Investigadores del centro tecnológico Cartif han encontrado un nuevo uso de los residuos y subproductos del ganado porcino sacrificado. Un proyecto pionero convertirá esta materia sobrante en fertilizantes agrícolas y biocombustibles. Según explica la doctora en Ingeniería Química del centro, Dolores Hidalgo, actualmente la mayor parte de este material supone un desperdicio que pasa a ser quemado, enterrado o enviado al vertedero. Un procedimiento que, asegura, supone el desperdicio de un material que posee un alto potencial energético.
El proceso
Si bien la idea es innovadora e implica sostenibilidad ambiental por el tratamiento de residuos, Hidalgo hace hincapié en que «lo novedoso es el diseño del proceso en sí y la combinación de tecnologías industriales». El biocombustible obtenido es metano, a partir del cual se obtendrá biogás y biodiesel -el de mayor valor añadido-. El proceso realizado es la digestión de la materia por una serie de microorganismos que hacen el trabajo en una olla a una temperatura de 37 grados. De aquí resulta, no sólo metano sino también una serie de nutrientes de los que se obtienen dos tipos de fertilizantes para suelos. «Son mucho más baratos y ecológicos que un producto químico convencional» asegura la investigadora.
Gran volumen de producción
De carácter pionero en Europa, el proyecto cuenta con una financiación de 1,9 millones de euros, de los cuales la mitad proceden de la iniciativa de la Unión Europea, Life Valporc, y colaboran también las empresas Iberoil y Corproan y la Asociación de Defensa Sanitaria Comarcal de Ganado Porcino, de Ejea de los Caballeros (Zaragoza). Sin embargo, no será hasta 2016 que se prevé que empiece a funcionar una planta industrial, sin ubicación decidida todavía. Europa es a día de hoy el segundo productor mundial porcino, y dentro de este marco, España se sitúa en segundo lugar sólo por detrás de Alemania. Es, por tanto, el alto volumen de residuo generado el motivo por el que se ha escogido este tipo de ganado.
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