El 21 de marzo de 2018 se conformó por primera vez la Mesa Nacional de Producción Porcina con la participación de las distintas entidades nacionales, provinciales, técnicas y comerciales que trabajan en Argentina. Fue un hito importante, más teniendo en cuenta que se armó un listado de 4 puntos en los cuales (muy raro en nuestro país) estaban todos de acuerdo.
Se empezó a trabajar en dichos temas y se realizó una presentación a las autoridades de Agroindustria, mostrando varias voces pero un solo discurso, situación que complicó a los funcionarios, que desde que llegaron trataron de dividir las aguas. Hubo reuniones importantes con los Senadores y Diputados Nacionales presentando los reclamos y ofreciendo soluciones a cada punto.
Pero como todo lo bueno que podemos hacer los argentinos, después nos encargamos de dejarlo de lado ya sea por los intereses personales (no institucionales) o por los cambios de autoridades que se sucedieron en las propias instituciones.
Pasó ya con la Mesa de Enlace y con otros buenos encuentros que poco a poco se van disolviendo y dejan de tener presencia y pierden el principal objetivo que los llevó a juntarse, la defensa del productor agropecuario, en este caso de la MNPP, el productor porcino.
Y quizás el principal problema sea la falta de representación real que tienen las instituciones en nuestro país por dos razones, la personalización de las mismas en un utópico salvador y por la falta de interés de los propios productores que no se suman y participan.
De esta situación hay ganadores y perdedores. Los ganadores, los funcionarios públicos que diluyen su ineficacia en la falta de reclamos conjuntos y los perdedores, los propios productores que cada día tienen más presión fiscal, menos rentabilidad y piensan en irse del negocio.
Sus Scofra / Especial para Todocerdos