Entre el 75% y el 80% de la producción de cerdos está dolarizada (alimentos y proteínas). En ese marco, la devaluación y la escasez de granos por la sequía complicó mucho al sector.
Desde la Cámara Productores de Cerdos de Córdoba, su presidente, Mario Aguilar Benítez, señaló a LA NACION que hasta diciembre/enero “había margen; pero empezó la caída y las pérdidas llegan hasta cinco pesos por kilo”.
Córdoba, con 160.000 toneladas por año, es la segunda productora del país con un 26% del total producido. La primera es Buenos Aires, con el 29%, y la tercera Santa Fe con un 19 por ciento de la producción total argentina.
Gerardo Barraud, productor del departamento San Justo (en el este cordobés), definió la situación actual como “muy complicada” y “sin un horizonte claro”. Describió que la industria está pagando -por animales con buena genética y peso de hasta 115 kilos- entre $27 y $28 el kilo, valor que cae hasta $22 en cerdos más grandes y de menos calidad.
“Cuando trillo 100 toneladas de maíz pienso que es mejor mandarlo a puerto y no dárselo a los chanchos, pero no hay alternativa; estoy pensando en faenarlos y dejarlos en cámara mientras los vendo”, dijo.
Raúl Supertino, productor y socio de la Asociación de Productores de Cerdos de Oncativo (Aprocer), coincidió en que la coyuntura es compleja. “Hubo casos en los que hasta les bajaron los precios a los productores; estamos muy lejos de lo que necesitamos y el consumo no está fácil por lo que hay pocas perspectivas de recuperar terreno”, indicó.
Luis Picat, productor de la zona de Jesús María, apuntó que los precios no mejoran ni para los productores ni para la industria y afirmó que los criadores están trabajando “al costo o a pérdida”.
“No hay consumo; está todo retraído, la góndola no compra a más precio”, precisó. Remarcó que el sector venía bien, pero la suba del dólar y la sequía impactaron negativamente.
“Con una mejor cosecha bajará el cereal y se reacomodará el precio del cerdo, generalmente es lo que pasa. Así fue en 2013 y en 2015, el valor del cerdo tarda en copiar la curva del dólar”, evaluó.
En ese contexto, los productores chicos son los primeros que sufren y suelen liquidar sus animales. El productor mediano, en cambio, debe mantener la infraestructura y tratar de esperar que se reinvierta el ciclo.
IVA e importación
Alejandro Leveratto, tambero y productor de cerdos, expresó que hay muchos casos de quebranto. “La cadena está distorsionada desde hace tiempo y, ahora, se suma la importación desde Brasil que plancha el precio. Ingresan los cortes más caros y distorsiona todo. Si seguimos así, sin respuestas, van a quedar sólo los más fuertes”, alertó.
Aguilar Benítez afirmó que los niveles de importación se mantienen similares a los del año pasado. Remarcó que no se respeta que lo que ingresa como congelado se venda después de otra manera. “No estamos en contra de abrir mercados, pero reclamos que sea equitativo”, dijo.
Enfatizó los problemas que generan los cambios en IVA que rigen para el sector desde febrero. Desde entonces rige el 10,5% para las ventas, pero la cadena sigue pagando el 21% por sus compras. “Subestimaron el impacto y así se desalientan las inversiones; si no se modifica no hay atractivo para invertir”, opinó.
El sector reclamó que, de manera inmediata, haya cambios en ese esquema y un esquema asistencia al pequeño productor. “No pueden seguir sumando meses de pérdidas porque no resisten”, graficó Aguilar Benítez.
Fuente: La Nación
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