El cálculo del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) es que 70% del alza de las importaciones mundiales de soja y 40% del incremento global de maíz corresponderá a China en los próximos 10/20 años. Para entonces, se convertiría en la principal importadora mundial de maíz –como ya lo es de la soja-, tras dejar atrás a México y Corea del Sur. Pasaría de importar 7 millones de toneladas de maíz en 2014 a 22 millones en 2023, según recoge el INTA MArcos Juárez en su portal.
Es un fenómeno correlativo con el auge de la producción doméstica de carnes (90 millones de toneladas en 2023/2024). Ya 40% de la carne de cerdo se produce en grandes firmas, creadas por la incorporación de unidades familiares a través de la cesión de derechos de uso sobre la tierra. Muchas de estas grandes compañías cuentan con inversiones y tecnología extranjera, y los insumos de la alimentación animal (soja, maíz y harina de soja) los adquieren del mercado internacional. De ahí el aumento exponencial de las importaciones.
El pueblo chino obtenía hasta 2000 más de 90% de las calorías necesarias para su alimentación de las proteínas vegetales (arroz, trigo, mijo, porotos, etc.). Luego China se incorporó a la OMC (2001) y abrió la totalidad de su economía, en primer lugar la agrícola; y así comenzaron en gran escala las importaciones de granos, y en primer lugar de soja. En 1995, importó soja por U$S 75 millones y ese valor ascendió en 2014 a U$S 38.000 millones. La consecuencia fue el vuelco masivo de su población al consumo de proteínas cárnicas (en el marco de un proceso de transición dietaria); y hoy más de 40% de las calorías necesarias para la alimentación provienen de las carnes, ante todo de cerdo (más de 60% del total).
El consumo de carne de cerdo aumentaría 6,6 kilos per cápita anual en la próxima década, y haría un total de 66 kilos cápita/año, que es 3 veces superior al consumo de aves (2,7 kilos/año/cápita), y 7 veces mayor que el de carne vacuna (0,85 kilos/año/cápita).
Hay un nuevo mecanismo de acumulación en China guiado por el consumo doméstico; y en él lo esencial es el aumento del ingreso per cápita (más 9,4% en 2014), que crece por encima del alza del PBI nominal (más 7,4% el año pasado).
Este proceso se manifiesta en los sectores rurales por la virtual desaparición del excedente de la fuerza de trabajo agrícola, debido a la aceleración de la migración interna y el aumento de la urbanización (pasa de 51% de la población en 2014 a 63% en 2023/2024), con un alza de los salarios rurales de 15%/20% anual en los últimos 6 años. Urbanización equivale a aceleración del cambio dietario, que es la causa fundamental del alza de las importaciones de soja y maíz. Por eso se multiplican en toda China los restaurantes y cafeterías de marcas internacionales (KFC, Starbucks, McDonald’s, etc.).
China faenó el año pasado 700 millones de cabezas de ganado porcino (1 por cada 2 habitantes), pero aun así, el consumo aumenta por encima de la producción. Por eso es que ahora ha comenzado a importar carne de cerdo, sobre todo de EE.UU. (de ahí la compra de Smithfield Corp. en U$S 7.000 millones), y ya no sólo de granos para la alimentación animal. El hilo rojo del desarrollo de la agricultura mundial en los próximos 10/20 años es el aumento del consumo de carnes en China.