16 años después de la publicación del Reglamento de la CE nº 1774/2002 del Parlamento Europeo por el que se establecieron las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales no destinados al consumo humano, y tras la adaptación del sector a la normativa, se ponen en práctica por fin nuevas alternativas que podrían poner fin a los problemas de bioseguridad derivados.
Desde la entrada en vigor del Reglamento de la CE nº 1774/2002, se establecía que las bajas de las explotaciones debían ser recogidas, transportadas y destruidas por empresas certificadas (autorizadas).
Métodos alternativos
Se permitía la utilización de métodos alternativos para la eliminación in situ en casos excepcionales, como por ejemplo, en zonas muy remotas o en el caso de sacrificios sanitarios, evidentemente aprobados por la Comisión Europea.
La nueva normativa surgió como respuesta a la preocupación por la contaminación medioambiental que suponía la eliminación de cadáveres.
• La recogida de cadáveres solucionaba el problema de la polución, pero abría la puerta a otros posibles riesgos que se han visto confirmados en años posteriores: la transmisión de enfermedades.
• Se realizaron varios estudios que estimaban la posibilidad de la transmisión de patógenos de una granja a otra por el transporte de cadáveres, y todos ellos destacaban que la necesidad de “vehiculizar” dichos patógenos era la clave.
Los puntos críticos fundamentales que se identificaron fueron los siguientes:
-La entrada del camión de recogida al recinto de la granja
-La manipulación directa del contenedor de cadáveres
-La estanqueidad de la caja del camión de recogida
Reconocidos los puntos críticos, se recomendaron una serie de medidas de bioseguridad para asegurar el transporte entre granjas minimizando el riesgo de transmisión de enfermedades:
Delimitación Zona sucia-Zona limpia
Aplicar el principio de Zona Sucia-Zona Limpia en la granja y en las plantas de tratamiento.
El vallado perimetral debería delimitar perfectamente las zonas, colocando el contenedor en la zona sucia, fuera del vallado, evitando así la entrada del camión y del chófer a la granja.
Acceso a Zona sucia-Zona limpia
Aunque el contenedor esté en la zona sucia, se debería tener acceso desde la zona limpia para la eliminación de los cadáveres.
Es importante que el trabajador interno de la granja nunca pise la zona sucia, y en caso de que sea necesario, que use calzado y guantes específicos para tal efecto. Esta tarea estaría indicada realizarla, por ejemplo, al final de la jornada.
Disponibilidad de contenedor
Cada explotación debe disponer de un número suficiente de contenedores con una capacidad adecuada, en función del peso de los animales con que se trabaja y la frecuencia de recogida.
Limpieza y desinfección
La limpieza y desinfección del contenedor y de la zona sucia debe hacerse de forma periódica, con materiales específicos y productos adecuados.
Recinto
La zona donde se localiza el contenedor tiene que tener una superficie de fácil limpieza y desinfección, mejor si espavimentada, con un desagüe y un vallado.
Camiones
La limpieza y desinfección de los camiones de recogida debe hacerse siguiendo un protocolo estricto, incluyendo una revisión periódica de la estanqueidad de las cajas.
Lamentablemente, con el paso de los años, se han confirmado los peores temores y los camiones de transporte de cadáveres se han convertido en auténticos distribuidores de patógenos
Culpabilizar a las empresas encargadas de dicha labor sería injusto e hipócrita, ya que los errores se han cometido por doquier, por cualquiera de las partes implicadas:
• Manipulaciones indebidas
• Contenedores en mal estado o con la tapa abierta y a rebosar
• Mala desinfección de materiales
• Pésima planificación de rutas
Nuevas alternativas para la gestión de cadáveres
De los errores se aprende y, gracias a ello, las investigaciones relacionadas con medidas alternativas a la recogida inmediata de cadáveres han ganado mayor relevancia.
Almacenamiento con hidrólisis
El almacenamiento con hidrólisis, seguida de la eliminación del producto, es un ejemplo de ello.
Se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales y los productos derivados no destinados al consumo humano, y la Directiva 97/78/CE del Consejo en cuanto a determinadas muestras y unidades exentas de los controles veterinarios en la frontera en virtud de la misma, permite a determinados Estados miembros, entre ellos España, autorizar el uso de la hidrólisis a cambio del compromiso de establecer estrictos controles sobre los operadores para prevenir posibles riesgos sanitarios o medioambientales.
La hidrólisis seguida de eliminación es un método voluntario, al que se pueden acoger los operadores, de almacenamiento temporal de ciertos subproductos de la especie porcina generados en la propia explotación ganadera, durante el que se producen fenómenos espontáneos de auto-hidrólisis bajo determinadas condiciones, requisitos y prescripciones.
Uno de los principales riesgos asociados al almacenamiento con hidrólisis es la existencia de fugas, que supondrían un riesgo sanitario y medioambiental.
Por ello, se establecen una serie de requisitos:
• Control del estado de los contenedores.
• Características mínimas de los contenedores que garanticen que han sido concebidos y construidos específicamente para el almacenamiento de los subproductos animales.
• Ubicación y manejo de los contenedores durante el almacenamiento y, especialmente, en el momento de su vaciado.
• Criterios mínimos para la autorización de las explotaciones ganaderas que soliciten el uso del sistema en base a su tipología y tamaño.
El sistema de almacenamiento con hidrólisis permitiría pasar de una recogida continua, a una cada “x” meses (en función de la explotación), disminuyendo el flujo de vehículos y por lo tanto mejorando la bioseguridad de la granja.
Incineración en la granja
Otro sistema que cobra fuerza en nuestro país es la incineración de cadáveres en la propia granja.
• Anula los transportes de cadáveres, convirtiéndose en el sistema de eliminación de cadáveres más bioseguro
• Bioseguridad 100% vertical
• Eliminación del 100% de los vectores de contaminación que pudieran desarrollarse en la explotación
• Independencia a la hora de la gestión y eliminación de nuestros residuos, evitando el almacenamiento de los mismos
Este tipo de incineradores son muy comunes en otros países de la UE, como Dinamarca o Alemania, y en España se van abriendo camino, ya que la incineración está perfectamente autorizada y regulada.
Algunas explotaciones incluso han ido más allá, instalando también un recuperador de calor que usan para las mantas térmicas de la maternidad.
Laura Pérez Sala
Porcino.info