Granja San Jorge, comenzó como un emprendimiento familiar con la cría de cerdos. Una apuesta a la producción local y el trabajo en la chacra, producir y dar valor. Gracias a la permanente capacitación e inversión en genética y el manejo de la piara hoy son referentes en la zona capital de Misiones.
Con objetivo comercial, este proyecto agropecuario, inició su actividad en 2008; y su objetivo principal es la producción de proteína animal, mediante la cría, engorde, faena y comercialización minorista.
El criadero está ubicado en el Paraje San Isidro, zona rural de Posadas. Hace diez años esta empresa se posicionó en el Mercado Concentrador de Posadas; llegando con la venta de cerdos a todo el público; y abasteciendo el mercado local.
En una entrevista con Economis, la dueña del criadero, Mariela Bernardy, cuenta que como productores se fueron capacitando en la actividad; principalmente vía internet y presencialmente en Córdoba (Marco Paz), Santa Fe (Amstrong) y Buenos Aires (Chacabuco).
“Fuimos invirtiendo en mejorar las instalaciones, la genética y el manejo de la piara. A estos tres conceptos básicos en la cría de cerdos, hay que agregar el de la eficiencia para que el proyecto pueda ser sustentable económica y ecológicamente”, sostuvo.
En el establecimiento se contó en un primer momento con 30 madres, luego fueron creciendo hasta llegar a 140 madres. Todo en estos diez años. El establecimiento comenzó con diez madres y un padrillo de muy baja calidad genética e instalaciones precarias.
Fue así que después de 14 años en el rubro y luego de muchos errores cometidos, cuenta la emprendedora, lograron armar un equipo de trabajo integrado por miembros de la familia donde cada uno es responsable de un sector clave de esta actividad: Mariela es la encargada de atender al público, su marido es el encargado del sector productivo, el criadero propiamente dicho, y su hermano de la logística de los cerdos faenados.
Este es el verdadero secreto en el éxito de una empresa de estas características; la administración debe estar en manos de quienes tienen interés genuino en el éxito del emprendimiento, asegura. Al planificar la empresa optaron por hacerse cargo de todos los segmentos de la cadena productiva y de comercialización, evitando que intermediarios que no participan en los riesgos se lleven parte de la rentabilidad.
Las primeras inversiones las fueron realizando en instalaciones destinadas al criadero de cerdos: galpones con techos de zinc, pisos de cemento, agua de perforación, espacios para el ingreso de sol, comederos húmedos-secos, silos para almacenar maíz en grano y expeler de soja, fábrica de alimentos balanceados, grupo electrógeno trifásico, peladora de cerdos, calderas, etc.
En esta primera etapa fue fundamental la construcción del primer galpón de maternidad con sistema de fosa para el estiércol, pisos y divisorias de plástico, jaulas para las madres y refugios térmicos para los lechones recién nacidos, agua para la madre y sus crías, etc. Esto posibilitó mejorar los índices de nacidos vivos y el número de lechones destetados.
“La etapa más traumática en la producción de cerdos está en el parto y en los primeros cinco días de vida del lechón. Éste está en la panza de la madre a 34/36 grados durante 114 días y si el ambiente en el que nace está por debajo de los 25 grados tendrá poca supervivencia y si es menor de 20 grados casi ninguna posibilidad de vida. Por eso es clave invertir en instalaciones apropiadas. Que también hace a una mejor calidad de vida de las cerdas madres. Los que crían cerdos sin invertir en instalaciones, no tendrán posibilidad de éxito”, aseguró Bernardy.
A su vez explicó que el capón (fue castrado a los 5 días de vida) terminado con 110/120 kilos de engorde, primero fue un lechón y si este lechón no tiene las instalaciones adecuadas para su supervivencia, no llegará nunca a capón. (Es decir, el productor no obtendrá dinero por ese animal muerto y todo el gasto de alimento y manejo de la madre será tirado a la basura).
El valor de la genética
“El otro gran cambio de mentalidad que nos dio la experiencia de los errores cometidos, fue la incorporación a nuestro criadero de animales reproductores de alta calidad genética. Si el objetivo es producir carne magra, tierna y de buen aspecto, es preciso disponer de madres y machos de alto valor genético”, explicó. La genética, por supuesto, tiene un precio elevado.
“Es más barato comprar un reproductor común al vecino. Para engordar un animal con bajo valor genético serán necesarios de diez a doce meses para llegar a 100/110 kilos, y será una carne con mucho tocino, color más oscuro y menor terneza. En cambio un animal de buena genética necesitará la mitad de ese tiempo para llegar al mismo kilaje, con una carne magra, más sabrosa y tierna”, indicó.
“Hoy una cerda madre de genética de punta disponible en Argentina está en 350/400 dólares y un macho carnicero 3.500 dólares aproximadamente. El semen que usamos para inseminar a nuestras madres es de un macho que cuesta aproximadamente 5.200 dólares. Esta es la “revolución mental” que debe hacer el productor agropecuario misionero”, remarcó.
La Granja San Jorge tiene su plantel de madres de Chóice Genétic casi en su totalidad.
El Manejo de la producción y buenas prácticas es otro aspecto clave en la producción de cerdos. Es necesario un manejo racional y eficiente para obtener buenos resultados, comenzando con el registro de todos los eventos de los animales: anotar fecha de servicio, fecha probable parto, encierro en la paridera, fecha de parto, lechones nacidos vivos y muertos, muertos al quinto día, lechones destetados, plan sanitario para la madre y lechones, etc.
“Para poder registrar el operador necesariamente debe saber leer y escribir, además de estar dispuesto a trabajar en un criadero de cerdos. Y hoy es cada vez más difícil encontrar gente joven en el ámbito rural que sepa leer y escribir, dificultad que se agravará cuando entren al sistema laboral los alumnos de la cuarentena y de los paros docentes”, remarcó Bernardy. Luego destacó que en el criadero cuentan con el asesoramiento técnico del médico veterinario Sebastián Patiño, uno de los pocos veterinarios especializado en la cría de cerdos disponible en Misiones, cuya intervención les permite mejorar la performance productiva.
Bienestar animal
“Consideramos a nuestros animales los verdaderos baluartes de nuestra empresa. Sin ellos nuestro criadero no tendría razón de ser. En consecuencia, buscamos brindarles instalaciones adecuadas para que puedan desarrollar una verdadera vida de cerdos. Es decir que puedan comer, jugar, dormir, disputar juntos. No aislados toda la vida en una jaula de 70 cm por 2 metros, donde no puede darse vuelta ni caminar. Solo acostarse y pararse,” explicó.
Según afirmó la misma, en Granja San Jorge, los animales viven libres en espacios de 25 metros cuadrados, donde pueden compartir y socializar. Esto evita el estrés que produce efectos negativos en los animales. Allí se aseguran que nuestros animales dispongan de espacio suficiente para hacer vida social, disponer de agua potable y alimento de calidad, y sin violencia en el trato con las personas.
Cría, faena y venta al público
“En Granja San Jorge hacemos toda la cadena productiva con el cerdo: cría, engorde y faena en nuestro criadero y sala de faena en San Isidro, y la venta al público en la carnicería que funciona en el mercado de Posadas. Esto les permite subsistir a pesar de la crisis económica que atraviesa la Argentina. El Gobierno de Misiones a través del mercado zonal, nos dio la gran oportunidad de disponer de un espacio para comercializar nuestros productos. Esto nos permitió reinvertir para crecer y poder ofrecer más de 100.000 kg de carne cerdo durante todo el año 2021 en ese lugar”, acotó.
Del productor al consumidor sin intermediario, estar en este mercado concentrador les permite contar con los servicios del Laboratorio de la Provincia de Misiones que semanalmente controla que la carne que se vende está libre de triquinosis. La cría, el abasto y la venta al público son actividades totalmente distintas entre sí y requiere disponer de personas con aptitudes y conocimientos muy diferentes. “En Granja San Jorge logramos coordinar las tres actividades con el objetivo de ofrecer carne de cerdo de calidad”, destacó.
“Hoy estamos produciendo con 140 madres que nos permite engordar cerca de 2.000 capones por año. Queremos producir más carne de cerdo pero tenemos una limitación: no disponemos de energía para agrandar nuestra fábrica de alimentos, agrandar nuestra cámara frigorífica y las máquinas de nuestra sala de faena, que funcionan con motores trifásicos”, comentó.
”En el consumo de carne de cerdo en Argentina y Misiones no hay techo”, puntualizó. “Todos los años tiene un crecimiento. Hoy estamos en 20 kg por persona/año”. En los últimos dos años por primera vez en la historia la suma de las carnes de pollo y cerdo superó el consumo de carne vacuna.
Argentina debe solucionar la disponibilidad de maíz y expeller de soja que se usan para elaborar alimentos para animales. Ambos están atados al precio del dólar. Una tonelada de maíz ronda los $40.000 y de expeller de soja $60.000. El precio de los núcleos minerales están directamente cotizados en dólares.
Hoy el sector porcino en la Argentina esta afectado por la importación de cerdo que está ocurriendo. En febrero de este año se importaron 3800 toneladas de carne porcina, cada vez va creciendo más; y esto afecta a la producción local.
“En Argentina es muy difícil producir, tenemos constantes cambios en las condiciones productivas, estamos todo el tiempo atados a las subas a las bajas, al precio de los comodities (maíz)”, puntualizó la entrevistada.
En Argentina la producción de cerdos está dada por los pequeños y medianos productores, no por las grandes granjas, es decir, el grueso esta en las pequeños y medianos criaderos.
Bernardy argumenta que el argentino hoy, se está volcando al cerdo un poco por el aumento en la carne vacuna, pero además, por el consumo de precio per cápita en este país, producto también de los cambios de habito en la gente, no solamente de la carne vacuna.
Destacó que la carne de cerdo ofrece cortes muy magros y saludables, aparte la genética con la que se trabaja hoy no es la misma que hace treinta años.
Bernardy sostiene que si bien el proceso del cerdo es mas corto del de la carne vacuna, es más intensivo. El precio de la carne de cerdo aumentó de diciembre hasta la fecha un 25% aproximadamente, hoy hay una diferencia de precios con la carne vacuna por la cual el consumidor, opta por el cerdo
Esa es una ventaja hoy se invita a la gente a que pruebe otros cortes de carne de cerdo, con recetas y formas distintas de cocinar.
Desde granja San Jorge expresan que la demanda de carne de cerdo es alta , ya que la gente se esta volcando a consumir esto. “Ahora llegamos a abastecer toda la demanda que tenemos en el mercado concentrador”.
Daños por sequía, incendios y medio ambiente
Los últimos incendios que sufrimos en la zona hicieron que la mayoría de la sociedad tomara conciencia de la necesidad del cuidado del medio ambiente.
En la cría de cerdo en confinamiento se dispone de mucho efluente que necesariamente debe ser tratado para que no dañe el medio ambiente. “En este criadero, utilizamos los efluentes de cerdos luego de tratados para abonar pasturas naturales e implantadas que serán consumidas por un plantel de búfalas y muy pronto de ovejas”, dijo Bernardy.
La productora dijo que una empresa agropecuaria debe servir para mejorar la calidad de vida de sus dueños y sus hijos. En tanto, reveló que lo peor que le puede pasar a una sociedad es que, personas de las zonas rurales emigren a las ciudades. No serán felices ni útiles. En cambio en la chacra estarán cómodos y generarán riqueza con su trabajo agrícola. Para eso es necesario que el productor sea comprendido y sostenido por los gobiernos. Sin limosnas. Con capacitación, orientación y créditos. En función de los ciclos agropecuarios.
Agregó también que, el productor debería tener un ahorro para soportar crisis económicas. Pero ahorrar en pesos hoy es perder plata por la inflación.
Por Eugenia Galarza / www.economis.com.ar