Hace unos 20 años Günter Pauli propuso en Roma una cantidad de principios que estimulaban el aprovechamiento de ciertos residuos, encadenando su utilización. La base teórica de esta nueva economía reside en "Los cinco reinos de la natura" de la bióloga Lyn Margulis, donde explica cómo la naturaleza realiza la autopoiesis, o bien, crear algo de la nada, produciendo nutrientes a través de un sistema que integra los cinco reinos naturales: bacterias, algas, hongos, plantas y animales. Cualquier proceso vivo genera residuos y los entrega a otro reino, que las utiliza como alimento.
Desde hace un tiempo ingresó a la agenda de la sustentabilidad productiva el tratamiento de los desperdicios que generan los criaderos, azuzados por la creciente estrategia de confinamiento e intensificación en la producción de carnes y leche. Además la producción se ha concentrado, y muestra menos establecimientos de una mayor escala. Y además la excreta contiene una alta cantidad de nutrientes.
Diego Mathier habla de una economía circular, donde las acciones son utilizar, producir y reciclar. Y en la práctica, el maíz es parte central en la alimentación animal; las deposiciones se destinan a una laguna de efluentes que, a partir de la actividad de esa biomasa se transformará en bioenergía, ayudando a modificar una matriz de consumo de reposa mayoritariamente en combustibles fósiles. Además, y esto es un aspecto trascendente, se trata de un sistema de energía distribuida, capaz de hace viable proyectos productivos independizándose de la estructura interconectada.
El investigador del Inta dice que la actividad porcina genera unas 148 M tns de residuos por año, y esa biomasa a través de un proceso térmico puede generar actividad; y a partir de un proceso bioquímico a través de una biodigestión anaeróbica puede generar biogás, compuesto por metano en su mayor parte (50/75%), dióxido de carbono (25/45%), ácido sulfhídrico, y otros componentes menores.
El descarte ahora es sustrato
Los sustratos pueden venir en varias formas pero todos tienen distintas capacidad de generación de gas. Cáscara de Maní, cáscara de Girasol, residuos de la producción e industria olivícola y forestal, granos de cereal, orujo de frutas, restos de comida, pasturas y silajes integran este lote virtuoso, al que podemos sumar los residuos de la industria alimenticia y la recolección de húmedos de los municipios. El metano es producido por bacterias y es el último eslabón de una cadena de microorganismos.
Mediante la acción combinada de bacterias, en ausencia total de oxígeno, la materia orgánica se degrada en biogás, y un residuo digerido, que una vez estable tiene altas propiedades de fertilización.
Diego Mathier propuso algunos parámetros a tener en cuenta:
-La naturaleza y composición bioquímica de las materias primas
-Los niveles de sólidos totales y sólidos volátiles
-La relación C/N
-El pH
-La temperatura del biodigestor
-Los tiempos de retención hidráulica
-Presencia de componentes tóxicos
-Agitación y mezclado
Biogás en Argentina
El Grupo Biogás del Inti tiene relevadas 105 plantas. El 56% no tiene control de temperatura y el 48% no contiene sistema de agitación.
El 70% de los establecimientos que producen biogás desconoce la calidad de su producido.
El establecimiento Yanquetruz de la ACA procesa 150 m3 de residuos y unas 50 toneladas de maíz. El digerido del proceso se utiliza como fertilizante.
Osvaldo iachetta
Redacción Todocerdos