Es importante haber terminado el año 2024 aumentando un 80% de lo que exportamos el año pasado, pero no es suficiente. No hay una cultura de exportación y fundamentalmente no hay una cultura de entender el negocio en su totalidad. La exportación, lo repetimos siempre es un negocio de continuidad y no de oportunidad y en el 2024 nos dimos cuenta tarde de que teníamos que exportar para compensar el mercado interno y cuando lo hicimos en junio, la intención duró solo tres meses hasta que el precio interior era mucho mejor que el de exportar. Casi todos se olvidaron. Así no funciona el negocio.
Del otro lado están las importaciones, que tuvieron la misma cantidad que en el triste año 2020, con pandemia y están dentro de las previsibles 20.000 toneladas que seguiremos importando todos los años. Si sorprenden las 4.800 toneladas que ingresaron en diciembre y que han generado un problema entre los propios importadores, que tienen que ofrecer los cortes, fundamentalmente bondiola, a precios bajos para que la gente los compre. No fue el gran negocio de otras épocas e importó hasta el Chavo del 8.
Tanto la exportación como la importación están directamente relacionadas con el valor del dólar y que no solo afecta al Sector Porcino, sino a todos los que quieren exportar, no importa el rubro. A esto le tenemos que sumar la fuerte devaluación del Real en Brasil que empezó en octubre y ha generado una distorsión muy grande de precios que complica poder exportar competitivamente y no fomentar la importación de productos que hacemos acá. Esta historia los que somos mayores ya la vivimos en 1999 y los resultados finales fueron muy malos
En una red social, Jorge Brunori publicó este gráfico que señala volúmenes e ingresos de importaciones y exportaciones. Llama la atención el desbalance en los montos entre importaciones e importaciones, con un rojo apreciable.
A modo de cierre
Se sigue reforzando la ubicación estratégica del continente americano para ser proveedor de carne de cerdo al mundo, tanto desde el punto de vista de las enfermedades complicadas como la PPA y nuevas emergentes, que seguramente aparecerán en el sudeste asiático, como por ser los principales productores de la base alimenticia de los cerdos, el maíz y la soja. El mundo va a necesitar proveedores confiables de carne de cerdo sana, con bienestar animal, uso responsable de antimicrobianos, cuidado del medio ambiente y con costos bajos. El continente americano lo tiene y Argentina es uno de los privilegiados en el mismo. Tenemos que solucionar los problemas “tontos” que dependen de la decisión de los propios jugadores.
Informe elaborado a partir del Anuario 2024 publicado por Juan Uccelli y publicación de la Sagpya