de entrar con un buen peso homogéneo porque la cerda le ha aportado el alimento suficiente para conseguir el peso adecuado al destete, y salgan uniformes y teniendo el peso para pasar a la siguiente fase en el menor tiempo posible.
En la fase de cebo
Los cerdos deben tener una buena eficacia y eficiencia en su alimentación, con buenos índices de conversión, porque la cerda representa el 50% del producto final. Y que además tengan una buena velocidad de crecimiento, ayudando a minimizar las bajas, retrasos y saldos de los animales cuando llegan a la edad de sacrificio.
Lo pretendido con estas consideraciones es ayudar a catalogar con más efectividad a la cerda, desde la perspectiva empresarial. Lo que se ha buscado con este listado es identificar como cerda ideal al animal, que produce la mayor cantidad de carne a lo largo de su vida, con el coste de producción que le permita, mantenido en el tiempo, conseguir el beneficio industrial necesario para seguir con el negocio.
Fuente: www.actualidadporcina.com