La producción porcina es una actividad capaz de generar una enorme cantidad de datos. Sus características determinan que sean muchas las áreas en las que es conveniente y, de hecho, es
una rutina en muchas granjas, recoger registros. Es frecuente que esa toma de datos no termine
generando información que pueda ser aprovechada adecuadamente, lo que se explica por
razones muy diferentes. En ocasiones se debe a falta de personal, de tiempo o de las estructuras
adecuadas que permitan que los datos sean recogidos y procesados adecuadamente. Cuando se
hace así, estos datos dan información capaz de generar a su vez el conocimiento necesario que
debe emplearse para asesorar mejor a los productores.
De esta manera se consigue que cada una de las partes de la cadena, desde el trabajador de granja, pasando por el encargado, siguiendo por el veterinario o técnico asesor y por último el gerente o propietario sean capaces de desarrollar mejor su trabajo por disponer de la información adecuada en el momento en que la necesitan. Para muchos trabajadores, ganaderos, técnicos y gerentes es importante disponer de información actualizada sobre la granja.
Así, resultan esenciales los listados de trabajo diario, las fichas de cerdas, los informes sencillos de seguimiento de la producción, los específicos para la resolución de problemas, los informes económicos que traduzcan la eficacia de los índices productivos o los informes de comparación entre granjas. Muy frecuentemente también son muy importantes los informes de rendimientos productivos de los cerdos en las distintas fases de cría (crecimiento, índice de conversión, consumos), porcentajes de animales muertos, tratados sanitariamente y retrasados, rendimientos en matadero y de la evolución de cualquiera de ellos en el tiempo.
Ocasionalmente se necesita también información sobre productos nuevos (genética, comederos, rejillas, vacunas, medicamentos, aditivos nutricionales) y su idoneidad bajo cada una de las condiciones productivas. Estas necesidades habitualmente no se ven cubiertas de forma completamente satisfactoria. La presión en el trabajo diario y la falta de tiempo, de formación o de personal dedicado a generarla suponen, en muchas ocasiones, que la toma de decisiones deba asumir unos riesgos muy elevados o simplemente no resulte tan eficaz como debería. Se
debe tener en cuenta que, por tratarse de un sector primario, frecuentemente procedimientos
que se han hecho rutinarios en otros sectores están muy lejos de serlo en éste y no sólo en el
nivel de la granja.
Existen aún muchos ganaderos y empresas productoras, tanto pequeños como de tamaño mediano y grande, que están muy lejos de extraer todo el provecho de los datos que generan. En la jornada de capacitación para productores sobre uso de registros en la actividad porcina realizada en Centro Regional Sur – Facultad de Agronomía de la Universidad de la República en Montevideo, Uruguay en diciembre de 2010 se partió con material de apoyo con los siguientes cuestionamientos:
¿Dónde y cómo tomar registros?
Muchas veces estos datos son anotados en papeles, cuadernos, almanaques, etc., y a pesar de que la información existe, no se encuentra ordenada. Y a veces es necesario recurrir a ese dato que se apunta en algún lugar o que simplemente se recuerda.
Por ejemplo: se observa una cerda en celo. ¿Ya había presentado celo? ¿Se había observado
la monta un tiempo antes? ¿Cuánto tiempo transcurrió desde su último destete? Seguramente
pueden hacerse preguntas que estén en la memoria o buscar en los apuntes (que no están
ordenados). Esto se tornaría algo difícil de responder en forma rápida y precisa. De todas maneras, el problema mayor no es que sea difícil responder estas preguntas, sino que buena
parte de las veces no pueden responderse por no disponer de información en forma precisa.
Estos problemas se deben a que hay confusión de animal, o se pierde el papel donde se anota,
o no se recuerda bien qué animal fue el observado, lo cual es más común cuanto mayor es el
número de animales en el criadero. En este punto se vuelven importantes los materiales de apoyo que se elaboren para favorecer lo más posible la registración rápida y permanente de los eventos (libretas de campo, almanaques, planillas, etc.). Cuando se piensa en una actividad comercial en donde la economía depende de la eficiencia del sistema de producción, se debe tener en cuenta que la recolección de datos es un medio para lograr una mejor utilización de los recursos que se están administrando.
¿Qué características deben cumplir los registros?
Los datos tienen que cumplir con ciertos requisitos para que realmente sean de utilidad: ser
sencillos y de fácil obtención, exactos y de recolección continua en el tiempo. Cuando se logra
que los datos (ahora convertidos en registros) sean almacenados de forma ordenada y
sistemática, se puede decir que se lleva adelante un sistema de registros. Por lo tanto, este
sistema es la forma o el orden preestablecido y sistemático con que se toma y almacena la
información.
Para que un sistema de registros sea útil, debe cumplir con las siguientes
características: a) completo: debe poseer toda la información necesaria y b) preciso: los datos
deben ser tomados en forma objetiva ya que las decisiones estarán basadas en esa información.
La información es el eje central de la decisión ya que su correcto análisis permite disminuir el margen de error. Actualmente existen buenos programas de gestión al alcance de cualquier productor; el problema es que en la mayor parte de los casos ni son utilizados en todo su potencial ni se mantienen los datos actualizados como se debería, uno de ellos es el que ofrece el CIAP (Centro de Información de Actividades Porcinas) gratuitamente en Argentina y que la Facultad de Agronomía de la UNLPam es miembro del comité ejecutivo.
Lo que se obtiene suele hacerse con sobre esfuerzos del capataz que, habitualmente, prefiere dedicar sus horas a los trabajos relacionados con el ganado. El establecimiento de un sistema centralizado de gestión de datos suele resultar una solución muy eficaz. Estos sistemas se basan en establecer un sistema de carga de datos desde la granja (básicamente las anotaciones diarias de cubriciones, partos, destetes y muertes) que son procesados para eliminar errores y utilizados para preparar informes técnicos de rutina.
En base a estos informes es posible la resolución de problemas concretos y la futura prevención de estos. El análisis del tipo de repetición de celos, días no productivos en las cerdas reproductoras, estructura de categorías dentro de la granja, pérdidas de prolificidad o de la mortalidad en lactación suelen ser los más solicitados.
¿Cómo elaboramos un esquema de gestión productiva – técnico -económica?
De acuerdo con Fernández Aguado (2006), la función general de un esquema de gestión es
suministrar información técnica para mejorar la granja. Seguramente más de una vez se ha
escuchado que aquello que “no se mide, no se puede mejorar” y es precisamente lo que se debe
hacer con el rendimiento productivo de una empresa de cerdos. Una vez que sabemos qué cosas
se están haciendo bien o mal, es preciso elaborar un plan de mejora, con el objeto de establecer
puntos de acción para rentabilizar la empresa.
¿Qué parámetros técnicos deben evaluarse?
Probablemente muchas empresas poseen alguna herramienta que pueden ser planillas de registros o software de gestión técnica de última generación, los cuales pueden indicar muchos parámetros productivos y que además entregan un análisis de los resultados biológicos que están desempeñando nuestras cerdas y cerdos de crecimiento, sin embargo, las principales preguntas que tiene el productor o profesional responsable son ¿Cómo interpretamos este análisis? ¿Cómo sabemos si estos resultados son buenos para la rentabilidad de la empresa? ¿Qué parámetros son aquellos que nos indican que la optimización de recursos es la correcta?
Antes de responder estas preguntas es preciso señalar que muchos profesionales o
consultores porcinos se equivocan al buscar siempre el mejor índice productivo, olvidándose
del análisis económico ¿qué se quiere decir con esto? “El óptimo productivo no siempre es
sinónimo de optimo económico¨, es por esto por lo que cuando se tiene un análisis de
productividad de la empresa, es fundamental analizarla con los costos de producción y
determinar si la empresa está obteniendo utilidades como lo establece en sus investigaciones.
Dentro del análisis productivo se pueden tener varios objetivos de producción, diversos consultores porcinos tienen sus preferidos, pero son muy deseables de establecer los siguientes parámetros:
-Lechones destetados por cerda al año.
-Kilos de lechón destetados por cerda al año.
-Kilos de cerdo vendidos por cerda al año.
-Conversión de alimento por fase productiva y total.
La Planificación productiva racional y eficiente requiere:
– Reflexión sobre la secuencia a seguir o los pasos a dar.
– Previsión de los efectos de esa secuencia.
– Organización funcional de todo el proceso, visto como un conjunto integrado y
armónico.
Para planificar un proceso productivo eficiente es preciso tener en cuenta:
– El propósito perseguido, es decir, comenzar por analizar el objetivo que se persigue,
comprenderlo en toda su extensión, acotarlo, ver o analizar sus posibilidades, oportunidades,
etc.
– Prevenir el proceso a seguir, que en la práctica supone contestar a estas cuestiones: por
qué, para qué, qué, a quién, cómo o en qué circunstancias, entre otras.
– Contar con la planificación precisa (ideas, experiencias o conocimientos) o aportar la
información adicional necesaria con el fin de atender convenientemente el propósito
perseguido.
– Establecer un nexo entre las necesidades de formación del empresario con la finalidad
de traducir el contenido de una necesidad formativa en una propuesta de formación.
Estas cuestiones son importantes a la hora de dar el informe profesional al empresario
porque: la planificación es una anticipación de futuro, un intento de predecir la cadena de
consecuencias causa-efecto en el tiempo. La planificación sería una estructuración flexible que
integra planes de programas y actuaciones que afectan a los distintos niveles y personas de las
organizaciones.
La planificación es un proceso continuo y unitario que comienza con el desarrollo de objetivos, define estrategias para conseguirlos y establece planes coherentes con las anteriores decisiones; esto significa que se decide por adelantado ¿qué se hará?, ¿cómo se hará? o ¿quién lo hará? incorpora mecanismos de control que permitan las adaptaciones necesarias que las nuevas realidades impongan.
La planificación tiene un sentido preparatorio al formular decisiones que tienen que ser aprobadas antes de realizarse por los que tienen responsabilidad empresarial. La planificación y la ejecución de un plan son procesos distintos y deben considerarse analíticamente y metodológicamente de una manera diferenciada. A posteriori estas relaciones se harán más estrechas cuanto mayor sea la cercanía a la actuación concreta. La planificación incluye una actitud de racionalidad y de reflexión que se refleja continuamente en el desarrollo de los cursos de acción. La misma conlleva una toma de decisiones sucesivas, interdependientes, interactivas, dinámicas y con una intencionalidad eminentemente práctica.
Toda planificación tiene una dimensión ideológica, consecuencia de las opciones subjetivas que se han de tomar. La complejidad de la producción pecuaria exige que los procesos sean lo más integrales posibles y tomen en consideración, además de la variación que imponga el transcurso del tiempo, la influencia de presiones coyunturales y la variedad de situaciones que inciden en cada situación.