Con el nacimiento de lechones vivos empieza la rentabilidad de la explotación de la cerda. Por lo tanto, los mejores resultados se obtienen cuando se tiene cierto control sobre el parto. Los criadores de cerdas que se jactan de no levantarse nunca durante la noche para asistir a los partos, silencian el hecho de que de vez en cuando se encuentran por la mañana con camadas de lechones recién nacidos muertos.
Ahora bien, un exceso de actividad durante la ayuda en el parto sólo inquieta a la cerda. Lo ideal es controlar el parto a intervalos de media hora. El siguiente resumen reproduce los datos de un parto normal:
Duración de la gestación: 112-117 días
Promedio: 115 días
Duración del parto: 60 minutos – 10 horas
Promedio: 2 horas y media
Tiempo entre dos lechones: 1 minuto – 4 horas
Promedio: 15 minutos
Parto de las secundinas: ½ – 12 ½ horas después del último lechón
Promedio: 4 horas
Mortinatalidad: 3-6 % de todos los lechones
Partos difíciles: alrededor del 1% de todos los partos
Los pasos entre un parto normal y un parto difícil son muy fluctuantes. Así, por ejemplo, hay cerdas cuya gestación dura una semana más de lo normal, y que luego pare en condiciones normales, mientras que en otros casos tras una gravidez prolongada pueden experimentar dificultades.
O bien, observamos en un parto de 10 horas de duración un elevado porcentaje de lechones nacidos muertos, o todos los lechones pueden vivir perfectamente bien. En todo caso, las desviaciones con respecto a los datos de un parto normal deberían ser motivo para que observemos la cerda con cierta atención.
¿Qué síntomas apuntan a dificultades en el parto?
1- Gravidez prolongada: No es necesariamente preocupante. En todo caso conviene controlar a la cerda dos veces por día en cuanto a su estado de salud y al flujo vaginal.
2- Flujo vaginal y/o partes podridas secundinas: Estos dos síntomas apuntan a la muerte de algunos lechones o de todos ellos. Normalmente la cerda muestra considerables trastornos en el estado general de la salud.
3- Contracciones de duración prolongada: Sin que nazcan lechones. Ello puede deberse a posiciones o posturas incorrectas de los lechones, vías genitales demasiado estrechas, o cambio de posición de la matriz (acomodamiento o retorsión).
4- Debilidad de las contracciones: Aquí termina el parto, aunque haya todavía lechones en el útero, porque éste ha terminado su actividad de contraer.
5- Parto retrasado: O ligeros obstáculos detienen el parto, o bien las contracciones disminuyen en número. En este caso cabe esperar una gran proporción de lechones nacidos muertos, porque las placentas se desprenden prematuramente y los lechones mueren de asfixia en el vientre materno.
6- Agotamiento y debilidad circulatoria durante el parto: Es un asunto grave. La cerda está asmática, se sienta a veces sobre su trasero y se apoya con las patas delanteras muy separadas. La piel de la ubre, de las orejas, del disco del hocico y de las puntas de los miembros locomotores pueden adquirir un color rojo azulado. Hay que rociar la cerda con agua fría durante aproximadamente media hora y procurar que haya buena aireación.
Causas de las dificultades del parto
a) Trastornos propios de la cerda: debilidad de las contracciones, desplazamiento de la vía genital, acomodamiento o torsión del útero, histeria y malignidad.
b) Trastornos propios de los lechones: posición o postura incorrectas, lechones absoluta o relativamente demasiado grandes.
La debilidad de las contracciones o las posiciones o posturas incorrectas de los lechones son las causas principales de las dificultas en el parto.
– Debilidad de las contracciones
La debilidad primaria de las contracciones es originada por una carencia de la hormona correspondiente o también por una carencia de iones de calcio en la sangre. La debilidad secundaria de las contracciones es la consecuencia de contracciones sin resultado en los partos desatendidos, debido a desplazamientos de las vías genitales o a posiciones o posturas incorrectas de los lechones.
– Desplazamiento de la vía genital
El hinchamiento tras lesiones en la vía genital blanda, o una vejiga urinaria llena que con cada contracción bloquea la vía genital, son, junto con una pelvis juvenil, huesuda demasiado estrecha, las causas principales de un desplazamiento de la vía genital.
– Acomodamiento o retorsión del útero
El acomodamiento del útero se observa en cerdas con vientre colgante y útero relleno. A causa del peso del útero grávido, éste tira perpendicularmente hacia abajo delante de la pelvis, de modo que los lechones no pueden entrar en la vía genital. Una vez sacados los primeros lechones, que a veces puede ser muy difícil, el útero se estira, y el parto sigue después el curso normal. En el caso de la torsión del útero, que se da en muy pocos casos, se observa a veces una torsión de hasta 360 ° alrededor de eje longitudinal. Si la torsión es de pocos grados, el primer lechón puede nacer en condiciones normales, pero entonces se para el proceso de parto. En un cuidadoso control de la vía genital se notan arrugas en la mucosa vaginal que en forma de espiral pasan hacia un punto de estrangulación casi infranqueable. La retorsión del útero sólo puede arreglarse mediante una rápida operación cesárea. Si se espera más tiempo, las perspectivas de éxito van disminuyendo paulatinamente por la hemostasis venosa de alto grado que se produce en el útero.
– Histeria o malignidad
Este fenómeno que con el tiempo se ha hecho más raro, se observa principalmente en las cerdas primerizas. Los animales están tan nerviosos que el parto llega a pararse del todo. La administración de tranquilizantes da casi siempre buenos resultados.
– Posiciones y posturas defectuosas
Normalmente los lechones salen a la luz empezando por la nariz o las extremidades posteriores. La presentación del trasero (se palpa sólo el rabito) o la posición de cabeza-tórax (se palpan sólo las orejas) son las posiciones defectuosas que en mayor número provocan los trastornos en el parto. Algunas veces, en las cerdas viejas, varios lechones pequeños bloquean la pelvis ósea.
– Lechones absoluta o relativamente demasiado grandes
Los lechones absolutamente excesivos en tamaño son demasiado grandes para una pelvis normal. Este es el caso casi siempre en las pequeñas camadas. Los lechones relativamente excesivos son de tamaño normal, pero la pelvis de las madres generalmente demasiado jóvenes es demasiado estrecha.
En ambos casos, está indicada la cesárea en los primeros partos.
Tratamiento de las dificultades del parto
El control está indicado en el momento en que se observan trastornos en el curso del parto.
¿Cómo se controla?
Mediante la introducción de la mano y del antebrazo en la vía genital de la cerda. A este efecto, la cerda ha de acostarse de lado, y se ha de retirar la pared posterior de la caja de los lechones, al objeto de evitar lesiones en el brazo cuando la cerda se incorpora bruscamente.
Las uñas de los dedos han de ser cortas. Lavar y desinfectar a fondo la mano, el antebrazo y los órganos genitales externos. Si la cerda está acostada sobre el lado izquierdo, se utiliza el brazo izquierdo y si está echada por el lado derecho, se utiliza el brazo derecho.
Las manos u los brazos de mujer son muchas veces más apropiados que los de hombre, de mayor tamaño. El brazo a utilizar se unta con aceite comestible o mejor aún con un lubricante. El jabón es menos apropiado, porque irrita las mucosas de la vía genital.
La mano a introducir debe ponerse en forma de cono formando las puntas de los dedos y el pulgar el vértice del mismo. Entonces se introduce la mano, eventualmente bajo un ligero movimiento rotatorio dentro de la vagina.
Las cerdas de más edad reaccionan poco a esta intervención, pero las cerdas jóvenes tienen a menudo reacciones dolorosas. Conviene tener presente siempre que la mucosa de la vía vaginal tiene una consistencia parecida a la de varias capas de papel higiénico.
La vagina pasa, sin transición, al útero- delante del fondo óseo de la pelvis, que se palpa bien, está situado el orificio del uréter. A ambos lados es palpable también la pelvis ósea. En la mayoría de las cerdas, una mano no demasiado grande puede atravesar la pelvis. ¡Nunca emplear la fuerza!
Detrás de la pelvis, el cuerpo del útero desciende ligeramente y se divide en los dos cuernos. Durante este cuidadoso control hay que prestar atención a lesiones en la vía genital.
Cuando los lechones a punto de parir obstruyen totalmente la vía genital, se pueden desarrollar estirando ligeramente de cabeza introduciendo eventualmente el pulgar y el dedo índice en las fosas orbitarias, o de las extremidades posteriores. Nunca debe emplearse más fuerza que la necesaria para extraer un tapón de corcho de una botella.
Inmediatamente después del parto, los lechones de baja vitalidad han de tenerse con la cabeza hacia abajo, y han de sacudirse para que el líquido amniótico pueda salir. En algunos casos puede ayudar la respiración boca a boca, así como un masaje de ombligo. Una vez extraído un lechón debe esperarse para ver si el parto transcurre ahora de manera normal.
Con partos retrasados, no puede hacer nada ni siquiera el mejor veterinario. El veterinario siempre debe estar cuando se observa:
-enfermedad o agotamiento de la cerda durante el parto
– lesiones en la vía genital
– posiciones o posturas incorrectas, que no se puedan corregir
– vías genitales secas
– lechones muertos hinchados con gases de putrefacción
– fuertes pérdidas o prolapso rectal
Oxitocina y su aplicación
La oxitocina estimula la musculatura del útero, es decir, cuando se aplica correctamente provoca las contracciones del útero y además posibilita la eyección de la leche. Se administra cuando se observa una debilidad de contracciones y para acelerar el proceso del parto. Dosis excesivas producen contracciones duraderas en el útero, es decir, éste se contrae convulsivamente y ya no nace ningún lechón más. Cuando en la sangre de la cerda no hay suficientes iones calcio, la oxitocina no actúa. Tampoco cuando la inyección subcutánea se efectúa en tejido conjuntivo pobre en vasos sanguíneos y rico en grasa.
En todo caso, conviene efectuar un control previo, antes de aplicar la oxitocina en caso de debilidad de contracciones. Esto no es necesario cuando el parto se inicia con normalidad y quiera acelerar el proceso del parto. La inyección de oxitocina puede repetirse siempre al cabo de una hora utilizando la misma dosis.
Los lechones que a pesar de fuertes contracciones no nacen, tampoco nacen naturalmente, inyectando oxitocina.
Aun imperando la máxima limpieza durante el control del parto, conviene que se cubra frente al riesgo de la infección residual mediante una toma de antibióticos o de sulfamidas.
Como las enfermedades MMA (fiebre láctea, metritis, mastitis, agalaxia) surgen más bien después de partos difíciles que de partos normales, conviene que se toma la temperatura 24 y 48 horas después del parto, a objeto de detectar rápidamente una posible enfermedad. A partir de 39,2 °C comienza la fiebre.
Fuente: aacporcinos.com.ar