En la industria porcina, la mayor parte de las inseminaciones artificiales se llevan a cabo en los primeros tres días después de la recogida del semen. Una vez realizada la muestra, además de la refrigeración, se utiliza de manera general un diluyente de larga y muy larga duración –para que el semen se conserve en los tres y ocho días posteriores–. Esto permite una mayor conservación de la calidad espermática y de la fertilidad de las dosis seminales a corto y largo plazo. Sin embargo, a pesar de este consenso general, existen grandes contradicciones en la literatura acerca de las capacidades conservativas de los distintos tipos de diluyentes, ya que uno de corta duración (que ayuda a conservar el semen entre tres y cuatro días) podría ser suficiente y más económico. Además, se ha demostrado que el tamaño de la camada disminuye cuando el semen se ha preservado más de cuatro días.
Un nuevo estudio, publicado recientemente en Theriogenology y liderado por el grupo de investigación TechnoSperm de la Universidad de Gerona, trata de demostrar la eficacia de ambos diluyentes evaluando sus efectos sobre la calidad espermática y la fertilidad de dosis seminales refrigeradas. “Los resultados, de una gran relevancia para la industria porcina, revelan que el tipo de diluyente, de corta o larga duración, no tiene ningún efecto sobre la fertilidad y la prolificidad de las dosis seminales conservadas en condiciones de refrigeración durante 48 horas”, subraya a Sinc Elisabeth Pinart, autora principal y científica en TechnoSperm.
Un experimento con cerdos
Durante ocho meses, los investigadores utilizaron 30 machos de raza Landrace, alojados en condiciones controladas de temperatura y humedad, y alimentados con una dieta equilibrada para comprobar la eficacia de un diluyente de corta duración (BST) y otro de larga duración (Duragen). A partir de los eyaculados de estos machos se obtuvieron dosis seminales que fueron diluidas en ambos diluyentes, y se conservaron en condiciones de refrigeración durante 48 horas.
“La calidad espermática de las dosis seminales se valoró a partir del análisis de la motilidad y cinética espermáticas, la integridad de las membranas plasmática y acrosómica, los niveles de calcio intracelular y la actividad del enzima acrosina”, explica Pinart. Para valorar la fertilidad de las dosis los científicos analizaron la tasa de embarazo y el tamaño de la camada a partir de la doble inseminación de hembras multíparas a las 36 y 48 horas de refrigeración de las dosis seminales.
“La tasa de embarazo (>90%) y el tamaño de la camada (>10 lechones por parto) fue similar entre diluyentes a lo largo de todo el periodo experimental”, apunta la investigadora. Sin embargo, a lo largo de todo el estudio, la calidad espermática de las dosis seminales diluidas en Duragen fue superior a la de las dosis diluidas en BTS en prácticamente todos los parámetros analizados. “El tipo de diluyente afectó especialmente a la motilidad progresiva e integridad de la membrana de los espermatozoides”, informa la experta. Según los investigadores, estos resultados tienen un gran impacto en la industria ya que el uso de los diluyentes a largo plazo está más generalizado que el corto cuando ambos presentan el mismo rendimiento en la reproducción.
Fuente: ECOticias