Llevamos 4 semanas de mayo y vimos distintas variaciones en los precios de las cotizaciones tanto de los animales en pié como de los precios de la carne al público, en un país que la gente tiene problemas de dinero en el bolsillo y está abocada a tratar de seguir comiendo, pero gastando la menor cantidad de pesos posible.
Fueron 4 semanas en las que el capón se afirmó con subas constantes, acercándose demasiado peligrosamente al valor de la vaca y con una caída estrepitosa del pollo, comercializándose a valores inferiores a los que tenía en la primer semana de este 2019.
Este último problema se agrava, teniendo en cuenta que en estas 4 semanas aumento muchísimo el stock de cajones de pollos congelados en las cámaras de las empresas. De no haber sucedido esto, el precio hubiera caído mucho más.
La carne de cerdo, sigue por ahora con una diferencia cercana al 20% de la carne vacuna y es una buena noticia desde el punto de vista competitivo para el consumidor, pero el precio del pollo se derrumbó y hoy al momento de la compra, los consumidores se inclinan por esta proteína, más accesible, dejando de lado las otras dos.
Por otro lado los precios de exportación a Rusia, principal mercado de la carne porcina, también tuvieron una caída entre U$D200 y U$D400 la ton. no siendo nada rentable exportar con los precios de opción en el mercado local. China aún llevará algunas semanas en comenzar las exportaciones y posiblemente no mueva mucho la aguja de los precios para nuestro mercado.
Algunos siguen con la idea de una suba ilimitada en el precio del capón y es bueno que así piensen, pero la realidad es otra, en el mercado local y en el internacional.
La única solución a los distintos problemas sería una salida de una cantidad importante de carne vacuna al mercado Chino, pero también el tema de lo inmediato no es lo que se ve.
Hay que estar preparado para los golpes y no que nos agarren de sorpresa. No es un mensaje desalentador, todo lo contrario, es realista.
Sus Scofra / Especial para Todocerdos