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Saldos y algunas perspectivas luego de un año con claroscuros

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Fue otro año bravo. En 2018 entre la baja del consumo, los cambios en el IVA, los costos y la importación el sector retrocedió. Y en 2019 cada uno cuenta la historia según como le fue en la Feria.


1. La información, una materia prima escasa
Es penoso que un esfuerzo tan grande, destinado para conocer el sector haya caído en saco roto. Unos critican la metodología y otros la baja apertura a describir la realidad productiva de muchas actividades agropecuarias por parte de los empresarios. Jorge Brunori señala que según el Censo hay 3,6 millones de cerdos mientras que los registros de otras fuentes hablan de 5,3 millones, y algo parecido ocurre cuando se contabilizan madres.

Pero el número que más diferencia arroja es el de la cantidad de productores: el Censo dice que unos 5 mil productores hicieron por lo menos una transacción comercial mientras que los asientos estadísticos que se tenían antes eran del triple de esa cifra.

Brunori cree que hay unos 16 mil productores. El 72% son chicos y tienen el 26% del stock mientras que los productores grandes son el 28% y tienen el 74% del rodeo. En la faena las diferencias se amplían: el 93% corresponde a productores de gran porte y el 7% a los pequeños. “A partir de esta disonancia en las estadísticas nos preguntamos: ¿cómo pensamos el futuro? ¿Planeamos para 5 mil o para 16 mil productores?
Una más, Ariel Cogo, del Inta Luján dice que solo en la provincia de Buenos Aires hay más de 10 mil.

Por eso decimos que el Gobierno debe manejar datos ciertos para tomar decisiones apropiadas. Hay que recrear un sistema estatal, autónomo y fiable de estadísticas agropecuarias. No podemos depender de las que nos proveen organismos comerciales, al servicio de sus propios negocios.

2.- Exportaciones
“El próximo año, China implementará aranceles de importación temporal, que son más bajos que los aranceles normales no discriminatorio aplicados a las importaciones, en más de 850 productos”, aseguró el Ministerio de Finanzas. Esta cifra contrasta con los 706 productos que se gravaron con tasas temporales en el 2019.
 “Estas modificaciones arancelarias se hicieron para aumentar las importaciones de productos que enfrentan una relativa escasez nacional, o de especialidades extranjeras para el consumo diario”, comunicó el Ministerio.

El Ministerio de Finanzas dijo que la tasa arancelaria para la carne de cerdo congelada se reducirá del 12% de aranceles NMF (“nación más favorecida”, el régimen normal de aranceles no preferenciales) al 8%, en un momento en que China se enfrenta a importantes carencias en el suministro por los efectos de una grave enfermedad que diezmó sus piaras. Hay una buena perspectiva, pero Argentina es un actor residual en el comercio mundial de carne de cerdo y para ello hace falta un shock de inversiones en toda la cadena.

Reinaldo Cubillos, en el portal 333,  apunta a la “ausencia de inversiones importantes en nuevas granjas y/o en ampliación de establecimientos existentes”, básicamente incremento de madres en producción en los últimos 3 ó 4 años. “Ese seguramente es uno de los factores que explica el menor dinamismo”.

Además, señala como otra causa de la desaceleración al nivel de productividad. “A medida que las granjas se van ubicando cada vez más cerca de los estándares tecnológicos y de gestión de los países líderes, los saltos de productividad a los que se puede aspirar se van haciendo cada vez más pequeños, y de esa forma también su contribución al crecimiento”, indicaron.

3.- Consumo interno y pequeña escala
Existe mucha heterogeneidad entre las granjas que luego se refleja en sus resultados económicos y por tanto, los investigadores explican que los valores del estudio corresponden estrictamente a las granjas de referencia, señalan en un trabajo del Ieral. En ese sentido, apuntan que luego de un 2018 adverso para el sector, con importantes caídas en la rentabilidad, particularmente en granjas de menor productividad, los márgenes se recuperan en el 2019, situación que se observa para las distintas tipologías, aunque con matices que deben resaltarse.

También las ventas internas se cayeron. El consumo, medido en forma indirecta a partir de la oferta neta que se pone a disposición del mercado (producción + importaciones menos exportaciones), se está ubicando cerca de los 15 kilos promedio por habitante, pero con tendencia a la baja en los últimos meses, que coincide con lo que está pasando con la producción y las importaciones, señalan los técnicos del Ieral en La Capital.

“Es probable que el año cierre con un consumo per cápita igual o levemente inferior al de 2018, lo que es toda una novedad considerando que el mercado interno venía creciendo en 1 kilo por año desde el 2012 hasta el año pasado.

Con esta foto, los investigadores Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti señalaron que “en todas las variables relevantes se observa un statu quo inédito para lo que es la historia reciente de la cadena” y explicaron que el ímpetu que traía la cadena menguó en los últimos meses y lo hizo desde la raíz, es decir desde las granjas y la producción de animales, “que parece haber entrado en una meseta de la que está costando salir”.

4.- Márgenes
El estudio del Ieral estima los márgenes económicos en granjas teóricas o de referencia, establecimientos de producción intensiva de capones, de 250 y 500 madres, que operan con tecnología estándar en la actividad, con diferentes niveles de productividad (alto o bajo, 3.536 kilos/madre/año y 2.563 kilos/madre/año, respectivamente), ubicados en el sureste de la provincia de Córdoba.

Existe mucha heterogeneidad entre las granjas que luego se refleja en sus resultados económicos y por tanto, los investigadores explican que los valores del estudio corresponden estrictamente a las granjas de referencia.
En ese sentido, apuntan que luego de un 2018 adverso para el sector, con importantes caídas en la rentabilidad, particularmente en granjas de menor productividad, los márgenes se recuperan en el 2019, situación que se observa para las distintas tipologías, aunque con matices que deben resaltarse.

En los planteos de baja productividad la recuperación de márgenes solo alcanzará para reducir las pérdidas, casi con el año ya finalizado las granjas de este segmento llevan perdidos en promedio entre $2,8 y $0,2 por kilo de capón producido y comercializado en los 11 primeros meses (establecimientos de 250 y 500 madres respectivamente, a precios constantes de noviembre de 2019). “Esto indica que el excedente económico no está compensando el riesgo de la actividad ni el costo de oportunidad de los fondos invertidos”, detallaron en el análisis sobre estos casos.

Estas granjas de productividad baja habían tenido resultados positivos en 2016 y 2017 y resultados bastante más negativos en 2018.
Por su parte, las dos granjas de alta productividad muestran márgenes positivos y superiores a los del 2018 ($7,3 y $9,2, promedio por kilo, 250 y 500 madres), reduciendo bastante la brecha respecto de los muy buenos resultados logrados en los años 2016/2017.

El grueso de las granjas de estos dos tamaños que se analizan probablemente se encuentre al medio materia de productividad del rango especificado, por lo tanto, en una extensión de tipo “lineal” también lo deberían estar sus resultados económicos. Por eso, “en términos de los resultados 2019, los números no serían tan negativos como los de las granjas de baja productividad, pero tampoco tan positivos como los de las de alta productividad”, apuntan Juan Manuel Garzón y Valentina Rossetti.

5.- el capón, el maíz y el dólar
Si bien los costos siguieron creciendo con fuerza este año, incluso a mayor ritmo que en el 2018, el informe de Ieral detalló que los márgenes se pudieron recuperar gracias al gran desempeño del precio del capón. “En los primeros 11 meses del año el capón muestra una suba del 78%, que compara contra el 69% de los costos totales (suba promedio ponderada)”, indicaron los especialistas de Ieral.

Del mismo modo puede explicarse la pérdida de rentabilidad de 2018, por una fuerte suba del costo de alimentación. El año pasado los ingresos aumentaron un 32,4% mientras que los costos un 63,9%, con alimentos creciendo un 82%.
En 2019 el costo de la alimentación sube al 69% interanual, por debajo de otros rubros, caso de la energía que ronda el 80% y la sanidad el 113%. Por debajo de la alimentación quedan sólo dos rubros de los costos, la mano de obra, con una expansión del 50% y el transporte de la hacienda con el 57%.

En el centro de las preocupaciones está el precio del maíz y el tratamiento tributario que tendrá a partir de la llegada a Casa Rosada de Alberto Fernández. “La estructura alimentaria de un cerdo es 70% maíz y 30% soja. El maíz estaba en 2015 a $911 y ahora está en $3086 y la soja pasó de $1875 a $5282. Antes, se tenía rentabilidad aún cuando no se hicieran las cosas bien, y pensemos que en 2018 solamente subió un 82% la alimentación para porcinos”, razonó Brunori. Ese año se perdieron muchos productores…

El otro tema incógnita es el precio del dólar pues sabemos el impacto que tiene sobre los commodities. “En junio 2020 se negocia a $82 y en agosto del año que viene se estima que estará en torno a los $88”, predijo, y se mostró preocupado porque esos costos tendrán un impacto fuerte en el mostrador de una demanda local deprimida.
También están en la agenda de las preocupaciones los gastos fijos. Luz, agua, gas, combustible y el transporte son ítems de creciente impacto en el sector porcino.

6.- Los desafíos de la nueva gestión
Con este escenario en el informe de Ieral señalan que algunas variables pueden, de la mano de la nueva política económica del gobierno nacional, modificar la situación del sector. En ese sentido, los investigadores hacen referencia, por ejemplo, al financiamiento que “hoy es muy escaso y caro” podría aparecer si regresan los créditos a tasa subsidiada que en algún momento fueron aprovechados por muchas empresas para realizar inversiones.

De todos modos, al respecto vale aclarar que pese a esa apertura que propició el macrismo, los resultados que muestra el propio informe dan cuenta de la escasa efectividad de esas acciones para el sector, que se vio en cambio, seriamente afectado.

De los primeros trazos de las políticas que propuso la nueva gestión aparecen líneas prometedoras para las pequeñas escalas a partir de una política de financiamiento a tasas negativas para incorporación de tecnología, genética, maquinaria e infraestructura. Y otra parte importante tiene que ver con el tratamiento que tenga finalmente los derechos de exportación al maíz, elemento clave en la estrategia alimentaria porcina.

En la provincia de Buenos Aires, desde el Gobierno afirmaron que, en promedio, las actualizaciones están por debajo de la inflación y negaron que se trate de un “impuestazo”. “Los aumentos del 75% son muy puntuales y para las propiedades de mayor valor solamente, que es un porcentaje muy reducido”, dijo el director ejecutivo de la Agencia de Recaudación Bonaerense (ARBA), Cristian Girard, y amplió que “se trata de propiedades cuyo valor fiscal es superior a los tres millones de pesos”.

En esa línea, el jefe de Gabinete Carlos Bianco, detalló que solo 300 productores bonaerenses pagarán el porcentaje más alto de los aumentos progresivos del Inmobiliario Rural, es decir, el 75%. Mientras que en el caso del Inmobiliario Urbano, quienes afrontarán esa suba serán el 7% de los propietarios bonaerenses.

Desde el Gobierno afirman, además, el pequeño productor pagará en 2020 menos que en 2019. «A partir de la segmentación de los propietarios rurales, según el tamaño y valor de sus propiedades, se garantiza que el impuesto sea, en términos reales, menor al del año pasado para quienes cuentan con una menor capacidad contributiva», aseveró el ministro de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez.

«Y eso es importante, porque es apoyar a la producción a aquellos estratos que estuvieron con mayores complicaciones este año, pero además de esa segmentación, lo que hicimos es generar para algunos casos específicos una exención de impuestos, productores que no van a pagar directamente este impuesto y tiene que ver con explotaciones de menos de 50 hectáreas, están exentos, y en el caso de los tambos, hicimos la exención a menos de 100 ha  y 150 ha de manera parcial», precisó. (Datos DIB)

7.- Inversiones
Ante un escenario de incremento de los derechos de exportación del maíz y la soja se abre una posibilidad de sortearlas a partir de agregar valor ante un mercado traccionado por China que no resolverá a corto plazo sus problemas de peste porcina. Además, la demanda mundial de carne bovina direcciona su producción a Oriente y es allí, siempre y cuando mantenga la diferencia de precio respecto al novillo, una oportunidad para los cortes porcinos. Y no solo en criaderos, sino en los siguientes eslabones de la cadena.

Allí, Jorge Brunori subrayó un tema sobre el que viene reclamando atención: “Córdoba produce 1,7 millones de cabezas por año y su capacidad de faena es de un millón, y por lo tanto una buena parte de su producción debe trasladarse a Santa Fe y provincia de Buenos Aires. Río Cuarto, Unión y Marcos Juárez no tienen frigoríficos de volumen importante”.

8.- Las importaciones
A la par del deterioro productivo, el comercio exterior de carne fresca también perdió posiciones. Las importaciones se ubican actualmente en unas 35 mil toneladas peso producto en los últimos doce meses (noviembre 2018 / octubre 2019), con una “tendencia declinante” en los últimos períodos y “retrocediendo un escalón respecto del 2018”, explicaron los especialistas. Al tiempo que las exportaciones se muestran relativamente estabilizadas en un flujo anual de 16 mil toneladas.

De ese modo, la balanza comercial sigue siendo deficitaria en 19 mil toneladas, “una de las cifras más bajas de los últimos años, salvando el período 2014/2015 donde las importaciones fueron mantenidas artificialmente bajas por el gobierno argentino”, indicó el informe.

Jorge Brunori señala que la otra amenaza es la importación de cortes congelados. “En 2018 se importaron 44 mil toneladas, la mayor parte  proveniente de Brasil, que representa el 88% de los ingresos. La mayor parte se trata de bondiola, pierna y panceta, y si bien implica solo uno de los 16 kilos promedio que consumen los argentinos, la preocupación está puesta en la procedencia de esos cortes congelados que, en muchos casos son de países que tienen enfermedades como el PRRS”, alertó el especialista. Esto parece un tema de resolución no sencilla pues el paladar argentino demanda cortes que el consumo mundial desecha.

9.- Lo que viene
En perspectivas económicas todo es opinable debido a que hay dos o tres bibliotecas a las cuales abonar. Desde el foro neoliberal de la Fundación Mediterránea Jorge Vasconselos adscribe al testamento de Chicago al decir: “Es de esperar que la profundización de la política de desaliento a la exportación de productos agropecuarios y alimentos impacte en forma negativa sobre decisiones de consumo e inversión en los sectores afectados; que el sistema y sus actores se replieguen frente a un escenario de mayores costos, menores márgenes y muy pocas certezas respecto al tratamiento futuro. No es para nada aconsejable llevar la agricultura a un modo defensivo, de baja inversión y sólo apuestas de corto plazo; implica no solo desaprovechar una enorme oportunidad de generar divisas, empleos y riquezas, sino que conlleva también el riesgo de afectar la sustentabilidad (económica y ambiental) del propio sistema productivo”.

En economía, hay políticas y contextos, y es probable que la historia reciente le dé la razón a Vasconselos pero debemos situarnos en la búsqueda de un círculo virtuoso que nos empuje a salir del viejo discurso de granero del mundo para crear nuevos desafíos de agregado de valor. Sí, hay que promover políticas donde se reduzcan sensiblemente las tributaciones a medida que se eleva la inclusión de factor trabajo en las manufacturas. Además, la intervención estatal, al recortar una rentabilidad hace viable otros usos de la tierra, más amigable y que convocan parte del empleo desplazado por el monocultivo.

Es necesario deponer las estrategias belicistas y situarnos como parte de una comunidad, que está siendo azotada por flagelos que avergüerzan, mucho más aún cuando venimos de un período nocivo, degradante, que acudió a las mismas herramientas teóricas que postularon estas mismas proposiciones económicas perniciosas. El sector debe transparentarse, dar cuenta del negocio y posicionarse como un sector que incluya a través de crear empleo, la mejor forma de dignidad humana.

Un egresado de la Universidad de Córdoba, el licenciado Roberto Arias, con profundas investigaciones en tributación está en el quipo económico que conduce Martín Guzmán, y hay puestas muchas expectativas sobre sus aportes.

Edición y opinión de Osvaldo Iachetta/Redacción TodoCerdos
 

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Actualizado a: 14/11/2024

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Precio del Maíz $185.900
Fuente: Federación de Productores Porcinos | Los precios no incluyen IVA
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