Un extenso documento que, de alguna manera es un significativo aporte, sigue dejando tela para cortar en torno a la polémica de jaurías sí o no en la cacería de jabalíes en la provincia de Río Negro. Se trata de la propuesta formulada por un agrónomo –Germán Borsetta-, quien es gerente de producción de una industria cárnica de la provincia.
En el último capítulo al que hace referencia este profesional formula interrogantes en torno a una futura veda de la práctica, y que aún está pendiente de decisión por parte de la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia.
Pregunta a qué se verán obligados a hacer los cazadores con sus jaurías si no pueden usarlas, cómo se los mantiene, la provincia tiene un lugar para recibir y alimentar a estos animales.
Lanza el interrogante acerca de “si hago caza deportiva con arma y dejo herida a la presa, que se hace se la deja agonizando porque no puedo usar un perro para rastrearla, de los daños a los cultivos por una especie exótica quien se hará responsable, los daños socio económicos a productores de cerdo y carnicerías, los daños por un aumento considerable de accidentes viales dará como resultado muchas veces solo daños económicos y otras muertes”.
Para Borsetta existe “una falta total de realidad en las opciones de control que quieren imponer, o por lo menos no se tiene hasta el momento una experiencia en su efectividad a la hora de controlar una especie con un poder de adaptación inmenso” y a su entender “prohibir es sumar más gente a un ejercicio, una actividad sin ningún tipo de control” por lo tanto “la solución radica en legislar una actividad, para lo cual se debe hacer un minucioso estudio del impacto que tiene prohibir o no la caza con jauría para las piaras, para los cazadores, para los productores, para la economía de la provincia y para la salud de la población en general”.
Para el profesional “debemos hacer las cosas como corresponde, y esto es la promulgación de una ley o una prohibición debe venir con un estudio serio y completo de la situación enfocada desde todas las partes actuantes, no sirve tratar de dejar contentas a las dos partes” y frente a esa situación de claroscuros solicita “la apertura inmediata de la caza con jauría, hasta tanto se pueda demostrar que existe otro mecanismo con la misma o mayor efectividad que presenta esta modalidad de caza. Ya el daño ocasionado es irreparable, esperemos que no siga creciendo”.