El economista disertó dentro de un ciclo de charlas en vivo que la firma Provimi realiza con destacados especialistas a lo largo del año. En el encuentro, moderado por Guillermo Cáceres, el gerente técnico comercial de la división cerdos de la compañía de nutrición animal, Seggiaro explicó la importancia que está teniendo y tendrá en la economía mundial el sudoeste de Asia en su conjunto, y cómo la actividad porcina, y la vacuna en general, tendrán allí un potencial mercado que aprovechar.
“El año pasado la economía mundial se derrumbó. La economía China en el 2020 –a pesar de que fue el país donde se inició el COVID-19 – se desaceleró, pero siguió operando en terreno positivo y siguió creciendo. Para este año la economía mundial está en un proceso de recuperación, y en algún punto va a salir de la crisis que generó la pandemia.
Pero cuando nos ubiquemos en el 2022 a mirar lo que ocurrió, nos vamos a encontrar con que en el sudoeste de Asia en su conjunto –no solo en China – va a haber avances en el casillero del tablero internacional. Un sudoeste de Asia que se fortalace, una Europa que retrocede en términos relativos y Estados Unidos que va a medio camino en el proceso”.
Seggiaro consideró que el futuro de las exportaciones de carne vacuna y cualquier producto de proteína animal desde la Argentina al mundo debe estar orientando básicamente hacía el sudoeste asiático, ya que es la región del mundo que está aumentando el poder adquisitivo y en el que hay una demanda creciente de estos productos.
“Cuando terminemos este proceso de la crisis nos vamos a encontrar con un dato de la realidad y es que el sudoeste de Asia es la región más dinámica y competitiva del mundo. Allí vive la mitad del planeta y es ahí donde se está fortaleciendo la demanda de proteína animal. Este es un dato sustancial, porque nos está mostrando hacía donde tenemos que mirar desde la Argentina, en términos de proyecciones de negocios”.
Explicó que las medidas del gobierno argentino en cuanto a salarios, control de precios, control de cantidades de consumo, desabastecimiento parcial, podrían estar creando una distorsión en la producción y eficiencia del sector porcino. “A mí la película de corto plazo de estos meses me preocupa por la estrategia del gobierno argentino antiinflacionaria, por su afán de generar más controles y regulaciones. En muchos sectores de proteína animal los aumentos de precios que hemos visto en los últimos meses no han sido compensados por los aumentos de costos.
Los costos en general han subido más que los precios, particularmente en aquellos productos que son parte de la canasta de alimentos. Los próximos meses yo tengo una lectura preocupante sobre el margen de rentabilidad de todos los alimentos de proteína animal, porque tenemos un gobierno que va a estar controlando los precios”.
El economista aseguró que a mediano y largo plazo se podría estar hablando de mejorar la inversión y eficiencia necesarias para asumir el rol de exportador. “En el mediano plazo tengo una lectura más optimista en el sector porcino. Creo que vamos a ir en un proceso donde podremos combinar un crecimiento dentro del mercado interno con un proceso en el que vamos a tener un creciente rol como exportadores.
Esto requiere un proceso de inversión importante que nos va a dar la posibilidad de ser también eficientes en términos de aprovechamiento de todos los componentes del animal. En la cadena de valor seguimos sin tener todas las inversiones necesarias para utilizar todos los cortes como corresponde; estamos hablando de productos que pueden estar comercializándose en el sudoeste asiático con valores interesantes por tonelada, es decir, tiramos a la basura lo que en otras partes del mundo vale plata”.