En la Argentina, la pandemia por Covid 19 llegó en el medio de un calendario cargado de actividades para el sector agropecuario. Por un lado, se desarrollaba la cosecha gruesa de soja y maíz y, por el otro, se daban los destetes de más de 14 millones de terneros.
“El campo adoptó las medidas correspondientes en cuanto al cuidado de las personas y siguió trabajando. Fue considerado una actividad esencial para los argentinos y se mostró a la altura de las circunstancias”, aseguró el presidente de la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios, Sean Scally.
El también director regional en Zoetis para Latinoamérica Sur, destacó el poder de adaptación de la industria local de laboratorios, dejando en claro que, si bien se encuentran exceptuados de cumplir con la cuarentena obligatoria, la fuerza de ventas de las empresas sigue hoy trabajando desde sus casas, al tiempo que las plantas de elaboración de fármacos y biológicos veterinarios implementaron todos los protocolos necesarios para seguir adelante.
Más allá de las complicaciones iniciales, lentamente también se fueron solucionando algunos inconvenientes logísticos. Para Scally, la gran incógnita pasa por la situación económica post pandemia, tanto desde el comportamiento de las personas como consumidores de alimentos y propietarios de mascotas, así como de los productores agropecuarios.
-¿Cuál es la visión en cuanto a lo ocurrido en la producción animal?
-A nivel general podemos decir que los productores ganaderos (carne y leche) continuaron con su trabajo luego de ser considerados una actividad esencial.
Se sostuvo la demanda de productos veterinarios, acompañando las distintas etapas de la producción. En el caso de la actividad porcina, se vieron algunos efectos como la acumulación inicial de stock en los frigoríficos y caídas de hasta un 20% en el precio, llevando preocupación a los productores.
En cambio, en avicultura se sintió un salto en la exportación en un primer momento, pero después surgieron algunos inconvenientes. Más allá de ellos, es una industria con capacidad de reacción y estimo que los precios pronto resultarán favorables.
Se prevé que el consumo interno seguirá sostenido o a lo sumo copiando una caída en el poder adquisitivo de las personas. No será diferente a otra crisis económica.
-¿Los efectos económicos pueden impactar en el segmento de los animales de compañía?
-La realidad nos indica que las veterinarias siguen abiertas y trabajando, atendiendo con turnos y siguiendo los protocolos correspondientes. Aún no se ve un impacto negativo en los volúmenes de ventas. Quizás se pueden postergar algunas tareas preventivas, como ser las vacunaciones, pero no por mucho tiempo.
Se demostró que el cuidado de perros y gatos no es un tema menor; todo lo contrario.
-¿Qué sucede con los laboratorios puertas adentro?
-La industria sigue produciendo y abasteciendo al mercado no solo local, sino también con exportaciones a otros países. Claro está que esto puede haberse resentido sin dudas por el contexto global y los problemas en cada uno de los países. A nivel interno, notamos que los niveles de stocks en el canal se comportan normalmente, en base a la rotación por parte de un sistema de logística que sigue con la línea que se venía trabajando previo a la pandemia. Además, es bueno destacar que la cadena de pagos sigue estable. Esa también es una buena noticia.
-¿Y en materia de rentabilidad y capacidad de inversión? ¿Cómo está la industria?
Claro que al hablar de márgenes no nos encontramos en los mejores niveles, pero seguimos siendo una industria sustentable. Basta con hacer un ejercicio y tomar un dólar de referencia en $17 (2017), que ahora está a $ 70. Es difícil encontrar que nuestros productos hayan subido cuatro veces en el mismo periodo. Sin embargo, la industria tiene que seguir enfocada en la calidad de los productos que ofrece, en divulgar la importancia de la
sanidad, ser una industria que atrae a nuevos talentos, independientemente del corto plazo e ir siempre en búsqueda de una mayor eficiencia productiva.
-¿Qué oportunidades tiene la Argentina?
-En el caso de la ganadería es clave elevar los niveles de parición y destete. De ese modo se podrán aprovechar mejor las oportunidades que ya se presentan en el mercado interno.
El mercado de animales de compañía tiene una oportunidad enorme: solo el 30% de la gente lleva su mascota a la veterinaria al menos 1 vez por año en Argentina.
En cerdos y pollos, Argentina tiene la posibilidad de sumarse paulatinamente a la mesa de los países exportadores, (avicultura ya exporta el 25% de su producción mas o menos), generando más divisas y empleo para toda la cadena productiva. Hay que insistir en la aplicación de planes sanitarios. Muchas veces se atribuye esa falta de eficiencia otros factores, cuando un 50% de lo que nos falta, no lo logramos por problemas sanitarios en los rodeos.
-¿Hay ganadores y perdedores?
-Aquellos productores que venían con problemas serán sin dudas las más complicadas. Es clave dejar en claro que los laboratorios con plantas instaladas en la Argentina siguen produciendo y que las que importan sus productos no tuvieron inconvenientes a la hora de ingresar al país. A pesar de la crisis, las empresas nacionales y extranjeras siguen apostando por el país y el sector. La potencialidad está intacta.
-¿Cuál será la responsabilidad de la industria en la post pandemia?
-La responsabilidad que tienen las empresas y los líderes en estas situaciones de crisis es (seguir enfocado en implementar acciones que priorice la sanidad en la producción, estar cerca de sus equipos) y colaborar con la comunidad en general. El sector veterinario agrupado en Caprove no ha reducido sueldos, ni planeamos reestructuraciones. De cara a futuro es fundamental pensar qué pasará post cuarentena, ¿vamos a seguir haciendo lo mismo? La mirada estratégica de todos los eslabones tendrá un peso relevante en lo que viene.
Caprove sigue la cuestión de cerca
La comisión directiva de Caprove no se detiene. Para su actual presidente, Sean Scally, las reuniones que solían ser mensuales ahora se realizan cada 15 días, pero de forma remota. “El debate que nos importa no pasa por cuándo vamos a salir de esta cuarentena sino cómo se trabajará en la industria al salir”, dispara el ejecutivo. Y se pregunta: “¿Seguiremos haciendo lo mismo que antes o encontraremos nuevas formas?”.
Más allá de esto y de destacar el tratamiento de temas ligados no solo a protocolos de trabajo, sino también a cuestiones del mercado interno y al normal desempeño de las exportaciones de productos veterinarios, fármacos y biológicos que tienen sus empresas socias.
“Senasa con algunas limitaciones, se ha adaptado a trabajar en esta cuarentena y a pesar de algunos retrasos las aprobaciones se fueron dando de tal manera que las operaciones de los laboratorios no fueron afectadas”, agrega Sean Scally.
Facundo Sonatti
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