Si algo siempre caracterizó a los funcionarios de este Gobierno fue el mandato a los productores en general y los productores porcinos en particular, que se debía ser eficiente y quién no lo fuera, se dedicara a otra cosa. Y la ineficiencia se le marcaba mucho más a los pequeños y medianos productores, comparándolos con los grandes inversores del sector, que siguen siendo pocos y más grandes.
Si hubo un lugar donde siempre se resaltó la eficiencia fue el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y no desde la palabra, que cualquiera la puede utilizar, sino desde el ejemplo, la enseñanza y la comprensión, especialmente de los que más lejos están de la tecnología, los productores pequeños y medianos.
Nos enteramos la idea de reorganizar el INTA por parte del Gobierno, que no es otra cosa en los papeles de reducir la cantidad de Unidades Experimentales en un primer momento y después continuar con la reducción de los técnicos. Hay voces gremiales que están marcando lo ilógico de la medida, pero es un tema, como tantos otros, que no está en los diarios amigos del Gobierno y trata de aplicarse en la oscuridad de los escritorios.
Hay infinidad de sectores beneficiados por el trabajo de los técnicos del INTA y sus Unidades
Experimentales, pero quizás sea el porcino, donde la llegada de ese trabajo determina para muchos productores estar en el negocio o fundirse. Y la palabra mágica vuelve a ser la eficiencia, la que los funcionarios exigen, pero “reorganizan” las instituciones ahogándolas y son las únicas que tienen la herramienta para lograrlo.
Este Gobierno que según el Presidente, tiene el mejor “equipo” de los últimos 50 años y que de la eficiencia hablan mucho, ha demostrado ser ineficiente en los hechos y medidas que tomó.
Acompañamos desde esta columna al verdadero mejor equipo del INTA, los técnicos, que día a día están en el campo, en el criadero, siendo uno más de los productores, pero aportando todo el conocimiento para verdaderamente ser eficientes.
Sus Scofra / Especial para TodoCerdos