Los cerdos pueden criarse a sobre campo natural, en campo mejorado, mediante intersiembra y fertilización o sobre praderas consociadas de gramíneas y leguminosas. Entre Ríos, por aptitud de suelos y clima, se adapta a cualquiera de estas tres opciones. Esta forma de producción, permite la crianza de los cerdos en ambientes naturales: toda la vida pisando pasto, respirando aire puro, con acceso a sombra y refugio, acceso continúo a agua de bebida fresca y limpia. Además se crían en grupos donde tienen la posibilidad de manifestar sus comportamientos naturales. Se reduce a su vez el riesgo sanitario.
En relación a la digestión de los pastos en los cerdos, ésta es más limitada que en los rumiantes, sin embargo los porcicultores pueden valerse de este recurso, generalmente disponible en los predios, para abaratar costos de alimentación principalmente en el plantel reproductor y cerdos adultos.
Los lotes de pasturas o campo natural pueden manejarse mediante pastoreo rotativo asignando a cada grupo de cerdos una superficie calculada en función de requerimientos de cada categoría (kg de pasto diarios), nº de animales, oferta estimada de pasto y un tiempo de ocupación.
Con este manejo se aprovechan mejor las pasturas, pueden recuperarse luego de cada pastoreo, se evitan suelos desnudos, barreros, además se genera una buena distribución de deyecciones favoreciendo el reciclaje de nutrientes, evitando contaminación del suelo y cañadas, arroyos y napas. Se evitan además malos olores y presencia de moscas.
Dentro de los aspectos negativos de los sistemas a campo se puede mencionar que los tiempos productivos se alargan, hay mayor gasto energético y mayor superficie asignada al criadero.
Es importante que cada porcicultor diseñe su sistema productivo en función de la características propias de la unidad de producción (tipo suelo, pendientes, clima, presencia de monte, precipitaciones, razas, escala, productos) combinando los saberes aportados por los técnicos con sus conocimientos tradicionales, prácticos y locales. Estos sistemas dejan la puerta entreabierta para las nuevas generaciones de productores.
Por el lado de los consumidores, hay una tendencia en observar y analizar las condiciones en las que son producidos los alimentos. Este tipo de sistemas de cerdos a campo permite el rescate de viejos saberes, la posibilidad de probar y compartir nuevas tecnologías, lo que pareciera ser un buen sendero para repensar los chiqueros.
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