Mientras el valor del vacuno registró en los últimos dos meses un aumento del 24%, el capón en pie no sólo que no creció, sino que en el mismo período cayó 1%, e incluso su evolución a largo plazo sigue por debajo de la inflación. En este sentido, es necesario que los productores defiendan la producción y exijan mejores precios, que permitan sostener la actividad.
A esto se suma que la sequía de los primeros meses del año provocó un significativo incremento de los valores de los cereales (soja y maíz), que explican el 70% de la alimentación y el 60% de la cría de cerdos. Además, la suba del dólar implicó una devaluación del 50% en lo que va del año y su correspondiente traslado en el aumento de los insumos.
Claramente, los productores, particularmente los de Entre Ríos, atraviesan por un momento crítico, con resultados negativos que día a día se profundizan. La fenomenal suba de costos que sufren no es acompañada por precios de venta que permitan hacer sostenible la producción. De no revertirse esta ecuación, están ante la desaparición inminente de los actores más pequeños de la cadena.
Fuente: Capper