Los Granado hace 35 años que tienen relación con los cerdos, producción que los mantuvo activos por la nobleza del animal y porque siempre apostaron a que ocupara un sitio entre los consumidores que de a poco va consiguiendo.
Mariano Granado encarna a esta nueva generación de porcicultores que, al afecto por una actividad le suma gestión, acopio de datos y búsqueda permanente de eficiencia. En 2012 egresó como médico veterinario de la Universidad Nacional de Río Cuarto y se abocó a la administración de la granja.
“Es una ardua tarea, que requiere compromiso permanente, la actividad va de lunes a lunes y para llevarlo adelante hace falta una componente de pasión”, cuenta el joven productor y precisa: “En estos últimos años hemos crecido, aún con etapas mejores que otras y con diferentes gobierno pero la pandemia nos ha colocado en un escenario desafiante, pues nuestra actividad está encadenada y es continuada, por lo tanto estamos con dificultades para sacar capones terminados a faena”, expresa el joven emprendedor de la zona de Villa María.
Granado participa de las acciones que se construyen para ganar un lugar en el mercado para las carnes porcinas de nuestro país, sosteniendo mercados conseguidos y otros de creciente participación en los envíos al exterior. “De a poco estamos estableciendo una relación con China que va creciendo poco a poco y mientras podamos honrar el acuerdo seguiremos creciendo. Desde Córdoba hemos realizado un convenio para enviar a China 1500 capones semanales que faena el frigorífico La Piamontesa”, relató.
La crisis muestra ruidos en la cadena
Mariano Granado señala que con la llegada de la pandemia los consumidores acopiaron carne, en su mayor parte vacuna y la producción destinada al mercado interno comenzó a acumularse en las granjas y en las cámaras. “Esta situación está siendo aprovechada por intermediarios y frigoríficos en desmedro de los productores, eslabón que siempre carga con el impacto, y esto se demuestra que los precios en las góndolas y el mostrador no han cedido”, apunta Granado y suma a este problema las dificultades y costos que suma el transporte.
El joven heredero de esta insigne cabaña con sede en Silvio Péllico a pocos kilómetros de Villa María cuenta que hoy se está pagando entre 62 y $64, aunque teme que podría bajar un poco más. “A esta situación sumamos los costos de faena que están en $15 por kilo y la estrategia errática que tienen algunas carnicerías de soportar una buena parte de sus costos en el precio al mostrador de los cortes porcinos.
En la cabaña, los Granado cuentan unas 130 madres, con abuelas Landrace y Yorkshire, dos razas en la que los criaderos confían por su nobleza y prestaciones. Hacen facturas de cerdo con la que han obtenido varios premios y asisten a varias carnicerías de fresco en la ciudad de Villa María.
Edición: Osvaldo iachetta/Redacción TodoCerdos
Foto: El Diario del Centro de País (Villa María)
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