El pasado noviembre del 2020 se conoció la firma del acuerdo entre el Gobierno provincial, a cargo de Jorge Milton Capitanich, con la empresa china Feng Tian Food para la instalación de cinco granjas y tres factorías porcinas en territorio chaqueño. Estas granjas contendrán 2.400 madres cada una, dando un total de 12 mil madres en el norte, 12 mil en el centro y 12 mil en el sudoeste de la provincia. Los gobiernos locales y el provincial no brindaron más información, ni se realizaron consultas públicas con los habitantes del Chaco para la realización de estos proyectos.
El último jueves, el intendente de la localidad del Espinillo anunció que entre este viernes y el sábado llegaría un representante de la empresa china al lugar. Frente a ello, las organizaciones sociales y ambientales junto a habitantes indígenas y criollos realizaron una asamblea donde definieron sostener el bloqueo de las rutas de acceso para impedir el ingreso de la empresa hasta tanto no se realicen las consultas previas con la comunidad.
Carlos, integrante de la comunidad Interfluvio Teuco- Bermejito, que agrupa más de 24 parajes que habitan los territorios comunitarios del Espinillo, nos comentaba: “Estamos acá en el Chaco, en el norte, en el impenetrable precisamente en la localidad del Espinillo dentro de nuestro territorio. Son 150 mil hectáreas con título de propiedad con dominio del pueblo qom.
En este momento estamos reunidos, acampando, y luego cortaremos la ruta para repudiar un convenio que se quiere hacer con las multinacionales chinas dentro de nuestro territorio. Nosotros estamos acá preparados para poder intervenir o interrumpir el tránsito, ya que hay rumores de que hoy estarían. No queremos, no aceptamos rotundamente la llegada de esta empresa que se quiere instalar en nuestro territorio”.
La exigencia de los habitantes del Espinillo radica en que se brinde la información correspondiente y se realicen las consultas antes de efectuar cualquier emprendimiento.
“Repudiamos porque no conocemos el trato que se quiere hacer, el convenio que se quiere hacer, la forma en que se va a trabajar y tampoco queremos aceptar gente extraña, porque queremos conservar nuestros recursos naturales, nuestros trabajos tradicionales y si trabajamos en la producción de diferentes productos queremos que salga de otro financiamiento que sea autónomo y autóctono”, agregó Carlos.
Esta exigencia se enmarca en el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) -previstos en la Constitución Nacional Argentina (1994) y reconocidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007)-, los cuales implican la plena participación y derechos de las comunidades y organizaciones indígenas en la decisión acerca de los proyectos que se puedan implementar en sus territorios.
“Nosotros no aceptamos porque desconocemos las intenciones que puede traer esta gente –continuó el miembro de la comunidad-. Queremos una consulta popular con intérpretes qom, que puedan entender que puedan traducir bien el idioma castellano, la propuesta de trabajo. Pero definitivamente de todas maneras no aceptamos bajo ningún punto de vista este convenio que se quiere realizar dentro de nuestro territorio por parte de un intendente de esta zona que trabaja de manera arbitraria, siempre hostigando a las comunidades para que acepten cualquier proyecto que se quiera implementar acá sin el consentimiento por parte de la comunidad”.
Una cosa sí está confirmada, y es que para la instalación de estas factorías se necesitarán toneladas de soja, maíz y, por supuesto, millones de litros de agua (los cuales no abundan en una provincia que está afectada por prolongadas e intensas sequías) para alimentar a los cerdos.
Además, se prevé que cada complejo se instale junto a un frigorífico, una planta de biodiesel (combustible hecho con soja), un biodigestor generador de energía y una planta de alimentos balanceados. Es decir, para la instalación de estas factorías se necesitarán más toneladas de productos del agro, aparte de los que ya se producen en los territorios desmontados.
Carla Colombo nos comenta que desde la organización ambiental Somos Monte, en la cual participa, apoyan y acompañan estos reclamos que realizan las comunidades denunciando los peligros que este tipo de proyectos conllevan: “El ingreso de las inversiones chinas en las 150 mil hectáreas del territorio ancestral de Interfluvio Teuco- Bermejito del impenetrable chaqueño es sumamente preocupante, en el sentido que pone en riesgo uno de los últimos rincones de monte nativo que queda en Chaco”.
Y añadió: “Las comunidades tanto originarias como criollas que habitan estos territorios no necesitan capitales extranjeros para desarrollar sus modos de vida. Las comunidades necesitan que el gobierno les haga llegar agua que les vienen prometiendo desde hace mucho tiempo y que es su derecho. La solución no es la entrada de más corporaciones extractivistas y contaminantes que empobrecen los territorios, la salida es la escucha de quienes habitan el monte nativo y el respeto de sus derechos”.
“No queremos desmontes, seguramente cuando ellos lleguen acá y empiecen a trabajar van a traer topadoras para desmontar y hacer la producción y eso es lo que no queremos nosotros. Que vengan topadoras y máquinas a desmontar. Tenemos miedo de que después se instalen y se puedan apropiar de nuestro territorio” concluyó Carlos.
Por Malena Castilla
Doctora en Ciencias Antropológicas
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