Este nuevo marco puede llevar al cierre a aquellas explotaciones que se decanten por modelos de gestación que provoquen descensos de productividad.
El margen de error ha de ser mínimo, ya que la inversión a desembolsar es considerable; y la delicada situación económica del sector en los últimos años, limita la disponibilidad de capital.
En este artículo se hace referencia a la experiencia del grupo Optimal Pork Production en la implantación de la normativa sobre bienestar animal, tanto en granjas de nueva construcción como en la transformación de explotaciones que ya estaban en funcionamiento. La clave del éxito está en lograr implantar modelos de gestaciones que no impliquen un descenso en los índices productivos y que, al mismo tiempo, simplifiquen el manejo y optimicen así los costes derivados de la mano de obra.
Por último, se expone el ejemplo de transformación de una explotación de manejo tradicional a un modelo de gestaciones altamente tecnificado.
La entrada en vigor de la directiva sobre bienestar animal en el año 2013 va a suponer un profundo cambio en el sector porcino europeo. Esta nueva normativa exige que las cerdas se alojen en libertad durante la gestación; solamente se permite la utilización de jaulas o boxes durante un corto periodo una vez realizada la cubrición.
El productor porcino tiene ante sí un importante reto, puesto que la implementación de estos nuevos modelos de producción supone, por un lado, una inversión económica cuantiosa y, por otro, no debe implicar un descenso en las producciones para poder seguir manteniendo la viabilidad de las explotaciones.
En Optimal Pork Production (OPP) llevamos trabajando con las distintas alternativas de modelos de gestaciones durante los últimos siete años, participando en el diseño de las instalaciones, así como en la puesta en marcha y seguimiento de las explotaciones.
El mayor problema que presenta la gestación libre estriba en garantizar un correcto plano de alimentación para cada animal. La adopción de un modelo u otro, en cuanto al sistema de alimentación, va a ser fundamental para poder conseguir la máxima productividad y garantizar un correcto peso de la camada al nacimiento.
Dos opciones rentables
En base a nuestra experiencia, consideramos que sólo dos modelos permiten mantener la eficacia productiva de las explotaciones:
Modelo simple, basado en jaulas abiertas y manejo de lotes de cerdas por días de gestación, para poder adecuar la cantidad diaria de alimento.
Modelo tecnológico, con estaciones electrónicas que permiten una alimentación individualizada y precisa al mismo tiempo que se facilita el manejo. Esto se hace imprescindible para granjas de alta productividad.
En cualquier caso, y teniendo en cuenta nuestra experiencia, podemos decir que con las gestaciones libres se puede mantener e incluso superar la productividad, pero para ello, es necesario aplicar criterios de manejo y diseño de las instalaciones basados en un amplio conocimiento de los distintos factores que afectan a la producción. Así, se podrá determinar cuál puede ser el modelo más adecuado y, en el caso de la transformación de explotaciones existentes, cómo y en qué momento del ciclo productivo se debe de realizar el cambio a la gestación libre.
Modelo tecnológico
La implantación del modelo tecnológico conlleva, por un lado, la formación y capacitación del personal para poder hacer frente al reto que supone el control y manejo de las estaciones de alimentación electrónica y, por otro, el entrenamiento y adaptación de los animales a comer dentro de las estaciones de alimentación.
Formación del personal
La formación del personal es un pilar fundamental de los sistemas de alimentación con estaciones electrónicas. En este sentido, cabe resaltar que una formación inadecuada o insuficiente puede llevar al fracaso incluso cuando se dispone de los mejores equipos electrónicos del mercado. Por tanto, un periodo de instrucción teórica previa a la entrada de los animales se hace imprescindible para todas aquellas personas que luego quieran manejar cerdas alimentadas con estaciones electrónicas. Como factores más relevantes están el equipo informático, el entrenamiento de los animales, conocer las dinámicas de comportamiento y el mantenimiento del sistema.
Equipo informático
Al menos una persona de la plantilla debe tener un conocimiento completo del equipo informático, y todos los miembros del equipo deben conocer unas funciones básicas como animales que no comen, ejemplares que se tienen que seleccionar, dar altas o bajas al sistema, manejo de PDA, resolver distintas situaciones puntuales.
Entrenamiento de las cerdas al sistema
Aunque se diseñan instalaciones y protocolos que minimizan la intervención del personal y facilitan el adiestramiento, es necesario conocer cómo se debe ayudar a las cerdas para que el periodo de adiestramiento sea eficaz, no se prolongue en el tiempo y, sobre todo, se minimice la pérdida de condición corporal de los animales durante este proceso.
Conocimiento de la dinámica de comportamiento de los animales en grupo
Comprender las dinámicas comportamentales de las cerdas cuando se alojan en grupo, es fundamental para obtener la máxima eficacia de las estaciones electrónicas y minimizar la intervención del equipo humano. En este sentido, ayuda el tener establecido de antemano las mejores horas y días para los distintos movimientos y posibles intervenciones a realizar.
Por ejemplo, no es aconsejable que la primera tarea del día sea mover animales del grupo a salas de maternidad, pues es posible que algunas cerdas aún no hayan sido apartadas del grupo simplemente porque no se han comido su ración. Ocurre lo mismo a la hora de introducir animales al grupo en momentos en que se están apartando otros del mismo.
Mantenimiento del sistema
Es necesario realizar revisiones periódicas del correcto funcionamiento del sistema, así como llevar a cabo las tareas de mantenimiento establecidas por el fabricante.
Tecnificación inteligente
La apuesta por la tecnificación de las explotaciones debe ser decidida, y este cambio en las instalaciones ha de aprovecharse para mejorar la eficiencia productiva y económica.
Recordemos que el mayor coste de la producción es el derivado de la alimentación, por lo tanto la implementación de sistemas que optimicen este capítulo requiere un estudio pormenorizado a la hora de tomar decisiones sobre la construcción de una nueva explotación o modificar las instalaciones existentes. Así pues, merecen especial atención los nuevos sistemas de alimentación líquida en la maternidad, donde los resultados obtenidos, tanto a nivel de condición corporal de las cerdas como de peso de la camada al destete, justifican plenamente su utilización.
Por otro lado, la alimentación de los lechones mediante el empleo de equipos que permiten el paso gradual de papilla a alimento sólido supone una importante mejora en los índices de crecimiento, al mismo tiempo que facilita el control de los procesos colibacilares.
OPP asesora y controla la producción de más de 20.000 cerdas alojadas bajo los criterios de bienestar animal, y alimentadas mediante estaciones electrónicas.
Dentro de este grupo, hay explotaciones de nueva construcción y otras que han superado un proceso de transformación y remodelación. La transformación de explotaciones a la normativa de bienestar permite, en algunos casos, la modificación de su capacidad así como de su orientación productiva. Estos cambios no deben suponer, en ningún caso, una disminución de la producción ni generar un aumento de patologías.
Una apuesta de futuro
Un ejemplo de los cambios asociados a gestaciones libres es el de una granja que pusimos en marcha en abril de 2007 en Galicia. Se trata de una explotación (granja A) con 300 madres F1 Duroc – Landrace (Selección Batallé) y producción de lechón hasta 20 kg, que incrementó su capacidad hasta 900 cerdas en sistema de gestaciones libres con estaciones electrónicas.
El aumento de censo se realizó con 300 cerdas de reposición y 300 procedentes de otra vieja explotación (granja B) perteneciente a la empresa, que no podía seguir con la actividad. Aquí se planteaba un reto importante tanto desde el punto de vista sanitario como del productivo, puesto que se iba a realizar la modificación de las instalaciones y la entrada de los nuevos animales con la granja en funcionamiento.
Adaptación sanitaria
El primer desafío fue el sanitario: se iba a producir la mezcla de tres poblaciones distintas de cerdas. Esto se solucionó mediante la planificación y puesta en marcha de un protocolo para garantizar el equilibrio inmunitario de las distintas poblaciones. Así, desde el año 2005 se empezó a trabajar con la posibilidad de que parte de las cerdas de la nueva explotación procedieran de la granja B, por lo que desde esa fecha, la reposición de las granjas A y B compartieron un mismo espacio de cuarentena-infectena, de forma que se consiguió un estatus inmunitario similar.
En el momento del traslado sólo se eligieron las cerdas de menos de seis partos.
Adiestramiento de las cerdas
Otro reto importante fue el adiestramiento de las reproductoras a los nuevos sistemas de alimentación, debido a la cantidad de animales que en poco tiempo tendrían que poder alimentarse en las estaciones electrónicas. El entrenamiento fue gradual y se prolongó durante cuatro meses.
Se planificó de modo que la producción se viera afectada lo menos posible y que la intervención del personal fuera mínima, para paliar la repercusión sobre los trabajos habituales en granja.
Personal
Para el personal de granja supuso una revolución, que no todos fueron capaces de superar. El proceso de formación se llevó a cabo al mismo tiempo que el adiestramiento de los animales.
Resultados productivos
En la actualidad, la explotación está funcionando a pleno rendimiento y ha mejorado sus resultados productivos. El personal se siente más motivado e implicado en la producción realizando una gestión más profesional. El resumen de los resultados productivos de la explotación antes y después de la adaptación aparece en la tabla de la página siguiente.
El número de lechones nacidos totales aumentó debido, por un lado, a la mejora genética y, en gran medida, porque las cerdas nulíparas entraban en servicio con mayor peso y edad como consecuencia del sistema de entrenamiento, que nos lleva a cubrir animales con 9,5-10 meses de vida.
La duración de los partos disminuyó y, como consecuencia, se apreció una reducción en el número de lechones nacidos muertos.
La tasa de reposición se incrementó debido a un aumento del número de cerdas enviadas a sacrificio por problemas locomotores.
Estos problemas son provocados por alteraciones de la parte distal de las extremidades que suelen comenzar con una inflamación de la pezuña que evoluciona hacia distintos grados de cojera. En algunos casos la lesión llega a impedir el movimiento del animal.
Ante la nueva realidad que se presenta, pensamos que sería de gran importancia la creación de foros de discusión donde se puedan poner de manifiesto las nuevas situaciones en las explotaciones con gestaciones libres y buscar soluciones a los problemas derivados de los nuevos sistemas de alojamiento, como el estudio del tipo de suelo continuo que puede provocar problemas locomotores. En estos casos, el concepto de bienestar según legisladores e intérpretes llega a transformarse en malestar para las cerdas.
Estaciones electrónicas
Las estaciones electrónicas han de ser gobernadas por un equipo informático que permita que cada estación se adapte al tipo de cerda que ha de alimentar y que garantice un control total de todas las cerdas por el personal. La importancia de la precisión de estos sistemas viene dada por factores como los siguientes:
Velocidad de alimentación. Las cerdas jóvenes (nulíparas y primíparas) necesitan un tiempo de ingesta más prolongado que el resto de madres, por lo que se hace aconsejable disponer de estaciones específicas para estos animales (y también por motivos de comportamiento) para poder regular los tiempos de alimentación. Así, mientras a una cerda adulta se le pueden administrar porciones de 100 gramos cada 5 segundos, para una hembra joven debemos incrementar estos intervalos a 15 segundos.
También es importante que a cada fracción de alimento se la acompañe de una cantidad de agua, de manera que se constituya una papilla, ya que así aseguraremos una velocidad de ingesta mayor y un aprovechamiento total de la ración diaria. Por ello, el sistema informático debe poder definir con precisión qué cantidad de agua acompaña a cada fracción de alimento, pues un exceso de agua provocará que se desperdicie alimento y un defecto dará lugar a que muchas cerdas coman más lento y se dejen parte de la ración.
Reparto de la ración en porciones pequeñas, de unos 100 gramos, para asegurarnos de que cada animal come la cantidad asignada, ya que hay algunas cerdas que no son capaces de ingerir la ración de una sola vez.
Posibilidad de trabajar con distintas curvas de alimentación (no se suelen utilizar más de cuatro) y poder definir con precisión de gramos cada una de estas curvas, para un óptimo aprovechamiento de la ración.
Uso de equipos portátiles, para agilizar el trabajo diario y evitar desplazamientos del personal al ordenador central para cualquier modificación o consulta.
Empleo de sistemas de detección de cerdas sin chip, puesto que hay cerdas cuyos chips se pierden o dejan de funcionar, y que no podrán ser alimentadas. La sustitución de chips es una cuestión prioritaria; si el sistema permite localizar a esas cerdas o, mejor aún, separarlas del grupo, la tarea de sustitución de chips se ve facilitada.
Posibilidad de selección y/o marcaje de cualquier animal dentro de un grupo de forma preestablecida o al momento, si fuera el caso.
Interconexión entre el equipo de gestión y el equipo de alimentación para evitar duplicar tareas y simplificar el funcionamiento diario.
Control de cojeras
Desde nuestra experiencia entendemos que hay una serie de aspectos que deben ser controlados y revisados para disminuir la incidencia de los problemas locomotores:
Nutrición: el aporte de minerales en forma de quelatos contribuye favorablemente a evitar las cojeras.
Genética: se debe tender a seleccionar animales con pezuñas más resistentes, pues con el nuevo sistema las cerdas permanecen más tiempo de pie.
Manejo: se hace necesario la realización de tratamientos locales periódicos a base de desinfectantes y agentes que den más resistencia a las pezuñas.
Instalaciones: el diseño y la calidad del piso, así como un drenaje eficiente, contribuyen a limitar la presentación de este tipo de lesiones.
Legislación: actualmente hay distintos criterios de interpretación de la legislación por parte de las autoridades tanto comarcales como autonómicas, por lo que se hace imprescindible la adopción de un criterio común en el ámbito estatal.
Conclusiones
Antes de hacer el cambio de instalación de jaulas a cerdas sueltas, es imprescindible realizar un estudio en profundidad evaluando todos y cada uno de los aspectos que puedan influir en la producción.
Es fundamental la planificación del modelo de producción, así como dimensionar correctamente las instalaciones.
La instauración de la normativa sobre bienestar animal provoca un profundo cambio en las instalaciones y el manejo de la explotación, pero eso no debe suponer una disminución de las producciones. Éstas se pueden mantener e incluso superar, al mismo tiempo que se mejoran la calidad de los lechones y la condición corporal de las cerdas.
Fuente: SUIS & Razas Porcinas.