Lo que supone una novedad es que los datos se obtengan tomando análisis de aire en la granja además de pinchando a las reses para extraerles sangre. La novedad no es solo teórica, sino que un grupo de investigadores del campus de Lugo (USC/España) tiene en marcha un proyecto que incluye esa práctica.
Visitar explotaciones de ganadería porcina para saber si los animales están afectados por un virus es una práctica que no sorprende.
Está pronto a comenzar el proceso para buscar en Galicia explotaciones de ganado porcino en las que se pueda llevar a cabo ese sistema. Gonzalo López Lorenzo, investigador de la Facultad de Veterinaria del Campus Terra que participa en la iniciativa, explicó qué se pretendía lograr un abanico de granjas lo más variado posible.
Luego se realizarán controles mensuales para ver cuál es la evolución de los animales. Por otro lado, como subrayó el investigador, este doble proceso de toma de datos permitirá saber si uno proporciona resultados más fiables y exactos que el otro.
El punto de partida que explica la puesta en marcha de este sistema es el virus PRRS (síndrome reproductivo y respiratorio porcino), que afecta a hembras adultas y a lechones con diferentes consecuencias. Las cerdas sufren problemas de reproducción y ven reducida la tasa de fertilidad, mientras que las crías padecen dificultades respiratorias que pueden causarles la muerte con pocos días de vida.
El proyecto desarrollado por el grupo de la Facultad de Veterinaria de Lugo —que cuenta con una ayuda de la Agencia Estatal de Investigación, dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades— incluye dos sistemas de tomas de aire. Uno supone el empleo de colectores con filtro, capaces de absorber 50 litros de aire por minuto; en el otro, por el contrario, los colectores carecen de filtro, y absorben el aire —una cantidad mayor, 300 litros por minuto— al pasar por un fluido. El procedimiento se llevará a cabo durante cinco o seis meses.
Uno de los problemas que ahora presenta el virus es que los antibióticos son ineficaces. La dolencia se combate con medicamentos antipiréticos, y también hay vacunas, aunque su eficacia, apuntó López Lorenzo, no es del cien por cien. Aunque se trata de un trabajo del ámbito universitario, el investigador recalcó que las consecuencias podrían ser muy favorables para los criadores de porcino si el sistema se generalizase para evaluar la incidencia de la enfermedad.
En primer lugar, no hay que acercarse a los animales para pincharlos, con lo que mantienen su bienestar y el trabajo para los empleados es más llevadero. En segundo, el método ofrece unos resultados más amplios y, por tanto, más fiables: si, por ejemplo, en una granja de 300 cabezas se toman muestras de sangre en 30 animales, con este sistema se logra una panorámica general.
A esas ventajas, además, se le agrega otra para los investigadores. Actualmente, entre una visita y otra deben pasar días para limpiar y desinfectar el instrumental, mientras que en este caso ya no hace falta esperar. Por otro lado, se prevé que las explotaciones donde se tomen muestras de aire estén repartidas por toda Galicia para así tener un campo de acción y unos datos con la mayor variedad posible.
Una enfermedad presente desde hace décadas
El virus PRRS no es ninguna novedad en la ganadería porcina, sino que, como detalla López Lorenzo, está presente desde finales de los ochenta o principios de los noventa. A esa larga presencia se le añaden los detalles de que es una enfermedad de difícil control y de que el virus tiene una importante capacidad de adaptación. Los resultados que se obtengan en los muestreos de las explotaciones se incorporarán a un gestor de datos.
Texto: Xosé María Palacios Lugo / La Voz
Foto: Marcos Míguez