La Cámara de Productores Porcinos de Entre Ríos (Capper) elaboró un informe para exponer durante la Asamblea General Ordinaria de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER). El trabajo plantea no sólo las dificultades que atraviesan los actores de la cadena, sino también las oportunidades que se abren en el mercado interno y externo.
El 2018 ha sido un año difícil para el sector porcino marcado especialmente por resultados negativos que se explican por tres factores: reforma tributaria, sequía y devaluación. La alta volatilidad cambiaria que conllevó ascensos importantes en el valor del dólar, desequilibró la estructura de costos de una granja que se encuentra dolarizada, mientras su producto (cerdo en pie) se comercializa principalmente en el mercado interno, logrando que se incremente esa estructura de costos de los productores.
Esta situación se mantuvo durante gran parte de 2018 y tiende a equilibrarse en 2019, siempre y cuando no se repitan saltos bruscos en el tipo de cambio, marco de la situación anterior.
De la estructura de costos, podemos mencionar aumentos en la harina de soja (insumo proteico) y el maíz, por la marcada demanda debido a la sequía 2018/2019; la energía eléctrica y productos veterinarios, que en su mayoría tienen componente dolarizada. El aumento del precio del cerdo no copió los pasos de la divisa norteamericana, sino que fue subiendo al ritmo de la inflación.
La reforma tributaria que comenzó a regir en febrero del año pasado, en virtud de la cual se bajó la alícuota del IVA ventas de la carne de cerdo del 21% al 10,5% impactó negativamente en el sector generando saldos técnicos de IVA, ya que el IVA compras pagado al momento de comprar insumos de producción es mayor que el IVA ventas que recibe el productor al vender el animal.
Esta irrecuperabilidad de los saldos de IVA, que se agrava ante inversiones, junto con las altas tasas de interés mantenidas durante los últimos meses, dificultan el vuelco de dinero en inversiones hacia el sector.
Por último, es necesario precisar que, el sector porcino tanto como el sector agropecuario en general, aún sufre la inestabilidad estructural que ofrece la traza vial provincial.
Perspectivas de crecimiento y desarrollo
A pesar del escenario adverso de los últimos años, existen expectativas de crecimiento en el sector.
En el plano local, el precio del cerdo se ha recuperado en los últimos meses y el consumo per capita aún se mantiene en leve, pero real ascenso. Los aumentos de precios de las carnes competidoras (vacuna y avícola) han abierto una brecha de crecimiento del consumo de cerdo, que la cadena está captando.
Por otra parte, el sector está expectante a nivel internacional, en función de la apertura del canal comercial que pueda abrirse con China, país que es importador de carne porcina y que actualmente está siendo fuertemente golpeado por la Peste Porcina Africana, con resultados catastróficos sin precedentes.
Obstáculos y oportunidades
Mientras no se instrumente un mecanismo que permita el recupero de IVA técnico, el sector no crecerá en los ritmos sostenidos que venía manteniendo. Por otro lado, las altas tasas impositivas propias del país y que no son ajenas al sector, también obstaculizan el crecimiento y dificultan el sostén de una cadena que agrega valor y genera mano de obra genuina.
Hay que destacar la oportunidad que tiene el sector porcino en la provincia, donde en el emplazamiento geográfico, le permite obtener rápidamente los insumos básicos de producción (harina de soja y maíz) pero que deben mantener precios razonables para poder competir con precios del cerdo internacionalmente.
Finalmente, una oportunidad que no es menor, viene generada por el status sanitario de los establecimientos porcinos entrerrianos, que debe mantenerse y reforzarse, sobre todo generando acuerdos institucionales que verdaderamente persigan estos objetivos, y que permitan a nuestra producción captar la oportunidad que aparece en los mercados internacionales debido a la crisis sanitaria de los productores chinos.