Los datos que publicó el Senasa dan cuenta de un incremento del 11% en la faena vacuna de enero, en igual porcentaje creció la de pollos, en tanto la de cerdos aumentó 10%.
En el caso del sector avícola, desde hace unos meses que se observa un incremento de la producción que repercute en los precios al consumidor cuya actualización el año pasado fue muy leve y muy lejana a la suba general de precios y de costos. En efecto, Roberto Domenech, presidente de CEPA señaló en diciembre que esperaban para ese mes y para enero un consumo promedio de 48 kilos por habitante/año. Hay que tener en cuenta que esta producción sufrió el año pasado además una caída marcada de sus exportaciones por la falta de competitividad y por la caída de mercados importantes como Venezuela.
En el sector porcino la suba en la faena se podría explicar por la puesta en marcha de sistemas productivos pero también por la mayor registración de establecimientos productivos, lo que modificaría los números en los registros.
Con respecto a lo que está pasando en el sector vacuno indicaron que se verifica una mayor presencia de hembras en la faena.
En el total representan el 43%, se podría decir que el stock entró desde diciembre en una etapa más cercana al equilibrio que a la retención. De los datos oficiales se destaca que la presencia de vaquillonas respecto de enero del año pasado creció 27%.
El incremento en la faena total se puede explicar por los incrementos en la salida de hacienda de los feedlots, de los campos de recría y engorde a pasto y en menor medida por el impacto del clima (inundaciones y seca).
Además, hay que tener en cuenta que los precios del gordo no son alentadores y tampoco hay buenas perspectivas respecto de la evolución de la economía para este año, al menos por ahora aunque uno no pierde el optimismo, lo que esperamos es que el nivel de actividad en algún momento arranque y con él también despegue el consumo. Pero ahora eso no se observa, la falta de expectativas respecto del futuro de la economía también afecta las decisiones de inversión.
Este año no creemos que los precios del ganado vayan a tener un mejora importante, si hay recomposición será leve. Tengamos en cuenta que el año pasado la inflación fue del 40%, que los precios del ganado aumentaron menos del 10% y que tampoco hubo subas en el precio en góndola debido a la debilidad de la demanda. Si a eso se suma la mayor oferta de pollos y cerdos este año la demanda local estará más que abastecida, para desagotar al consumo local se requiere que la exportación se muestre más activa lo que incentivará la producción de novillos.