La 7ma Jornada de la Cadena de la Carne Porcina desarrollada a fines de julio en Oncativo sirvió como escenario para repensar los modelos productivos porcinos argentinos, actividad con vaivenes económicos muy marcados durante los últimos años. En la cita, que tuvo como lugar de desarrollo el salón de eventos Calantha de la ciudad cordobesa, profesionales del ámbito privado y público expusieron sobre el presente y el futuro de la actividad; pero también hubo un espacio dedicado a experiencias asociativas, grandes y pequeñas; modelos de trabajo que han perdurado con el paso del tiempo mejorando sus márgenes de rentabilidad.
Uno de los ejemplos asociativos que se presentó durante el encuentro de productores en Oncativo estuvo expuesto por Oreste Pividori, presidente de La Unión del Norte SRL, una firma asentada en Villa Ocampo, en el extremo noreste de la provincia de Santa Fe, que ya lleva 25 años en marcha diversificando su producción y que durante el último lustro decidió abocarse de lleno también a la cría de cerdos.
Apoyados en la experiencia de trabajar con producciones de pollos y de leche, este grupo conformado actualmente por 7 socios apostó a seguir diversificando su producción y actualmente cuenta con 80 madres y puntos de venta propio de lo que producen. “Conformamos un grupo asociativo familiar a raíz de todas las crisis que estaban existiendo desde nuestros comienzos en la zona. Empezamos a juntarnos y tratar sobrellevar los momentos difíciles. En su momento empezamos con pollo, después incorporamos un tambo con fabricación de quesos y últimamente el tema de cerdos. Si bien ya hace un tiempo atrás habíamos experimentado con los cerdos tradicionales, no es hasta hace cinco años que empezamos con cerdos magros en grasa y nos va bien”, describió Pividori.
En sus comienzos, la asociación se inició con 8 pequeños productores de la zona, de los cuales hoy en día son 7 (uno se retiró) y tres de ellos ya delegaron a una 2da generación sus acciones, lo que marca no sólo un claro ejemplo de compromiso de trabajo y perseverancia, sino también de arraigo a los valores del trabajo que los socios iniciales dejaron a sus hijos, que hoy continúan en la actividad productiva; trabajo sobre el cual también se ha decidido avanzar con una integración horizontal, apostando a la venta directa con locales propios. “Estamos apuntando a tener más locales de venta en otras localidades a través de franquicias”, comentó el presidente de esta empresa con espíritu cooperativo, que en sus locales ofrecen sus propios pollos, cortes de cerdo y chacinados, y tres tipos de quesos que elaboran en una fábrica propia: barra, holanda y cremoso.
Actualmente, la actividad que involucra a la producción porcina ocupa alrededor de 1 hectárea, lo que representa menos del 10% de las 14 hectáreas totales que la componen y alrededor de 30 personas dependen directamente de los frutos originados por la firma.
Mercado de exportación, por ahora en espera
“Tenemos en claro que para pensar en este mercado debemos trabajar una gran escala, porque no se puede entrar dos meses o tres meses y a la primera de cambio fallar. Creemos que primero debemos consolidar plenamente nuestra producción para luego sí analizar este otro aspecto del negocio. Es necesario además sumar otros emprendimientos y hacer un volumen de tal manera que sirva”, analizó Pidivori, evidenciado que la diversificación les permite compensar momentos productivos de cada actividad pero para ampliar específicamente su negocio porcino sería necesario sumar más socios.
Aprocer, una experiencia asociativa consolidada
Radicada en Oncativo, Aprocer es una asociación de pequeños productores porcinos que ha logrado encaminar un rumbo y otra experiencia de trabajo en quipo que se expuso en el marco de las jornadas. Se trata de un claro ejemplo de modelo asociativo apoyado en la escala y que tiene pensado para el próximo año sumar también sus propias bocas de venta al público. “Aprocer está compuesto por pequeños productores de la región que individualmente les era difícil ser competitivos, porque un productor de 20 o 30 madres es muy difícil que pueda acceder a todo el paquete tecnológico que requiere esta actividad, para poder ser eficiente y tener la productividad adecuada; de manera que nos juntamos después de mucho tiempo de debate y análisis y empezamos a definir un sistema de producción en conjunto”, comentó Francisco Servetto, presidente de la Asociación de Productores de Cerdos de Oncativo, que lleva 7 años de actividad productiva incluyendo a muchos productores de la zona.
Inicialmente el proyecto se definió para lograr concentrar a 1.000 madres. El primer paso fue plasmar las primeras 250 y, a partir de ese momento, con la ayuda de créditos bancarios más el aporte de los socios, se pudo crecer hasta las 500 madres. “Comenzamos con una etapa de crianza en Sitio 1 y Sitio 2. Luego de este período, que es criar el lechón asociativamente hasta los 70 días de vida, cada productor tiene la posibilidad de retirar los lechones que de acuerdo a sus acciones le corresponda”, indicó Servetto.
A pesar de que existe ese punto de crianza donde los socios pueden retirar sus producciones, algunos miembros de Aprocer pensaron también en la posibilidad de continuar con la etapa de engorde de los animales también sería un buen negocio, por lo que decidieron crear una segunda empresa, que denominaron Granja Oncativo.
Avanzar en la cadena de valor, también otro objetivo
Las ventajas de trabajar de manera asociada y la búsqueda de nuevos negocios llevaron a la firma a evaluar la posibilidad de avanzar en la cadena de valor del cerdo. “Hoy nos estamos planteando para 2018 no sólo vender cerdos en pie, sino también colocar puntos de venta y empezar a elaborar los cerdos”, manifestó Servetto, en concordancia con la visión que también tiene y ya está implementando La Unión del Norte, de Santa Fe.
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