En medio del debate, Senasa emitió una solicitud para considerar por consulta pública la decisión de modificar la Resolución 58/01 y permitir el ingreso de carne fresca de cerdo sin hueso (enfriada o congelada) y embutidos desde el norte de la barrera sanitaria hacia el sur. Municipios de la región patagónica rechazaron la medida en forma contundente, y tienen sus argumentos.
Los Estados municipales de la Región Patagónica que manifestaron su desacuerdo consideran que estas medidas “ponen en peligro los avances sanitarios conseguidos hasta el momento y dificultan el desarrollo y crecimiento de la producción local”. Mediante un comunicado oficial, expresaron su enérgico reclamo, fundamentando que “la medida representa un desaliento a las actividades productivas locales y una incoherencia con las políticas públicas que las promueven, (…) representa un desaliento a la inversión que está en marcha y una discrepancia con las políticas públicas que impulsan la producción porcina en el territorio”.
Alcen la barrera
El gobernador de la provincia de La Pampa, Carlos Verna, estuvo en la apertura de la 90º Exposición Rural de Santa Rosa, y aprovechó su alocución para polemizar sobre la barrera que, para Verna no es sanitaria sino comercial: “Dejen de defender intereses privados”, exhortó públicamente a los funcionarios del gobierno y de Senasa: “Queremos poder comercializar el asado con hueso pampeano al sur del río Colorado porque nos reconocieron por escrito que no existen imposibilidades sanitarias, así que [la barrera] es comercial, política e inconstitucional”, según recoge el diario La Arena de aquella provincia.
Verna dijo además que el gobierno de Macri, al mantener la barrera, opera de la misma manera que “el gobierno anterior, que puso un muro al cerrar las exportaciones” con el agravante de que “ni siquiera se controla, porque pasa ganado en pie y asado sin control, todos los saben. Las carnicerías de La Adela (localidad pampeana que limita al sur con el Río Colorado) florecen y las de Río Negro cierran. No mientan más”, denunció el gobernador.
Gritos desde el sur
Diversas entidades, asociaciones, municipios, e incluso gobiernos provinciales de Neuquén, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego ya se manifestaron en contra de la modificación de la Resolución 58/01 de Senasa, que permitiría abrir la barrera para el ingreso de carne de cerdo sin hueso.
Senasa emitió un comunicado en el que expresa que si se permite el ingreso de carne porcina sin hueso a la zona libre de aftosa sin vacunación, en realidad “no implica riesgo sanitario en cuanto a la transmisión del virus de la fiebre aftosa”. En ese sentido, una de las voces disidentes es la del Colegio de Médicos Veterinarios de Río Negro, que emitió un comunicado en el que declara que “Nuestro país y la región en particular, han cumplido con todos los procesos para garantizar su posterior reconocimiento internacional; modificar normativas vigentes, sin contar con el aval técnico de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), implicaría hacer peligrar los logros obtenidos en materia sanitaria y los mercados de la Patagonia y el País con el comercio mundial; y el consecuente perjuicio económico para la economía de la Región. (…) Esta situación traería graves consecuencias en el sector productivo regional, pérdida de mercados, y confianza en el mundo”, apelaron los veterinarios rionegrinos.
Otro de los argumentos de los grupos pro-apertura es que hay que abastecer a la población de la Patagonia con carne de cerdo. En respuesta, desde la Patagonia indicaron que “Hay producción formal en Rio Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y en menor medida, en Tierra del Fuego. El conjunto de provincias de la Patagonia es suficiente para el autoabastecimiento”, y lo grafican con un dato no menor: “En Patagonia hay 2.089.100 habitantes. Sumando los habitantes de sólo dos municipios del bonaerenses (La Matanza y Quilmes), hay 15% más de habitantes que en toda la región Patagónica”. Entonces, se preguntan: “¿Vale la pena perder el Status sanitario y el sello de calidad de origen de Patagonia para abastecer menos habitantes que la suma de dos municipios del conurbano Bonaerense? ¿Es necesario tomar esta decisión, destruyendo las economías regionales y el valor agregado en origen, para no solucionar el problema de fondo de los colegas productores del centro y norte de nuestro país?”. (N. de la R.: Por problema de fondo, se refieren a la escasa competitividad del sector productor porcino de Argentina frente a las importaciones de carne de Brasil).
Por otra parte, un aspecto no menor que manifiestan los sureños como argumento es que, por ejemplo en Chubut, “la producción porcina formal genera solamente entre algunos productores de Trelew y Rawson aproximadamente unos 100 puestos de empleo directo, más unos 180 puestos de empleo indirecto; al tiempo que la producción porcina informal, por ejemplo en Puerto Madryn da sustento a más de 50 familias”.
Mientras tanto, la consulta pública sigue abierta y el debate está en marcha. Excepto por el gobernador de La Pampa, las asociaciones y cámaras de productores porcinos de las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires (principales productoras de cerdos), así como los representantes de la Asociación Nacional, no se expresan públicamente en ningún sentido sobre la posibilidad o conveniencia de flexibilizar (o no) la barrera sanitaria.