Un grupo de 10 pequeños productores de cerdos del partido de Pergamino, en el norte bonaerense, afiliados a la filial local de Federación Agraria Argentina (FAA), constituyeron una cooperativa para poder conformar un criadero en forma conjunta, primero como fábrica de lechones y luego para ir avanzando hasta llegar a gordo, según informa en su última edición Nuevo ABC Rural.
El sueño es alcanzar la góndola para tener la marca registrada “Pergamino, de gran calidad”, a partir del apoyo y la convocatoria de la FAA, entidad que considera a la producción de cerdos como una alternativa para el pequeño productor.
La conformación de la cooperativa y el proyecto del criadero, reviste una importancia significativa para la zona, ya que ese encadenamiento productivo permitirá desarrollar ventajas competitivas para potenciar la producción de carne de cerdo.
Sus impulsores destacan que agregará valor a la producción primaria de granos, materia prima a partir de la cual se produce el alimento para estos animales -en un distrito donde la sojización ha venido ganando cada vez más espacio- generando en poca superficie mucha fuente de trabajo.
La cooperativa tendrá por finalidad potenciar los logros ya obtenidos por los productores de cerdos de la zona y, además, será la responsable de canalizar distintos proyectos tendientes a potenciar una mayor competitividad e integración vertical en el Partido.
Para conocer mayores detalles acerca del avance de este ambicioso proyecto, Nuevo ABC Rural dialogó con Gabriel Butullo, productor de la zona de El Socorro, uno de los diez involucrados en el proyecto.
Iniciativa a partir de un subsidio
“Esta iniciativa se dio a partir de que la FAA recibió, en 2010, un subsidio para los productores de cerdos que la estábamos pasando mal, en un momento en que ingresaban muchos animales desde Brasil”, explicó Butullo. “A ese subsidio FAA lo transformó en un crédito rotativo y se comenzaron a armar grupos de entre ocho y doce productores en diferentes regiones del país, asesorados por un médico veterinario, que fueron recibiendo partidas de cinco millones de pesos para repartir entre los integrantes de cada grupo. No recibían dinero en efectivo, sino materiales e insumos para mejorar sus instalaciones y, por ende, su producción”, continuó.
Butullo explicó que “el beneficiario podía retornar la ayuda a FAA en pesos o con producción de carne de cerdo -según el valor de mercado- sin tasa de interés y solo con un 3% de gastos administrativos”.
Como resultado de eso, en el partido de Pergamino se conformó en el INTA Pergamino un Grupo Cambio Rural, integrado por estos 10 productores -que tienen propiedades de entre 3 y 80 hectáreas y que en total cuentan con 500 madres- bajo el asesoramiento técnico del médico veterinario y también productor de cerdos Dante Chicarelli. “Durante cuatro años nos reunimos todos los meses en la filial de FAA, para charlar sobre la producción e intercambiar ideas para mejorarla”, manifestó el entrevistado.
Proyecto cooperativo
Como el grupo se estancó en la inversión para el mejoramiento de los criaderos, Chicarelli propuso conformar una cooperativa dentro de FAA, para poder montar un criadero en forma conjunta, teniendo en cuenta que la inversión es muy importante y por lo tanto imposible de afrontar en forma individual, al igual que la incorporación de mano de obra calificada, tan difícil de conseguir en estos tiempos.
La idea se puso en marcha y luego de una intensa gestión que comenzó en 2014, el 24 de noviembre del año pasado quedó definitivamente constituida la cooperativa. “Estamos viendo la posibilidad de pedir algún subsidio o crédito para avanzar con la idea de arrancar con un criadero de 250 madres y tener una fábrica de lechones, para que los socios puedan retirarlos, y luego cada uno decidir qué hacer: venderlos, invernarlos o llevarlos a gordo”, explicó Butullo. “El segundo paso sería que la cooperativa pudiera realizar todo el proceso: tener la fábrica de lechones, el invernadero, llegar a gordo y, el sueño más grande, terminar en la góndola con una marca registrada”, destacó.
Fábrica de alimentos balanceados y relación con centros educativos
Por otro lado, el entrevistado dijo que como Pergamino no tiene una fábrica de alimentos balanceados para proveer a los productores, ya que solo hay gente que compra núcleos y con expeller hacen alimentos, hubo socios que plantearon instalar una planta para producir su propio alimento y poder vender un producto más completo. “Pero para eso hay que hacer un estudio de mercado previo, por lo que en un principio, el objetivo es poder elaborar alimento balanceado para nuestro consumo con la materia prima que producimos y si vemos que se da la posibilidad de vender afuera, ese sería el objetivo siguiente”, destacó.
Asimismo, planteó: “También queremos que sea un proyecto social y llegar a tener una relación con la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (con sedes en Pergamino y Junín) y la Escuela Agrotécnica de Pergamino, para que los chicos puedan hacer pasantías, capacitarse y conocer cómo trabaja diariamente un productor”.