Las importaciones chinas de maíz, que se encuentran en niveles récord, dispararon los precios del grano desde fines del año pasado, y los productores agropecuarios y analistas se preguntan cuánto tiempo se puede sostener esa demanda.
La desenfrenada demanda de la segunda economía del mundo provocó una feroz alza de los precios de los granos en los últimos meses. China siempre ha dependido de los mercados externos para hacerse de la soja necesaria para alimentar a sus animales. Pero el incremento de importaciones de maíz -donde el país antes apuntaba a ser autosuficiente- ha sorprendido a analistas y comercializadores.
China compró el año pasado la cifra récord de 11,3 millones de toneladas de maíz, de lo cual más de un tercio procedía de Estados Unidos. A fines de enero, el Departamento de Agricultura norteamericano anunció que China había adquirido otros 2,1 millones de toneladas, la mayor venta individual al país en la historia y la segunda más grande.
En respuesta, los precios internacionales del maíz treparon por encima de los u$s 5 el bushel, el precio más alto en casi ocho años.
"Se trata de un punto de inflexión para los mercados de granos, donde no se esperaba una demanda nueva e imprevista de esa magnitud", declaró Kevin McNew, economista jefe de Farmers Business Network, una plataforma online para agricultores estadounidenses. Agregó que con estos precios "los agricultores obtendrán una de las mejores rentabilidades de los últimos ocho años".
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Con China a punto de convertirse este año en el mayor comprador de maíz del mundo, además de ya ser el principal importador de soja, la gran pregunta para el sector es si el país le sacará ventaja a otros importantes compradores de maíz, como Japón y Corea del Sur.
Las grandes compras de maíz por parte de China se concretan mientras el país se esfuerza por recuperar la población de cerdos que se perdió tras la devastadora ola de peste porcina africana que hace unos años. Además, el sector maicero chino refleja cómo disminuyeron las plantaciones en los últimos años, desde que Beijing suspendió su programa de almacenamiento de maíz y los precios mínimos de compra. En un principio se habían implementado para fomentar la autosuficiencia, pero luego provocaron un fuerte aumento de las existencias estatales.
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Juan Luciano, CEO de la comercializadora agrícola estadounidense ADM, dijo a los analistas a fines de enero que China importará 25 millones de toneladas de maíz en los próximos años.
"Creemos que las reservas son mucho más bajas de lo que indica el mercado", dijo.
Pero otros participantes del sector consideran que el aumento de las importaciones chinas es temporal, sobre todo si continúan las tensiones comerciales con Washington, y predicen que las compras podrían disminuir una vez recuperadas las diezmadas reservas de maíz que tiene el país.
Algunos agricultores y analistas de China consideran que la demanda es más una cuestión cíclica que estructural. Creen que la cosecha de maíz de China en 2020 podría ser hasta una cuarta parte inferior a las cifras oficiales de Beijing de 261 millones de toneladas, debido a los tifones y a la sequía que azotaron una amplia zona del noreste de China, una de las principales regiones productoras del cultivo.
"No hay manera de mantener la producción estable con tantos factores negativos", dijo Wang Shanli, propietario de un campo de 15.000 hectáreas en la provincia de Heilongjiang. Su producción maicera el año pasado cayó un 20% con respecto a 2019, contó.
Otros creen que el ajustado mercado maicero lleva a los agricultores chinos a acumular el grano con la esperanza de que se sigan subiendo los precios. Apuestan a que la disminución de las reservas estatales juegue a su favor, y asumen el riesgo de que haya más importaciones grandes y eso reste fuerza a los precios internos.
"Cometí el error de vender mi cosecha de golpe en 2019", contó Liu Deli, propietario de una granja de maíz en Jilin. "Esta vez voy a ir aceptando ofertas de manera gradual, ya que hay una evidente escasez".
Los comercializadores también se abastecen. Wang Yi, un trader de Jilin, dijo que compró cosechas a agricultores por 2200 yuanes (u$s 340 dólares) y que planea vender su stock cuando los precios locales lleguen a 2900 yuanes (actualmente están en 2800 yuanes). "Si vendo mi inventario ahora, ¿qué hago con el dinero?", se preguntó Wang. "Muy pocos negocios dan un rendimiento casi garantizado como el que se obtiene especulando con el maíz".
Emiko Terazono y Sun Yu