Acá estamos en otra cosa y algunos hechos cruciales nos pasan desapercibidos. Por ejemplo: el lunes pasado la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos aprobó el primer cerdo modificado genéticamente, para comida y/o uso terapéutico. Fue obtenido por la empresa Revivicor Inc, basada en Blacksburg, Virginia, y es un desprendimiento de la compañía británica que produjo la famosa oveja Dolly, el primer animal clonado del mundo. A propósito, hoy en Palermo vas a ver varios clones de caballos, una demo de que aquí podemos hacerlo.
La modificación en los llamados “GalSafe Pigs” elimina el azúcar alfa-gal de la superficie de las células de los cerdos, a la que se atribuyen efectos alergénicos en algunas poblaciones, la mayor parte de los casos en el sudeste de los EEUU. “Es un tremendo jalón para la innovación científica”, dijo el comisionado de la FDA Stephen Hahn.
Potencialmente, los cerdos GalSafe (que se demostró que no generan ningún efecto negativo en la salud de quienes los consumen) brindarían una fuente de materiales porcinos para producir medicamentos libres de alfa gal, y hasta tejidos u órganos para trasplantes. Este azúcar es la causa del rechazo de los órganos trasplantados a los humanos.
Con la aprobación FDA, se completaron todos los trámites desregulatorios. No existe en los EEUU la instancia de la autorización comercial: solo intervienen en lo que tiene que ver con la salud y el medio ambiente (EPA). El resto es cuestión de los privados.
Es la segunda aprobación de un animal modificado genéticamente. El primero fue en 2018: el salmón Aqua Advantage, que tiene la capacidad de crecer más rápido en los primeros estadios de desarrollo. Fue obtenido por AquaBounty, una compañía dedicada a la producción de salmones en tierra firme, combinando los beneficios de la mayor productividad con la seguridad que brinda el sistema con altos niveles de control.
Mejora sustancialmente la huella de carbono, por mejor conversión de alimento, menor consumo de agua (por el sistema de recirculación “RAS”) y por supuesto, desaparece el impacto de los predadores naturales. “Combina el don de la naturaleza con la ciencia y la tecnología, para producir comida de alta calidad, segura y amigable con el medio ambiente: el salmón responsable”. Así como tenemos la soja responsable.
Coincidiendo con la primera cosecha de AquaAdvantage, la semana pasada en sus instalaciones de Albany (Indiana) AquaBounty salió a buscar capital con una oferta pública, apuntando a obtener 25 millones de dólares destinados a construir una nueva granja. La acción valía 3 dólares. Levantaron 65 y la acción subió a 7. Hubo algunos financistas argentinos que, sin entender mucho más que “es el boom de las proteínas”, celebraban haber duplicado su postura en unas horas.
Ahora la compañía vale casi 400 millones de dólares y hasta ahora no ganó un peso, pero todos saben que es una mina de oro. No informaron adonde van a colocar la próxima estación de acuacultura, pero su CEO Sylvia Wulf anticipó que pasarán rápidamente a producir sólo el salmón AquaAdvantage.
La primera cosecha del convencional fue en agosto pasado. Pero a partir de ahora harán una rápida transición a la producción del modificado. Wulf sostiene que si bien hay grupos que rechazan los alimentos GMO, ésta no es una preocupación generalizada. Cree además que la pandemia del Covid 19 ha revalorizado el rol de la ciencia en el imaginario colectivo, ya que todas las vacunas han sido obtenidas por la vía de la alteración genética. Y que el verdadero “concerne” de la humanidad es la cuestión ambiental, y ese es el leit motiv de la apuesta al salmón responsable en tierra firme.
Es la misma línea ambiental de Impossible Food, la startup que elabora hamburguesas vegetales con “Heme”, una sustancia parecida a la hemoglobina de la sangre, lo que le da el gusto a la carne. El Heme se produce a partir de una bacteria del género Rhizobium, a la que le pusieron genes de soja para que fermente en bio-reactores. Impossible Food todavía no cotiza en bolsa, pero cada día vale más y fue elegida por Burguer King para su whopper vegano.
Sí, esto está pasando. Vale la pena seguirlo, es el nuevo mundo.
Héctor A. Huergo / Clarín.comRural