El magno evento porcicultor ya tiene confirmadas la mayoría de las exposiciones, que abordarán temáticas muy diversas, que van desde el impacto ambiental, la alimentación, la calidad del agua, genética, sanidad, manejo de ambientes y uso de efluentes, entre otros tópicos de interés.
Darán el presente diferentes cámaras que reúnen a productores de cada provincia y de la Federación Porcina, como entidad madre que las agrupa.
“Esta edición incluirá como una novedad propia de los tiempos que corren la medición e impacto de la huella de carbono en la producción porcina y bienestar animal, dos temáticas que han ingresado con mucha fuerza en la agenda productiva”, repasa Mariano Lattanzi, integrante del Grupo de Producción Porcina de la Extensión Experimental Marcos Juárez del Inta.
La última edición se realizó en 2019, y desde esa fecha hay cuestiones que hoy están instaladas como parte de los desafíos a abordar. Entre otros, los consumidores y la sociedad en general tienen requerimientos sobre el impacto ambiental y ético que tiene la actividad. Atento a estas demandas, el Grupo de Producción Porcina del Inta se puso a trabajar duro desde hace un par de años en estos temas y para ello conformó un equipo interdisciplinario e interinstitucional para abordar y enfocar el bienestar animal.
Este equipo está conformado por técnicos e investigadores, biólogos, veterinarios, microbiólogos, etólogos, endocrinólogos y de otras disciplinas, y de múltiples instituciones (Inta, Universidades de Córdoba, Tecnológica Nacional, de La Plata y de Buenos Aires y Conicet, entre otras).
El bienestar en el centro de las buenas prácticas
“La primera convocatoria fue a partir de una solicitud de la Secretaría de Ganadería de la provincia de Córdoba que proponía el diseño de indicadores de bienestar animal, para incorporarlos al Manual de Buenas Prácticas Agropecuarias”, cuenta Lattanzi, subrayando el rol pionero de la cartera cordobesa sobre este aspecto. Esta iniciativa incentiva las buenas prácticas promoviendo aspectos amigables y de sustentabilidad, ser eficiente cuidando recursos y adoptando manejos de bienestar animal.
“Nuestro proyecto Impacta tiene una duración de 36 meses, está financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y entre sus objetivos decidir junto a los productores cuáles son los parámetros más importantes de bienestar animal”, reseña el especialista. En este primer año de visitas a productores, se concluyó que la necesidad de capacitación al personal que trabaja en granjas es una de las principales demandas, y a partir de allí, la capacitación de quienes participan del manejo es uno de los primeros indicadores integrados a este manual.
“Estamos seguros que la capacitación de las personas que están cerca de los cerdos es un elemento muy importante en las mejoras sobre bienestar animal. Cuáles son las necesidades, el comportamiento de cada una de las categorías, y por supuesto los comportamientos anormales pueden ser decisivos al momento de tomar decisiones”, se explaya el especialista.
También son importantes las estructuras y los recursos con la que cuenta una granja son elementos trascendentes.
“En este sentido hay elemento muy controversiales como lo son las jaulas individuales, que en muchos países se ha reducido su utilización a no más de 30 días, mientras que en nuestro país no hay una regulación al respecto”, compara Lattanzi y profundiza al señalar que en otros países se han determinado los días mínimos de lactancia, la prohibición de prácticas dolorosas como lo son la castración, el corte de cola, marcas en las orejas y corte de colmillos, entre otros ítems observados.
Sobre estas prácticas Senasa está preparando un material, que será objeto de debate entre todos los sectores involucrados y la idea es que la próxima edición de Fericerdo sea escenario para este interesante y necesario intercambio.
El especio mínimos por animal, el manejo colectivo en grupos de individuos y no de modo individual, el mayor espacio para cerdas en lactancia seguramente tendrán su impacto desde el punto de vista económico para el productor, ya que las inversiones son muy importantes. Más aún si tenemos en cuenta que los márgenes de rentabilidad son estrechos y el crédito a tasas razonables no está muy disponible.
Sobre este sensible tema, entre otros, Fericerdo aparece como una magnífica oportunidad para comenzar a cambiar prácticas atendiendo al bienestar animal, al impacto ambiental y a un manejo más eficiente en la conversión, piedra angular de las decisiones a tomar.
Por Osvaldo iachetta / Redacción TodoCerdos